Cuando se publique esta nota, en el estadio Hernán Ramirez Villegas de Pereira se habrá dado apertura de los XXII Juegos Nacionales, en los que se deben desarrollar los campeonatos de 48 disciplinas deportivas.
Los pereiranos damos una cálida bienvenida a los deportistas, a los cuerpos técnicos, a las autoridades deportivas y al público que ha venido a acompañarlos. La ciudad les acoge hoy con el mismo entusiasmo que les recibió en los X Juegos de 1974 y los XIII de 1988.
La imagen de un grupo de boxeadores entrenando sobre el pavimento de nuestra emblemática Plaza de Bolívar, nos obliga a ofrecer disculpas y dar una explicación pues, aunque con la mayor fe creemos que encontrarán listas las zonas de los escenarios dedicadas a las competencias, tememos que en algunos de ellos no ocurrirá lo mismo con las partes dedicadas a los espectadores, por ello solicitamos su comprensión.
En su momento, desde nuestra Corporación VIGÍA Cívica, denunciamos que solo el 5 de agosto de 2022, dos días antes del fin del periodo del anterior gobierno nacional y dos años después de asignadas las sedes, se firmaron los convenios de cofinanciación entre los gobiernos de los departamentos y municipios que acogerían los XXII Juegos y el ministro del Deporte de la época.
También que sólo en el pasado mes de enero de 2023, hace 10 meses, el Ministerio del Deporte contrató las interventorías de las obras, requisito indispensable para iniciar los trabajos, lo que, agregado a los amplios lapsos para los tramites precontractuales, dejó un margen muy estrecho para realizar las remodelaciones o la construcción de los escenarios deportivos.
Entonces hicimos referencia al inocultable deseo, disfrazado como intención de ayudar; de los dirigentes de algún departamento, con mucho poder en ese Ministerio, de llevar a sus ciudades varios de los deportes asignados al Eje Cafetero, en el evento fortuito o provocado, en que nuestros escenarios no estuvieran listos.
Lo que vino después fue la primera maratón de los XXII Juegos, en ella obreros, maestro de obra, contratistas, ingenieros y arquitectos, trabajaron día y noche, bajo la lluvia o el sol, sin desmayar un día, para tener a punto los escenarios. Consideramos que esa meta quedó cumplida, pues en el complejo acuático, quizá la obra más demandante, la semana anterior ya se pudieron ensayar saltos desde el trampolín elevado.
Los ciudadanos de Pereira y Risaralda, queremos nuestra cariñosa hospitalidad compense cualquier incomodidad que, quienes nos visitan por los Juegos, puedan tener.
