Al Verde lo Hicieron Añicos ¿Para Qué?

Sobre un desteñido tono verdoso, un marchito girasol indica que ahí hubo vida. Que la vida que hubo allí ha quedado hecha añicos y que solo se observan escombros, desecho, desperdicio, sobras, piltrafa.

La simiente venía sembrándose desde la primera alcaldía de Antanas Mockus en Bogotá la que conquistó con una campaña atípica y sin publicidad, fundamentada en la doctrina de la “Cultura Ciudadana”, cultura que implementó exitosamente utilizando los mimos para hacer pedagogía y su administración se destacó con la campaña de ahorro voluntario de agua, demostrando que sí se pueden emplear eficazmente los métodos pedagógicos a escala de masas.

Acompañado de una gestión administrativa transparente y exitosa, consiguió además que los habitantes de Bogotá respetaran las normas sin necesidad de represión.

Los éxitos de las dos administraciones de Mockus 1995-1997 y 2001-2004 dieron pie para que se postulara de candidato presidencial varias veces. La más sobresaliente fue en 2010 cuando la “Ola Verde” que él lideró, puso en jaque a las maquinarias del poder unidas (Uribe-Santos) y casi las derrota.

Desde entonces formé parte del Verde, en las elecciones de 2010 en Guayaquil, Ecuador y desde 2015 en Risaralda donde encontré la guerrera y luchadora incansable, Carolina Giraldo tratando de levantar las banderas de “Alianza Verde”. Así, contra todo y contra todos y fue elegída al concejo de Pereira donde realizó una de las más destacadas gestiones, tan abundante en realizaciones, que sería necesario incluirla en una edición especial.

Para 2019, Carolina con un inigualable equipo de colaboradores que tenían al Verde en el cenit, se postuló a la alcaldía de Pereira por “Alianza Verde” pero, injustamente, desde Bogotá habían decidido entregarle esa candidatura a una persona absolutamente desconocida entre los verdes: Alejandro García. Yo, por ejemplo, no lo había visto nunca en alguna reunión, en un acto público o actividad del Verde. Lo había visto una vez que fue a las barras del Concejo.

El asunto estaba totalmente decidido a favor del desconocido, pero hicieron la pantomima de que funcionaran unas conversaciones para tratar de llegar a un acuerdo sobre el mecanismo para decidir. Era solo una estrategia dilatoria. Yo fui compromisario y asistí a esos remedos de reuniones. Finalmente, a punta de trucos, marrullas, argucias y artimañas, llevaron las cosas al apuro y decidieron que el desconocido apareciera como verde y además de candidato a la alcaldía. El Partido premió al que nada había hecho y castigó a quien había hecho tanto esfuerzo y alcanzado tantos logros. Así es la ingrata política.

Los Verdes, los auténticamente Verdes, tuvimos la opción de rebelarnos y emitir un comunicado indicando que ese candidato no nos representa, pero Carolina, con su serenidad y prudencia lo impidió argumentando que por encima de todo está la imagen de unidad del partido. La gente entonces, terminó votando por el desconocido creyendo que realmente era verde.

Como ese juego les salió favorable a los que se disfrazaron de verdes, entonces para las elecciones a la Cámara 2022 querían sacar a toda costa a Carolina y que ni siquiera tuviera el derecho a ser candidata.

Con estos antecedentes y con un trabajo impecable, por encima de todos los obstáculos interpuestos, Carolina con todo su equipo y con actores verdes de otros municipios, había llevado al partido al punto de disponer de un electorado que fue capaz de alcanzar dos curules a la Cámara de Representantes. Salió elegida y está desempeñando un papel extraordinario.

Para estas elecciones 2023 emplearon trucos similares a los antes descritos, pero ahora si les salió el tiro por la culata: Pusieron nuevamente a una persona desconocida en el Verde a competir con la concejal Nancy Henao a quien le hicieron aparecer perdedora en una cuestionadísima “encuesta”.

Antes, ya se habían prendido las alarmas; cuando evidencié que previamente a la convención 2023, todo era un fraude, lo que estaba sucediendo al interior del Verde por parte de quienes venían a apoderarse de él, barriendo de tajo a quien sea Verde, tomé la decisión de no asistir a la convención ni aceptar ningún nombramiento. Al término de la convención, en la Dirección Departamental que salió nombrada se propuso que se me incluya como miembro de esta dirección por cooptación, lo cual fue aprobado por aclamación, distinción que agradecí, pero decliné inmediatamente.

A partir de allí hicieron añicos al Verde. Ahora, la pregunta es ¿Para qué necesitaban hacer añicos al Verde? Y ¿A quien encargaron de hacer esta sucia tarea?

«Me parece muy simbólico de esto ya decantado, que el representante Alejandro García haya decidido poner a una persona que nosotros habíamos expulsado del la Dirección del Verde por prácticas incorrectas, a que me contacte para proponer que me reúna con el representante».

Ahora, un Partido Alianza Verde en Risaralda que había subido orgánicamente desde 2015 hasta los 60.737 votos en 2022 para alcanzar dos curules a la Cámara de Representantes, de los cuales 34.805 en Pereira, ahora cayó como coco a 6.001 votos para alcaldía (casi la sexta parte). Para la Asamblea Departamental 2023, año y medio después, no alcanzó sino para un diputado: solo 36.720 casi la mitad. Vea el desastre en estos gráficos:

Siempre, este Verde que crecía vertiginosamente estaba siendo objeto de infiltrados. ¡Por algo sería!

Me quedan muchas dudas con los que se tomaron el partido. ¿Para quién trabajan?