Ocupé por primera vez una curul como concejal de Pereira en 1995. Pertenecí siempre a la Comisión Segunda de Presupuesto y Asuntos Fiscales, incluidos los períodos iniciados en 1998 y 2016. En 1995 se dieron las primeras modificaciones al Código Fiscal del municipio, incluyendo la aplicación de normas del Estatuto Tributario Nacional, como el auto avalúo de inmuebles, la estratificación y la declaración bimensual de industria y comercio, entre otros.
En esa época el registro del catastro de predios del municipio de Pereira, para el cobro anual del impuesto predial, pagos efectuados y cartera causada, se registraba en un Kardex de tarjetas de cartón, con anotaciones manuales. Fui testigo de que se desaparecían tarjetas de valiosos predios, con la complicidad de algunos funcionarios. La corrupción siempre ha estado presente en nuestra actividad pública. Años más tarde la administración adquirió un costoso software contable para gestionar las finanzas del municipio y el registro de sus contribuyentes de los impuestos de Predial e Industria y Comercio. Se automatizaron la generación de facturas, y el estado de la cartera, entre otros procesos.
A nadie le gusta pagar impuestos, y es por eso que debe existir un régimen fiscal fuerte para su cobro oportuno, y de la cartera causada, pero, ante todo, deben haber impuestos justos. Mi principal preocupación siempre han sido la cuantiosa cartera que se genera año tras año, la dificultad de su cobro y la inequidad tributaria que siempre ha existido, y que no se corrigen. Como los ingresos previstos no crecen al mismo ritmo de nuestras necesidades, la solución que se diseñó, fue aumentar las tasas de los impuestos. Resultado, Pereira tiene las más altas las tarifas de Predial e Industria y Comercio.
Esta situación agravó con la actualización catastral de 2022, estamos en una situación terrible, y a nadie parece importarle. No se toman medidas para corregir los altos impuestos y el aumento exponencial de las carteras de impuestos. A las administraciones de la ciudad, solo les interesa gastar sin planeación alguna, acudiendo a cuantiosos endeudamientos, olvidando que al final son los contribuyentes quienes pagan las consecuencias de estas decisiones irresponsables.
En una de mis columnas pasadas, informé que la cartera del impuesto a diciembre 31 del pasado año, estaba aforada en $406 mil millones de pesos, y la de industria y comercio en $110 mil millones. Pero hay deudas por plusvalía, áreas de cesión, deberes urbanísticos, uso y aprovechamiento del espacio público, en cifras importantes, que demuestran la pasividad e impericia de Hacienda Municipal, al dejar crecer estas carteras. Esta ineptitud se puede estar reflejando en la cuantificación de la cartera, pues con la información servida por ese despacho, las cuentas no cuadran, y de manera grave.
Hagamos cuenta, como ejemplo mostremos las cifras del predial para el año 2023. Según Hacienda el catastro de Pereira, a 1 de enero de 2023, tenía 208.017 predios urbanos y rurales, por un valor catastral de $36.24 billones de pesos. Este valor le permitió facturar por la vigencia 2023 la suma de $459.278 millones, sin incluir cartera. A diciembre 31 se recaudó la suma de $202.381 millones por esa vigencia, $24.714 millones por vigencias anteriores, y se concedieron $29.105 millones en descuentos por pronto pago, lo cual nos arroja una cartera por el año 2023 de $227.791 millones. Pero Hacienda certifica que la cartera registrada en 2023 es de $112.280 millones. Una diferencia de $115.511 millones de pesos, diferencias que se muestran año tras año. Con la misma información en el año 2020 se causó cartera por esa vigencia de $56.736 millones, y Hacienda reporta $22.397 millones, diferencia de $34.339 millones de pesos.
Estas cuentas se obtienen de manera sencilla. Las cifras están contenidas en documentos aportados a respuesta a derechos de petición presentados. El procedimiento es de simple contabilidad básica y las herramientas están contenidas en el viejo libro de “Matemáticas básicas de coquito”, en lo correspondiente a sumas y restas, no se necesitan la multiplicación y la división. Lo que se requiere es una revisión pronta por parte de un organismo competente, serio, independiente, y ojalá foráneo. En decenas de años que he venido expresando esta grave inexactitud de cifras, nadie responde. ¡Qué dolor!!!