El departamento de Risaralda cumple mañana 57 años de existencia, cinco menos que lo que duró el viejo departamento de Caldas. A pesar de su génesis de carácter político y por encima de las características sociológicas, económicas y culturales de los municipios y comunidades que lo integraron, Risaralda es una realidad, un hecho histórico que se quedará —para siempre quizás— en el mapa territorial de la nación. El departamento nació de la necesidad pereirana de independizarse de Manizales y después de casi cuarenta años de frustrada lucha separatista. Nadie niega las diferencias que existían con la capital caldense y menos la actitud dominante y subyugante de su clase dirigente. Ellos mismos labraron la historia. La inconformidad provinciana era de tal magnitud que los «cuyabros» y casi todos los municipios del viejo departamento se unieron a nuestra causa. La disputa entre Armenia y Pereira por ser la capital del nuevo ente territorial fue el hecho que demoró la desmembración.
Pereira no podía irse sola pues tenía una poderosa circunstancia: su territorio municipal partía en dos al viejo departamento de Caldas. De independizarse dejaba a todos los actuales municipios del Quindío separados geográficamente de Manizales y los demás. La gesta entonces debía ser común. Había que contar con Armenia y con todos los municipios ubicados al sur. Y así fue desde mediados de la década del 20 cuando empezaron los afanes separatistas. La figura que alimentaron nuestros dirigentes fue la del departamento de Quindío, capital Pereira. Pero en Armenia la idea no calaba. Era como separarse de Manizales, pero seguir dependiendo de Pereira. La idea no prosperó.
A medida que la inconformidad crecía se hacía necesario encontrar alguna solución y nuestra dirigencia lo entendió así y lo logró. Pagó el precio al ceder el nombre de «Quindío» y apoyar la gesta de independencia de los cuyabros para después incubar otra nueva escisión con el nombre de Risaralda.
Lograda la independencia del Quindío en 1966 la tarea de nuestros dirigentes se centró en cautivar a 20 municipios de la esfera más cercana para que hicieran parte de Risaralda. Fue una labor titánica y difícil. Los habitantes de La Virginia sabían que su municipio era imprescindible porque sin ellos Pereira quedaba aislada y separada geográficamente de los demás municipios de occidente. Esa realidad supieron valorizarla y cobrarla. Adicionalmente, los manizaleños hicieron un buen lobby en el Congreso para evitar que Viterbo, Anserma, Riosucio, Supía, Belalcázar, Risaralda y San José se unieran a la gesta y lograron que la dirigencia separatista pereirana encabezada por Gonzalo Vallejo y Camilo Mejía —liberales ambos— no hiciera mayor esfuerzo para evitarlo a sabiendas que casi todos estos municipios eran de claras mayorías conservadoras y amenazaban con imponer su liderazgo político en el nuevo departamento.
La situación de Santa Rosa de Cabal era especial. Era importante que se uniera a la causa risaraldense porque sus linderos geográficos se tocaban con Pereira en el río Otún (para esa época Dosquebradas no existía como municipio y era apenas un corregimiento de Santa Rosa). El restante departamento de Caldas llegaría hasta nuestras goteras lo que no sonaba muy halagador. En contravía del querer manifiesto de los santarrosanos los concejales de ese municipio votaron la independencia no sin cobrar costosamente la osadía. No todo fue decente en la gesta libertadora.
La celebración del nuevo aniversario de Risaralda no debe servirnos para porfiar en los hechos y motivos que nos dividieron ni para tirar puyas o rememorar las viejas rencillas. Ahora más que nunca debemos estar unidos con nuestros vecinos para atender juntos las necesidades que nos son comunes, pero sobre todo para defendernos de los afanes centralistas que pretenden imponernos impuestos, peajes, concesiones y decisiones muy lejanas a nuestros intereses. ¡Feliz cumpleaños Risaralda!
Ernesto, muy buen aporte histórico de una manera sencilla y proponiendo una unión
Me gustó aprender estos detalles de nuestra historia.
Me suena mejor departameto DE Risaralda.
Muchas gracias.
Un saludo afectuoso.
Podríamos repetir la apuesta de hace 57 entre Cástor Jaramillo y César Augusto López y que la Academia Colombiana de la lengua dirimió en favor del periodista, conceptuando que la corrección gramatical exige el uso del DEL, apocopacion de la preposición de y el artículo el…
El territorio del departamento
del Risaralda toma su nombre DEL valle de su mismo nombre; lo mismo sucede con el departamento deL Valle del Cauca, del Cauca que hace referencia al río, lo mismo sucede con el departamento deL Magdalena, del Vaupés, del Arauca, del Meta, del Amazonas, del Tolina, que hace referencia al extinto nevado, del Quindío que lo toma del antiguo nombre de ese territorio, y cientos de etcéteras, no sólo en la geografía colombiana.
Jaramillo y López fueron muy elegantes en su apuesta, una caja de Whisky. Te propongo que la nuestra sea más autóctona; una caja del delicioso amarillo manzanareño del departamento DE Caldas.
Departamento deL Risaralda.
Así como del Quindio, del Valle del Cauca, del Tolina, del Magdalena, del César, etc, etc.
Es muy conocida la anécdota de la apuesta de una caja de whisky entre Castor Jaramillo y César Augusto López (cosa curiosa, ambos nacidos en Salento).