Por ADRIANA VALLEJO DE LA PAVA
Esta semana el gobierno nacional radicó el proyecto de reforma tributaria después de lanzar varias propuestas polémicas como el IVA al café, al huevo, al tomate, a la cebolla o la leche, que finalmente no fueron incluidos, no obstante, el proyecto se convertirá en el principal instrumento de debate y controversia del país en los próximos meses.
La coyuntura no puede ser más difícil, el aumento en el endeudamiento y en el déficit fiscal es enorme por causa de la pandemia y el gobierno necesita recursos adicionales para cubrirlos y para mantener los programas sociales. La economía requiere reactivarse y para ello es necesario que aumente la inversión y el consumo, sin embargo, el incremento en los impuestos tiene un efecto negativo en ambos.
Por lo anterior, la ANDI considera que no es el momento de hacer cambios en el IVA, ni de poner más personas a declarar, por el contrario, propone generar recursos adicionales aplazando la compensación del impuesto de industria y comercio y la reducción de tarifas de las empresas, introducidas en la reforma tributaria del año 2019, lo cual permitiría la generación de cerca de 13 billones de pesos que no descontarían las empresas. También sugiere mantener temporalmente el impuesto al patrimonio del 1 por ciento para las personas naturales.
Impacta el consumo también el IVA del 19% que pagarían los estratos 4, 5 y 6 a los servicios públicos. Este gravamen no consulta la capacidad de pago de los hogares. La estratificación no refleja las condiciones económicas de las familias. Además, muchas fueron afectadas por la pandemia. Se excluye de la exención del IVA los vehículos como las bicicletas o patinetas eléctricas que ayudan a la movilidad sostenible.
Es positiva la propuesta de eliminación del IVA para los libros y revistas de carácter científico y cultural, los cuadernos escolares, los diarios y las suscripciones a ediciones digitales. También el impuesto nacional sobre los productos plásticos de un solo uso para envasar o empacar bienes, los cuales se deben desestimular.
Por último, no sólo es importante analizar quién pagará los costos de la pandemia sino para qué. El esfuerzo económico de los colombianos debe reflejarse en proyectos que apunten a la generación de empleo, sin embargo, volver el ingreso solidario, establecido durante la pandemia, una renta básica permanente es una medida populista sin impacto sobre la pobreza y la desigualdad, como cree el Ministro de Hacienda.
Reducir el número de Congresistas, el numero de asesores de dicha Corporación .
Reducir el número de embajadores.
Reducir el número de cónsules.
La verdadera pandemia está allí.