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PolíticaAlcalde, vamos perdiendo el partido

Alcalde, vamos perdiendo el partido

POR LUIS GARCÍA QUIROGA


Perdida ya la pasión por el Deportivo Pereira, poco importa, casi nada que gane o pierda con el América. Tal vez corriendo el dial de emisora en emisora sepamos el marcador, pero el verdadero partido, el más importante que nos estamos jugando es contra el todopoderoso Covid-19, y ese lo estamos perdiendo.

Un tío octagenario que vive con nosotros me pidió el favor que le comprara un tarro de mantequilla “pero que sea del Éxito”. Cuando yo tenga esa edad (si es que llego) puedo pedir también que sea como yo quiera y tal vez no quieran llevarme la contraria.

Eso ocurre cuando a uno lo aman. En todo caso el viernes pasado a las 4:00 p.m. llegué al Éxito del Victoria y quedé lelo cuando vi una enorme fila para entrar y en sentido contrario otra para salir. Típico: nadie guardaba el distanciamiento social.

Como ya tenía el carro adentro del parqueadero igualmente “tetiado”, me arriesgué y entré derecho a la góndola de mantequillas. Salí nervioso y preocupado por el relajamiento en las normas de prevención de la pandemia y la ausencia de controles.

Sobre todo porque comprobé que pareciera importarle ni a las autoridades ni a los empresarios, que claro, ponen el foco en “la reactivación económica” y en las ventas. Típico: que cada quién se cuide como quiera, o se muera como pueda, o contagie a los demás como le venga en gana. Ya lo dijo Facundo Cabral: el hombre lo puede todo, hasta matarse. Le faltó decir que también puede matar a los demás sin disparar y hasta sin pensar, solo con quitarse un tapabocas o meterse en una montonera.

Y ayer domingo a las 4:00 p.m. vi ‘la que no tapó el gato’. La montonera de hinchas pereiranos del América de Cali en tremenda danza macabra que grabé en mi celular y la divulgué de inmediato en mis muros de Facebook, Instagram, Twetter y a mis contactos de Whatsaap. Ahí está el video de un minuto.

El video lo apoyé con este texto: Antes el fútbol nos contagiaba de alegría y emoción. Hoy nos contagia de miedo y de riesgo mortíferamente pandémico. Ya no importa quién gane ni quién pierda. Por falta de autoridad, de cultura ciudadana, por lo que quiera cualquiera, pero ¡Estamos perdiendo el verdadero partido!

A cuatro policías motorizados que allí estaban les pregunté si se podía hacer algo. -Sí, claro (me dijo uno de ellos acercándose a la ventanilla de mi carro) que cada quién se cuide. Y se retiró. ¿Y dónde está el piloto?

De las rumbas campestres y fiestas clandestinas, ni hablemos. Lo de los funcionarios de la Alcaldía de Dosquebradas es un ejemplo “muy bello” y la respuesta del alcalde Ramos, “divina”. 

El mal ejemplo cunde. Basta darse un paseo por las redes sociales en donde vi a una amiga muy querida (hermosa, pa´qué). Durante los primeros seis meses de la pandemia ella hizo del apartamento un convento, pues se moría de miedo al entrar al ascensor o salir a comprar pan. Era ella la que me decía que me cuidara. Ahora yo no le digo nada porque pa´qué. (Y como lee mis columnas, pues ahí verá si se siente aludida). 

Y así por el estilo, nos relajamos al extremo tal que el terror pandémico ya no tiene cura, como la parroquia de cierto barrio.

¿Cultura ciudadana? ¿Autoridad? ¿En Pereira? ¿En Dosquebradas? Y miremos lo que está pasando con la pandemia en Francia y Alemania. Y eso que ellos nos llevan dos meses. A nosotros nos falta el rebrote y el rebote. Esto va para largo y si seguimos así, no vamos para ningún Pereira.

En la Gobernación se van todos para el resguardo indígena, en la Contraloría terminaron confinados; y así, como ni las autoridades dan ejemplo, pues quién sabe dónde más será la fiesta pandémica de esta horrorosa y macabra danza de irresponsabilidades individuales, grupales y lo peor, oficiales, que como decían nuestros padres cuando algo iba mal: más temprano que tarde nos van a llevar a la tumba.

Claro, hay excepciones. No es lo mismo entrar al Pereira Plaza que ir a la montonera social de Parque Arboleda. Y aunque sean del mismo dueño, no es lo mismo entrar a Carulla que ir al caótico Éxito, así sea de entrada por salida a comprar un tarro de mantequilla.

En síntesis, como decía mi recordada madre: ¡Así no vamos para ningún Pereira, pero usted verá mijo!

3 COMENTARIOS

  1. Pienso sobre el tema del Covic 19, que si bien debemos ser responsables y disciplinados, es nuestro deber, el 70% de la población se va a contaminar cuidémosnos o no…eso le llega a cualquiera, y el que esté destinado para irse se va, quienes no, se recuperan que son la mayoría. Es una gripa muy fuerte, que se debe cuidar muy bien, lógico quienes tengan enfermedades preexistentes o de base, es difícil que se recuperen. Pero en fin, esto es un llamado de Dios a la humanidad por tanto pecado. La mejor vacuna es el cambio de vida, hacer las cosas bien y pedirle a Dios que extinga este virus. ¡Dios no está dando una lección¡

  2. Esto termina convertido en algo muy personal e individual.
    Cada quien decide que hacer.
    En disciplina ni los Eurpoeos, ni los EE UU, están dando ejemplo.

  3. Luis un saludo. Creo que esa irresponsabilidad ciudadana nos va a llevar, como tú dices, sálvese quien pueda.

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