Por características personales y planteamientos políticos, Milei es una figura hiperbólica, incluso en el marco del radical mundo de la internacional reaccionaria, y su victoria causa un especial espanto e incredulidad en las filas de progresistas y liberales moderados. No es para menos. Sus propuestas son de un extremismo excepcional, meridianamente desprovistas de fundamentos intelectuales sólidos, amenazantemente retrógradas en su conservadurismo e impulsadas además por un líder cuyos modales no destilan el sosiego deseable en un mandatario.
ANDREA RIZZI
diario el país[i]
Vox populi vox Dei, podría aplicarse a los resultados electorales del pasado domingo en Argentina donde el ultraderechista quien se hace llamar “Libertario” Javier Gerardo Milei, ganó al estamento progresista de izquierda liderado por Alberto Fernández y el kichnerismo, que no pudo continuar su proyecto político con Sergio Massa como candidato a la cabeza de este actual gobierno.
Hablaron las mayorías y al hablar fueron la voz de Dios. No siempre este diosecillo caprichoso, diosecillo veleta tiene la razón, las mayorías algunas veces se equivocan y de qué manera, ya sea por acción o por omisión, y el caso de Argentina es ejemplarizante.
El Peluca Milei como se le dice en el argot popular, más que un político es un showman mediático, podría decirse un clown de la política, un hiperbólico líder de masas inconformes a las que supo cómo hablarles, prometiendo cosas sacadas de un sombrero como conejo en truco de magia, imposibles, inimaginables e inviables, pero que enardecen el fragor inconforme y hacen que salgan rabiosos a votar por quien sabe usar sus códigos, tramitar sus emociones, emancipar sus frustraciones.
Sin embargo, el mérito del pintoresco presidente electo no le es del todo original, tuvo un arsenal poderoso y efectivo para construir su discurso, el actual gobierno y su fracaso económico, su hiperinflación y su incapacidad de responder a la crisis social del pueblo argentino.
Así es muy fácil demagogizar la crisis (si se me permite la invención del verbo) y generar furor, construir un discurso de odio -“zurdos de mierda” -se le oye gritar en vídeos y alocuciones, -“enfermos mentales”- afirma categóricamente como si de un psiquiatra que diagnostica al detal se tratase, a todos los que están en el espectro de la izquierda. Quién pretende gobernar en democracia y juega con sus reglas, tiene sí o sí que reconocer al otro desde el papel de adversario y no de enemigo. Su verborrea lexical insultante y atrabiliaria, es quizá lo que refleja de sí, si de candidato trató así a sus adversarios, ¿de presidente cómo será?, ya declaró que no se reunirá con Lula, por ser comunista y no tendrá relaciones con un espectro que es mayoritario en Suramérica, ¿entonces aislará a la Argentina, por su pataleta de niño berrinchudo que no le habla al otro porque no le gusta? Así será su diplomacia.
Pero nos desviamos, decía que su mejor jefe de debate fue el gobierno actual, lo regó, lo abonó y después que tuvo tronco, y ramas quiso cortarlo, pero no pudo, puesto que este árbol frankesteinico que sembró es su creación más perfecta.
Esto para decir que el voto por Mileí es un voto castigo, es un voto contra el gobierno de Alberto Fernández, pero es sobre todo un voto contra Cristina, contra esa hegemonía que quiere seguir ejerciendo como vicepresidente, después de su mandato y el de su difunto esposo, excepto el lapso en el que ejerció como presidente Mauricio Macri.
La sociedad argentina castigó duramente al peronismo debido a la alta inflación que ronda el 140% y que hace insostenible la situación, sumado esto a la crisis de seguridad ciudadana y a algunas desafortunadas salidas en falso de sus dirigentes, crearon el coctel molotov perfecto para fragmentar por la mitad el muro del kichnerismo y darle posibilidades a Milei de imponerse electoralmente como el nuevo mesías de derecha que destruirá todo asomo de democracia y de izquierdismo y renovará a Argentina.
Así pues, Milei es el hijo no buscado ni deseado de la izquierda argentina, que cómo Zeus mata a su padre y buscará imponerse con su poder.
CUATRO LECCIONES PARA COLOMBIA.
El gobierno actual del presidente Gustavo Petro, de corte progresista, izquierdista y popular, viene sembrando tormentas que, si no controla, crearán un monstruoso hijo igual de deforme y perverso que el Milei gaucho.
Así pues, que el triunfo de Milei debe ser una alarma y una advertencia para este gobierno. Petro debe ajustar tuercas en cuatro temas fundamentales si no quiere engendrar al final de su mandato un Mileí que, enarbolando las banderas de una crisis de gobernabilidad, salga con un discurso populista y delirante de derecha tanto o más peligroso que el del argentino y azuzado por la violencia que suele haber en la discursividad de la derecha colombiana, odiadora y hacedora de trizas a toda iniciativa de paz o de cambio democrático en el país.
- En primera instancia, el presidente debe moderar el tono pendenciero con los sectores políticos que le son adversos, buscar consensos en torno a las reformas necesarias para la nación sin acudir a pupitrazos o a micos ilegales, como se ha acusado a la coalición de gobierno. Esto pasa también por atender a su propia coalición, de la cual se ha aislado dejándola desamparada en el ejercicio legislativo, prueba de ello, es la gran derrota regional del proyecto político del Pacto Histórico, cuyo principal verdugo fue el presidente mismo.
