POR FERLEY HENAO OSPINA
Si en lugar de preguntarle a usted:
a.- ¿es de derecha? b.- ¿es de izquierda? c.- ¿es de centro?
le preguntaran:
a.- ¿acepta que lo engañen? b.- ¿no acepta? c.- ¿no le importa?
el resultado cambiaría radicalmente.
Si se me presentara un encuestador con esas tres preguntas, yo le contestaría: “Primero dígame que entiende usted por izquierda, derecha y centro”. Es que ninguno de ellos, ni de los más altos cargos tiene una idea clara de qué es eso. Es tan abstracto el concepto que nadie sabe a ciencia cierta qué es, lo cual le impide distinguir cuál sería la frontera entre lo uno y lo otro.
Eso nos lleva a entender que lo que este país tiene no es derecha, izquierda o centro como nos quieren hacer creer, lo que Colombia tiene es: a.- Los que engañan y sus secuaces. b.- Los engañados que están conscientes de ello. c.- Los Indiferentes que, junto con los engañados inconscientes, se ubican cómodamente en el campo del quemeimportismo.
Se le pretende conceder la “cualidad” de ser de derecha a aquel que no reclama nada, lo cual supone que está conforme; el “defecto” de ser de izquierda al inconforme, al que reclama, al que asiste a marchas y, entonces, ¿se le podrá denominar de centro a la acción de mirar para otro lado cuando ocurren las cosas que afectan a la sociedad? o ¿a eso habrá que llamarlo irresponsabilidad?
Gran parte de mi vida estuve inmerso en el mundo de las encuestas, muy joven, como periodista de Todelar, luego como gerente de RCN en Cartagena hasta que esta cadena fue comprada por Ardila Lule, más adelante en Carvajal, y sé que las encuestas funcionan de maravilla en el sector privado pero muy mal en la política y, muchas veces, en la gestión pública, donde puede usarse no para informar sino para todo lo contrario.
Una encuesta respetable no tiene preguntas sesgadas, tendenciosas, inductivas o cargadas, si la encuesta es responsable deja libre al ciudadano, ejemplo: ¿Usted aprueba o desaprueba tal decisión?
1-. Aprueba
2.- Desaprueba
3.- No sabe, no responde
Las preguntas subjetivas o que dejen espacio para la ambigüedad no deben formar parte del cuestionario para una encuesta y ¿qué más ambiguo que los términos derecha, izquierda y centro? Es como si preguntaran: ¿usted es mamerto, oligarca o irresponsable?
Las preguntas inductivas, como el adjetivo lo indica, inducen sutilmente a los encuestados a responder del modo que desea quien diseña la encuesta. Este tipo de preguntas es una las principales causas de aquellos resultados no confiables porque conducen a los encuestados a responder de modo que no refleja su verdadero sentimiento o su real preferencia.
Se pueden rescatar algunos aspectos de la encuesta de Cifras & Conceptos – Polimética: la imagen de personajes e instituciones, en la que el Presidente Duque y la Vice Presidente Ramírez salen muy mal librados con 63% y 67% de imagen desfavorable; la evaluación de la gestión presidencial por aspectos puntuales, en los que supera el 50% de calificación la respuesta: “ha sido muy mala” la mayor parte de los temas; la consulta sobre el manejo de la pandemia y también la favorabilidad de gobernadores y alcaldes.
El resto del cuestionario tiene una alto grado de ambigüedad, como si se los hubiesen encargado, del mismo modo como sucede con los proyectos de ley que presentan en el congreso, cargados con su correspondiente “mico”.
Ya dijimos en columna anterior que la credibilidad está muy erosionada y creo que no es solo eso, la credibilidad está siendo pisoteada, atropellada, quebrantada. Ya casi nadie cree en nada ni en nadie. Podríamos afirmar sin lugar a equivocarnos que en Colombia estamos atravesando una severa y profunda “Crisis de credibilidad”, preludio de algo peor, como cuando se pierde la credibilidad en la banca, es el presagio de la quiebra.
Gracias , por el apoyo argumentativa y el respaldo en tablas.
Parece que en Colombia, regresamos a épocas remotas donde la moral del esclavo, la moral del señor feudal, la moral burguesa, se conjugaran en el pensamiento y actuar , tanto en los políticos como el pueblo.
> Con la moral del esclavo donde se da valor a : la obediencia, el sufrimiento, la humildad.
El sistema corrupto es el amo, el pueblo inerme es el esclavo.
> Con la moral feudal: el Señor feudal posee la tierra, es un holgazan, ora a Dios.
Alli observo al eterno guerrerista Y su centro demoníaco.
El siervo, sigue siendo el pueblo, que es atropellado , despojado de sus tierras.
Y el Señor guerrerista, infunde temor, y asquerosamente promueve referendos, y y ruega a Dios, para adormecer a un pueblo estúpido.
> Con la moral burguesa: : impera el dinero, capacidad de acumular riqueza, y otra vez aparecen los eternos partidos , lideres terratenientes, individuos con un compromiso jurídico, que para seguir explotando Y que se esconden y transitan hipócritamente entre: derecha, izquierda, centro.
Un país sin partidos , sin ideologías, un país de los clanes, de los apellidos sucios, de los lideres guerreristas,.
Tal cual. Desfigurar la realidad es la profesión de muchos al servicio de unos pocos. Que buen aporte.
Excelente reflexión.