Por: Martha Elena Bedoya Rendón
A pesar de los operativos desplegados por las administraciones anteriores y de la expedición de distintos decretos como el 187 de marzo de 2014 y 093 de febrero de 2015, entre otros, que regulan los horarios de funcionamiento de los establecimientos en los cuales se expenden y/o consumen bebidas alcohólicas, el ruido sigue siendo un tema pendiente de ciudad y un dolor de cabeza para las personas que habitan algunos lugares, en donde, el uso del suelo ha permitido su funcionamiento.
Así lo confirman los distintos resultados entregados por el programa “Pereira Cómo Vamos” en donde, se señalan entre otras situaciones que en el municipio de Pereira, se presenta un conflicto severo de generación de ruido en sitios como el Centro de la ciudad, Circunvalar y el sub-centro Cuba, que constituyen un factor negativo para la calidad de vida y la salud de la gente.
Consideramos que la nueva administración debe revisar toda la regulación legal existente bastante prolija, pero, de pocos resultados, debido a la laxitud en la fijación de los horarios de cierre a los establecimientos que no reúnen las condiciones de insonorización, de manera especial a los que estén ubicados en los sectores A, B, es decir, en donde se ubiquen: Hospitales, bibliotecas, guarderías, zonas residenciales, en los cuales, debe imperar la tranquilidad y silencio, tranquilidad y ruido moderado.
Consideramos que a los establecimientos que expenden y/o consumen bebidas alcohólicas que no cumplan con las condiciones físicas de control al ruido, de insonorización, no debiera permitírseles su funcionamiento y establecerse un término prudencial para la adecuación de sus locales.
De lo contrario, es a la gente a la que se le está fijando la hora en que debe comenzar su sueño, a las 12 de la noche en algunos sitios y a la una de la mañana en los otros. ¿Es justo?
Martha Elena: Qué buen tema has abordado. Creo que ese, junto con la contaminación del aire, es uno de esos problemas de la ciudad que no han sido seriamente considerados