- El segundo tornillo a ajustar es el de la seguridad, el país está encendido en tomas guerrilleras, disidencias y secuestros como en mucho tiempo no se veía. Esto se debe sobre todo al descabezamiento de la cúpula militar con experiencia y conocimiento, con información valiosa y con horas de experiencia en la guerra, además de la gasolina echada por Duque en el gobierno anterior, negándose a negociar con el ELN y el incumplimiento de los acuerdos de paz con las FARC, las maniobras de Barbosa entre otros, sumado a la incompetencia del ministro de Defensa actual, que no actúa como gerente de la seguridad sino como activista, desconociendo por completo la cartera que lidera. El presidente se equivocó en este ítem, de importancia neurálgica para el país,
- La paz total. El secuestro del papá del futbolista Luis Díaz, y las declaraciones desafortunadas de Antonio García sobre el secuestro como modus operandi del ELN, el cual han dejado claro que no dejarán, las burlas a la mesa de negociación, la incapacidad del comisionado, y la complejidad que supone negociar con una guerrilla de estructura descentralizada, pone en riesgo la política de Paz total del gobierno. A diferencia de las FARC sentadas en el 2012, que llegaron a la mesa de diálogo derrotadas militarmente y con sus jefes muertos a manos del ejército, este ELN ni de lejos se siente derrotado, sabe que la nueva cúpula es inexperta, está inconforme y el ministro no acierta, esto le da un aire de superioridad militar y de acción del daño, que pone en entredicho el poder negociador del gobierno y lo hace ver inferior, además de tener tres sedes negociadoras, Colombia, México y Cuba, lo que hace más dispendiosos los ciclos de negociación. Sumado a esto, el accionar de las bandas criminales que azotan municipios como Buenaventura, y el disparo de la inseguridad de las grandes capitales.
- La gasolina, los peajes y el costo de vida. Una de las medidas más polémicas e impopulares del presidente ha sido el aumento del precio de la gasolina. La medida de quitar el subsidio que equilibraba el costo del combustible ha encarecido el transporte público, ha despertado inconformidades con el gremio de los taxistas a los que montado en un taxi, les prometió no subir la gasolina y hoy lo tienen ad portas de hacerle un paro nacional, el costo del incremento de la gasolina, encarece los alimentos y la canasta familiar disminuye, el sobrecosto en la comida se siente en cada peso y hay una inconformidad inexcusable a casi un año y unos meses más donde se percibe un gobierno lento en su accionar, demasiado centralizado y desconectado del pueblo, dedicado a cazar peleas internacionales, hablando de temas que no son de lo cotidiano, (no por eso menos importantes) y con ausencias inexcusables del presidente, donde hace desplantes al sector productivo y económico. Por lo tanto, la recesión económica es evidente, las inversiones están a la expectativa, y las reformas ahorcadas entre contrarreformas, una oposición que no necesita mucho rigor sino más allá de estar pendiente de los errores del gobierno, que sabotean debates, disminuyen el quorum y aplazan debates, con medios poderosos a su favor.
YO ME LLAMÓ JAVIER MILEI.
Un jurado conformado por Fernando Londoño Hoyos alias Invercolsa, Enrique Gómez e Ingrid Betancourt, serán los encargados de elegir el mejor imitador de Javier Milei a la colombiana.
Postulados:
- JP Hernández. Con su característico tono de pastor evangélico, gritón y manoteador, presentando listas de comida falsas, que no corresponden a la dieta presidencial, sino a otros rubros y con el desrigor académico e investigativo que lo caracteriza, lleno de falacias, insultos y frases efectistas este Youtuber salido de la nada, pelea fuertemente el premio de la peluca de Milei que será entregado al ganador de este reality político.
- María Fernanda Cabal, con un tono de vox, fuerte, firme y convincente, la Cabal presenta una interesante variable de melonismo y mileismo, que la hacen puntera de esta competencia, un poco mejor informada que el anterior y de casta política tradicional, encarna la oposición hipócrita, pues mientras ella despotrica del actual gobierno, su marido cobra del presupuesto nacional como negociador con el ELN nombrado por el presidente.
- Abelardo de la Espriella. Con sus smokings sacados de una película de gánsteres americanos y su supuesta elegancia costeña, su tono gritón, pendenciero, lleno de falacias, acusaciones sin pruebas, (lo que deja en entredicho su rigor como abogado) su proclividad a defender delincuentes y su fortuna, lo hacen el candidato más cercano a la peluca de oro de este reality show
- Por último, viene mostrando un talento para la imitación de Milei, la senadora y nieta de expresidente Paloma Valencia, filosofa, politóloga y de rancio abolengo patojo, cuya efigie se desfigura cuando habla en público, defendiendo al nuevo Bolívar que ha liberado a nuestra patria, mientras que en éxtasis orgásmico adora el cuadro del expresidente Uribe. Su similitud con Milei es que al igual que éste niega los desastres de la dictadura militar, suficientemente documentados, restándoles importancia. Paloma niega la existencia de los falsos positivos, el mayor crimen de estado del gobierno de este país. Paloma debe practicar los gritos de su voz, pues le salen igualitos al del expresidente y expresidiario pintado en el cuadro que adorna su casa.
Si el gobierno no ajusta temas pendientes y no busca un acuerdo nacional que contrarreste el ascenso de la derecha en Colombia, engendrará un Milei colombiano por su falta de autocrítica y su sectarismo a todo el que le hace advertencias y críticas para que mejore. Miremos el espejo de España y la caída de su estantería progresista que hoy depende del independentismo catalán de Puigdemont desde Bélgica.
MIGUEL ÁNGEL RUBIO OSPINA
@rubio_miguel
[i] Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas). https://elpais.com/internacional/2023-11-20/milei-y-la-ira-que-impulsa-al-nacionalpopulismo-global.html