Philippe, el millonario que hace parte de la aristocracia francesa, que está condenado a permanecer el resto de sus días atado a una silla de ruedas por un accidente que lo dejó cuadrapléjico, contrata a un asistente para que lo ayude en todas sus actividades diarias. Aunque la relación entre ellos es tensa al comienzo, con el paso de los días van tejiendo una entrañable amistad que permite a Philippe encontrar una razón para vivir, y a Driss, su asistente, (que es un exconvicto inmigrante senegalés), a mirar la vida de otra forma aprovechando las nuevas oportunidades que nunca había disfrutado. La película francesa AMIGOS INTOCABLES (2011), reconocida por la crítica internacional, es dirigida por Eric Toledano y Olivier Nakacheza, protagonizada por FRANÇOIS CLUZET y OMAR SY…
Hace pocos días tuve la oportunidad de reencontrarme con un amigo conocido en las redes sociales. Y digo que fue un reencuentro, porque a través de las diferentes publicaciones de temas variados que vengo haciendo, logramos encontrarnos en la afinidad de gustos, especialmente, por nuestra visión crítica de la política, las relaciones sociales, la sensibilidad frente al acontecer diario y la conciencia de clase. Además, por una vieja afición que compartimos: la pasión por los libros.
Estando yo acompañado de unos amigos, en espera de que terminara la lluvia persistente de una tarde fría, pasó por enfrente del Café ese amigo de Facebook -de quien solo había visto las fotografías que publica-, me dio por llamarlo por su nombre a lo que el hombre se detuvo y miró hacia nosotros, reconociendo que quienes se encontraban conmigo eran amigos comunes. Con el desparpajo de su sonrisa sonora se acercó y tuvimos la posibilidad de presentarnos.
Ya lo que siguieron fueron las risas, las anécdotas y la confianza en la conversación que me hicieron sentir que la amistad nacida en la magia de las redes sociales por las lecturas, comentarios y controversias, son esa nueva manera de relacionarnos en estos tiempos modernos. Así, por ejemplo, con muchos amigos permanecimos casi tres años sin tener su presencia física por motivo de la pandemia y retomamos la vida después de desaparecer el riesgo como si no hubiera habido ningún obstáculo en todo este tiempo. A propósito, a todos los amigos que me acompañaban aquel día de lluvia, los conocí de la misma manera.
Mis mejores amigos son mis hermanos y hermanas de sangre, con los que siempre he mantenido contacto y que han estado presentes en mi vida con su solidaridad y buenos consejos; y tengo otros hermanos más, que son aquellos amigos que con su comportamiento se asemejan mucho a la fraternidad de un hermano de sangre.
Su nombre es Javier Gómez Ramírez, con amplio reconocimiento en la Perla del Otún; amigo de todos; dueño de un exquisito gusto melómano por la salsa, el guaguancó y el guateque; apasionado por el fútbol y sus lealtades; agradecido como el que más por cada amigo, por cada gesto, por cada detalle; Inspirador de poetas como Héctor Escobar Gutiérrez, quien le dedicó dos sonetos selectos, o el fino relato del médico Alberto Herrera que publicó una magistral columna en el periódico pereirano El Diario del Otún, siendo el templo de los godos -en donde no cabe un hombre de las ideas liberales de Javier-, exaltando las virtudes del «Embajador de Mozambique» (como lo describe), por su porte, y la elegancia de sus sombreros exclusivos que son admirados por los pereiranos que se lo encuentran en la calle, o en las tertulias culturales, o en la Biblioteca Pública, o en el Rincón Clásico del viejo Olmedo Ospina, en donde departe con sus «ronehados amigos», o en las retretas de la Banda Municipal de la Ciudad. Ese es Javier, el negro querido, orgulloso de sus raíces, fiel representante de la pereiranidad de una ciudad sin puertas. Él, con su magnetismo y su jovial disposición, que refleja cada día en sus publicaciones, hace que quienes tenemos la oportunidad de ser sus amigos, aun sin habernos encontrado la primera vez, podamos ratificar que la amistad no tiene límites, que la amistad parte de la disposición de entrar en contacto con las demás personas, que la amistad, tan ultrajada en los tiempos modernos, sobrevive como muestra de la inteligencia de los seres humanos.
Borges decía acerca de la amistad, que: «La amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad, y sobre todo la amistad de hermanos, no. Puede prescindir de la frecuencia o de la frecuentación».
¡Y, es muy cierto! La amistad superó una prueba de fuego durante los tres años que estuvimos afectados con la Pandemia. El contacto con la mayoría de amigos se limitó a la comunicación telefónica o a través de las redes sociales, pero nos marginó de la posibilidad de encontrarnos a departir con ellos.
Es muy distintiva la forma que tiene Javier Gómez Ramírez de expresar por medio de sus publicaciones el gusto por cada libro que está leyendo, es el beneplácito por cada encuentro o reencuentro con los amigos, es el de agradecerles por cada momento, es agradecerles infinitamente por la amistad, es el de dar mil gracias por ser parte de su vida, es el manifestar que siempre está en disposición para sus amigos y las buenas causas. Con «EL BEMBÉ TE SALUDA», siempre está manifestando su sintonía total con las cosas que llenan su vida. Gracias, Javier.
¡Quedan muchos más amigos encontrados en Facebook, con quiénes propiciar un reencuentro, con quiénes, que al igual que Javier, y, sin habernos encontrado ni una vez, nos une la nueva amistad que nos abrió el mundo mágico de las redes sociales!
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«Los amigos son el sostén para soportar lo insoportable de la existencia».
HELEN KAPLUN
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«Es parentesco sin sangre, una amistad verdadera»
CALDERÓN DE LA BARCA
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«Nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo»
RICHARD BACH.
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AÑADIDURA ÚNICA. ¿Se imaginan en dónde no existieran estas formas modernas de comunicarnos –incluyendo todas las diferentes plataformas digitales-, y haber quedado en manos de lo que los gobiernos y la gran prensa quisiera comunicar? ¿Y, encima de eso, tener que aceptar como válido las fuentes de información entregadas por medios de comunicación que solamente obedecen a los grandes intereses económicos? ¿Se han puesto a pensar cómo hubiéramos podido sobrevivir la Pandemia sin poder tener la presencia virtual de nuestros seres queridos y amigos durante todos estos insoportables y casi interminables meses? ¿Qué hubiera pasado con muchas de las empresas que lograron mantenerse activas a través del teletrabajo? ¿Qué tan profundo hubiera sido el daño para los niños ausentes de las aulas por tanto tiempo, sin tener una aproximación al conocimiento?