«Rocha realmente se esfuerza por capturar el espíritu y la sustancia de un género que barrió una nación hace cinco décadas.»
Sarah Ward.
«Es tan entrañable el panorama trazado en este documental, valorizado por el tratamiento formidable dado a la compilación de imágenes y sonidos, que se suscita una emoción profunda en la sección final»
Guilherme de Alencar Pinto.
«Este es un enorme trabajo de Eryk Rocha, (…) confía en la vitalidad y energía de unos segmentos que aún cautivan. Eso todavía es verdad.»
Antonio Martínez.
Por: Germán Ossa
Una película que recomiendo, sobretodo a los amantes del buen cine de verdad. A aquellos que ven sin pereza películas que hay que ver con ganas. Películas difíciles, no comunes, de narración no lineal. Películas que no tienen adentro una historia de amor y que empiezan tristes y terminan bonitas, como el ciento por ciento de las telenovelas colombianas. Esta es, pues, un documental que rinde homenaje al cine del Brasil, una de las mejores cinematografías de América y por qué no decirlo, del mundo.
Erik Rocha, hijo de Glauber (un ícono de la cinematografía brasileña), es reconocido por su obsesión permanente por rescatar el cine de su padre y, de paso, lo mejor de la cinematografía de ese país.
Un documental que rinde un homenaje al movimiento cinematográfico Cinema Novo, que surgió en Brasil a finales de los años 50. La película está realizada solamente a partir de material de la época, tanto fragmentos de las películas como entrevistas a los propios miembros del movimiento. Intervienen directores como Nelson Pereira dos Santos, Ruy Guerra, Carlos Diegues, Leon Hirszman, David Nieves, Joaquim Pedro de Andrade, o Gustavo Dahl. Sus voces resuenan durante toda la película, permitiéndonos comprender de primera mano la realidad de uno de los movimientos cinematográficos más importantes que han existido. El film transmite mucha cercanía entre los diversos cineastas y uno respira unión y entusiasmo.
La filosofía del Cinema Novo se basaba en intentar hacer visibles aquellos aspectos de la realidad social que no lo eran todavía. El movimiento apostaba claramente por mirar de frente la sociedad y tratar de comprenderla mediante el cine. Tan prioritario era este aspecto social para el Cinema Novo, que Eryk Rocha dijo: “El espíritu del Cinema Novo hoy en día puede estar también fuera del cine, en los vídeos activistas de denuncia o la filmación de manifestaciones (aunque no tengan valor artístico).” Lo importante es hablar de la relación del individuo con la sociedad en la que está, como dos cosas inseparables.
La sociedad brasileña era desigual, violenta, paranoica, llena de miedo.
Su director quiso hacer este filme, porque las preocupaciones socio-políticas que motivaron el nacimiento del Cinema Novo, siguen teniendo valor y sentido hoy en día (incluso más que antes todavía.)
En el documental, los directores del Cinema Novo hablan de los problemas que tienen para distribuir las películas. Reflexionan sobre la paradoja de que el público al que quieren dirigirse no está preparado culturalmente para interesarse por películas de este tipo. Como solución, crean su propia distribuidora para intentar conseguir que sus películas sean proyectadas.
Rocha argumenta que el cine de Hollywood ha conquistado el mundo cinematográfico. Los jóvenes crecen viendo únicamente cine americano, convencional, de entretenimiento. El gran público no está preparado para reflexionar cuando va al cine, así que el problema de la distribución sigue vigente.
El Cinema Novo intentaba cuestionar la frontera ficción-documental y entendía el cine como un “acto colectivo”, creado a partir de la unión entre los cineastas, y enfocado a intentar generar un espacio de reflexión para el público y la sociedad brasileña en general.
El cine que se hace hoy día sigue muy alejado de la gente, los cineastas no están demasiado unidos, y los espacios de reflexión colectiva siguen haciendo mucha falta. El cine sigue teniendo que enfrentar los mismos retos. En Brasil, en España y seguramente en todo el mundo.
Creemos que el gran objetivo de esta película es ayudar a que el mundo, e incluso los propios brasileños, conozcan el Cinema Novo. No para recordarlo como un documento histórico interesante, sino porque su espíritu es necesario en el mundo actual, casi más que nunca. Conviene conservarlo.
Erik Rocha dice: “Nuestros pueblos sufren de memoria, de amnesia. Y es difícil tener futuro, sin pasado.“
Premios
2017: Premios Platino: Nominada a mejor documental
2016: Premios Fénix: Nominado a mejor documental
Críticas.
Palma de Oro en Cannes al Mejor Documental. 2016.