La primera línea

ÁLVARO BELTRÁN ALZATE

La Primera Línea o línea de frente, es en terminología militar la posición más cercana al área de conflicto del personal y el equipo de una fuerza armada. Es también aquella conformada por grupos de personas que encabezan movilizaciones en reclamo por sus derechos que consideran vulnerados. Son una masa de ciudadanos que reclaman una mayor y mejor presencia del Estado y muestran su inconformidad frente a situaciones de injusticia social, desigualdad, violencia, falta de oportunidades que están señalados en el pliego de peticiones que dialoga el Gobierno Nacional con los líderes del Paro Nacional.

El verdadero cambio no puede ser cosmético, ni dejarnos enredar con slogans o lemas publicitarios sensuales, engañosos y sugestivos; es un cambio de fondo, en el que exista una verdadera transformación en el modo de hacer política social, es cambiar el “tamal” por una educación de calidad para todos; por una salud de alto nivel para todos, entre otros servicios que debe prestar el Estado, y sin la aberrante corrupción que parece no terminar. Debemos abrir los ojos y no dejar que siga el engaño, como ocurre con el falso discurso social de Duque; ejemplo de ello tenemos cómo el Congreso hundió el proyecto de ley para la gratuidad de la matrícula en las universidades públicas por supuestas dificultades presupuestales, ¡Ah!, Pero sí existe dinero para la corrupción, y desean que regresemos a casa con un silencio herido. Debemos votar por un Estado de Bienestar Colectivo.

Este cambio se debe construir desde lo fundamental. El Voto está en las urnas, más que en las calles. Pero, ¿Cómo lograrlo? Es necesario comenzar un trabajo de sensibilización y socialización con la juventud y de todos. ¿Dónde está su fuerza? En el Voto. ¿Qué hacer? Se deben seguir pasos: 1) Inscribir su cédula de ciudadanía para las próximas elecciones y verificar que sus datos queden bien registrados. 2) Hacer un análisis detallado de los candidatos que nos llamen la atención, su hoja de vida, trayectoria política, qué ofrecen, entre otros; pero hay que ser cuidadosos con el falso discurso. No caer en el engaño. 3) Estar muy pendientes de cambios en las leyes electorales que atenten contra la transparencia, y de ser necesario demandarlas ante la Corte Constitucional y buscar el apoyo de Organizaciones No Gubernamentales internacionales creíbles y de buena reputación para que haya un proceso electoral transparente. 4) No dejarnos enredar con el falso discurso de aquellos políticos que buscan el apoyo con estrategias como “la política se hace con amigos”, pero no presentan propuestas de fondo que nos lleven a un mejor Bienestar Colectivo. 5) Hacer un análisis riguroso de candidatos que llevan varios períodos en el Congreso para que hagan una rendición de cuentas de logros palpables y reales alcanzados en beneficio del departamento. Recordemos que muchos solo aparecen en época electoral. 6) Organizar grupos de control para observar cada mesa electoral, para ello es necesaria la capacitación y entrenamiento, y evitar cualquier fraude en las mesas de votación, en los formularios, en el transporte de los votos a las Oficinas de la Registraduría, hay que garantizar la cadena de custodia de cada voto. 7) No dejarnos enredar con teorías mal concebidas y desarrolladas por un pobre diablo chileno y seudo intelectual neonazi – ¿qué pensará la comunidad judía? – quien además fue aparentemente acusado por estafa, quien ha suministrado una justificación supuestamente filosófica para la represión brutal de las manifestaciones populares, nos quiere vender la entelequia de “revolución molecular disipada”, que ha copiado el partido de Gobierno. La “revolución molecular” no tiene absolutamente nada que ver con tácticas de combate.

Que nos sirva de ejemplo las elecciones del pasado 20 de junio en Girón – Santander, donde ganó con solo 18.496 votos, Yulia Rodríguez Esteban, exesposa del alcalde destituido, quien tiene una gran maquinaria política, frente a 112.940 de votantes habilitados, es decir, con solo el 15,4% del potencial electoral, y una abstención del 66%. En este municipio la “Primera Línea” no ejerció el derecho al voto. De esta manera de nada sirven las manifestaciones pacíficas.

Como conclusión, debemos trabajar por una “Primera Línea” responsable y llamada a votar de manera democrática, responsable, civilizada, sin dejarnos enredar de falsos políticos y de sus intereses oscuros. Elegir un Presidente de la República y un Congreso que den ejemplo de buen gobierno y representen a sus electores, y nos no den la espalda con leyes nefastas.