En Colombia se utiliza la ética principalmente para denunciar la conducta de ciertos adversarios políticos o ideológicos. Lo cual no parece contradictorio teniendo en cuanta que el máximo expositor de esa doctrina, Aristóteles, la encuentra inseparable de la política. En Pereira existen adictos a esos ejercicios éticos, como C. A. Crosthwaite, a los cuales debe unirse mi viejo amigo Álvaro Ramírez G, «rebautizado» por los humoristas de «El Fuete» como «miditas» por asimilación al rey Midas, que convertía en oro todo lo que tocaba. Sin embargo, estos inspectores políticos de la ética municipal no logran mayores resultados: El primero obtuvo unos 8000 votos para la alcaldía, y «miditas» Ramírez no se atreve a hacerse contar en las urnas.
Al respecto, el sociólogo P. Bourdieu sostiene que la creación de lo que podríamos denominar como una «consciencia de masas», obedece más bien al control mediático efectuado por comunicadores profesionales y no tanto a las prédicas ético-religiosas tradicionales. Cuando el proceso 8000, el escándalo pasaba de los medios impresos a unos noticieros de TV que emitían entrevistas importantes o filtraban documentos sobre la «compraventa» de una parte de la clase política. En otras palabras, parece que las conductas anormales no tienen, por sí mismas, gran capacidad de impactar un conglomerado social: Todo depende de la calidad e intensidad con que los medios de comunicación las enfoquen. Sí ¡Los medios crean, magnifican y hasta resuelven las crisis!
Pero ¿Que es una crisis ética? Para el sociólogo Z. esta sucede cuando «Un estado de cosas normal, usual, familiar se derrumba… aparece la arbitrariedad donde debía reinar la regularidad y los acontecimientos dejan de ser rutinarios y predecibles».
Parece como si las acuciosas denuncias de nuestros quijotes municipales no hubieran sido valoradas como prioritarias por nuestros medios comunicacionales y no llegaron con fuerza oportuna y suficiente a todos los niveles de las masas locales. ¿O Será que, al tenor de lo dicho por Bauman, un estado perverso de cosa es ya entre nosotros tan «normal, usual y familiar» que nos ha convertido en impotentes para generar crisis éticas?
En el enfoque filosófico de la Grecia clásica, se concibió para siempre, que la ética es la ciencia que enseña la moral.
El caso, querido Dr. Alfonso, es que en nuestro escenario local, muchos de quienes han tenido y tienen por el mango, la sartén del poder, tienen tanta moral, que la tienen doble.
Y eso no es un descubrimiento, pues desde los orígenes de los pueblos, sus líderes han hecho del doble estándar, un presupuesto de la política.