Eduardo Montoya Pérez
El 17 de mayo se conmemoró el día mundial de la LGTBI+fobia, en ese sentido las organizaciones sociales de Risaralda estamos consolidando un proceso de inclusión y de unión, que nos llevó a diseñar la campaña ‘Unidxs contra la Discriminación’.
En concordancia con los valores que me unen a ella cedo, sólo por hoy, mi espacio que, sin censura, respetando el equilibrio informativo y de opiniones, muy gentilmente El Opinadero me ha brindado, para darle la voz a otro amigo y activista LGTB de la Región, espero que les guste y nos leemos dentro de ocho días.
E. M. P.
La Homofobia existe
Por: Líder Giovanny Cano
Hay quienes piensan que la homofobia es un invento de las personas diversas por orientación sexual e identidad de género. Nada más alejado de la realidad: la discriminación existe, es cotidiana y sistemática. El Instituto Williams, un tanque de pensamiento de Estados Unidos, hizo la investigación más extensa sobre bienestar de la población LGTBI en Colombia, y dio cifras reveladoras: cerca del 75% de las personas LGTBI han sido victimas de discriminación por su orientación sexual o identidad de género, el 50% habían tenido pensamientos suicidas, y el 25% lo había intentado al menos alguna vez en sus vidas.
En un escenario local, la Encuesta de Percepción Ciudadana del Programa Pereira Cómo Vamos año a año pregunta a la ciudadanía sobre la percepción de comportamiento de los pereiranos y pereiranas hacia la población diversa por orientación sexual e identidad de género: el 65% considera que el comportamiento es inadecuado y no corresponde a las normas de convivencia.
Y estos son los datos estadísticos. Lo cierto es que no existe un registro claro y sistemático sobre la vulneración de derechos de esta población, y las administraciones municipales y departamental -si bien tienen el interés de formular políticas públicas en la materia- no cuentan con sistemas de información ajustados para evidenciar las particularidades de las violencias que se ejercen sobre las personas LGTB.
El estigma y el prejuicio imperan por doquier. Las familias y las escuelas, espacios que deberían ser seguros y en donde se debería valorar la diferencia, son los principales escenarios de rechazo. A manera de ejemplo, la población trans es expulsada de sus familias a temprana edad, suelen tener bajos niveles educativos debido al abandono escolar ocasionado por el acoso de compañeros y profesores, tienen empleos informales o que no se ajustan a las convenciones del trabajo digno, y finalmente algunos estudios sostienen que tienen las expectativas de vida más bajas (algunos plantean que el promedio de vida de las mujeres trans es de 45 años).
Estamos llamados a generar inclusión real: que las personas LGTBI puedan vivir tranquilamente su existencia, en entornos libres de discriminación, pero para poder lograr eso es necesario reconocer que tenemos un problema serio y que no es solo “ruido” de un grupo poblacional. Es nuestra responsabilidad, de todos y todas, garantizar que la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad, sean entornos donde se respete y valore la diferencia, y se promueva el ejercicio libre de los derechos humanos, donde nadie puede ser atacado por sentir, amar o lucir diferente.
Dato de Cierre: por Eduardo Montoya
Si bien, apenas viene consolidándose el proceso de unión de las organizaciones sociales en nuestro Departamento, el cual pinta bien, y se transforma cada minuto para ser ‘Mesa Departamental LGTBI de Risaralda’, en la que en menos de un mes ha brindado resultados importantes en materia educativa; con una que estrategia que se desarrolla en redes sociales, mediante conversatorios en vivo a las 7:00 p.m.
La programación continúa hasta el sábado 23 de mayo, los invito a que se conecten a través de las redes de: Fundación Plataformas, Colectivo Prisma, Tejidos Diversos, Polari y Recolvih, interactúen con los invitados y despejen dudas sobre la diversidad afectivo-sexual y de género.
Felicitaciones a los colectivos de la región, no podemos bajar la guardia en el reconocimiento de nuestros derechos y sigamos apostando por una ‘Risaralda libre de Discriminación’.