Por: Luis García Quiroga
Creo que fue en 2010 que el entonces alcalde Israel Londoño hizo el lanzamiento de las Fiestas de la Cosecha en la Casa Fiscal de Risaralda en Bogotá, otra intentona de esas que infructuosamente hacemos de cuando en vez para darle cierto relieve al aniversario de la ciudad.
En aquella reunión de pereiranos que por esas calendas trabajábamos en Bogotá, me tocó asiento contiguo al ex alcalde Juan Guillermo Ángel a quien nunca le digo ex senador porque creo que hizo más y fue mejor y superior cuando fue alcalde, pues ciertamente durante varios años me acusaron de ser juanguillermista, virus que se cura con el tiempo.
Al oído le dije que, desde la celebración de los 120 años de Pereira en 1983, cuando Ángel fue alcalde, nunca Pereira ha podido hacer una fiesta de aniversario que se parezca más a lo que somos, con la grandeza que requiere el evento y especialmente, que proyecte la ciudad en el contexto internacional.
Fue el año en el que hicimos el Reinado Internacional de la Belleza Bolivariana que gracias a los contactos de la Condesa Nubia Brachi, contamos con un jurado de tal talla, que ni siquiera Cartagena lo ha tenido.
Tengo en mi memoria una montaña de imágenes del espectacular y multitudinario desfile de carrozas, esplendoroso por el colorido, creatividad y derroche de alegría gracias a la organización que le dio Consuelo Jaramillo Vélez. En la época había en Pereira menos universidades, pero eran el alma del desfile de carrozas.
Por estos días de cuarentena, incertidumbres y miedos, son reconfortantes las remembranzas de los buenos tiempos, porque como dice el ingeniero Samuel Eduardo Salazar, “Para los pereiranos, las Fiestas de la Cosecha son más importantes que el 20 de Julio”, lo que es irónico si se tiene como verdad palmaria que nuestras fiestas aniversarias carecen de identidad, por múltiples motivos, pero en especial porque su organización es coyuntural.
Por allá en mayo o junio alguien dice que hay que hacer fiestas. El alcalde de turno y la directora de la oficinita de Fomento al Turismo sacan un afiche y una programación que nunca se promociona a nivel nacional. Lo que debería ser un carnaval que traiga turistas internacionales, apenas ha sido una fiesta parroquial.
Sería ideal que, con motivo de la pausa festiva obligada por esta pandemia, el alcalde Maya, si de veras piensa diferente y quiere que Pereira marque diferencia, conforme una junta cívica que diseñe una estrategia de alcance corporativo en la que obviamente el Municipio tenga la orientación, pero que la organización y ejecución sean responsabilidad de un director y una junta organizadora que tenga autonomía presupuestal y operativa. La Corporación Fiestas de la Cosecha.
Salvo mejor opinión, sería la forma ideal de acabar con la práctica perniciosa en la que ciertos personajes (que creen que nadie se da cuenta) convirtieron ciertos eventos como las Fiestas de la Cosecha y el alumbrado navideño, en un negocio lucrativo para ellos y quienes adjudican los contratos.
Recordemos que Pereira fue en plena bonanza cafetera desde los años 70, el primer municipio productor de café en Colombia. Jaime Marulanda Gómez me dice que “Para el año 1992 llegamos a tener 17.200 hectáreas sembradas de café tecnificado; hoy tenemos 5.500 hectáreas. (Morelia llegó a tener la mayor densidad de producción nacional por hectárea).
Es así como en su origen, las Fiestas de la Cosecha simbolizan el tiempo de recoger los frutos producto del esfuerzo colectivo de una sociedad que se ganaba el dinero a la manera antigua: trabajando. Apasionada por la agricultura, la nuestra fue una sociedad pereirana que tenía suerte porque trabajaba duro; y entre más duro trabajaba, más suerte tenía. Y por eso celebraba.
Alcalde Maya, si en el 2020 los pereiranos no podemos tener Fiestas de la Cosecha, aproveche y dele un nuevo rumbo a los fastos que más gozamos quienes tenemos el privilegio de vivir en este pedazo de cielo que la vida nos dio.
Pereira, 31 de agosto de 2020