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CINE PARA EL OPINADERO – El Baile

Por GERMÁN A. OSSA E.

Quiero advertir que no voy a hablar de la espectacular película del italiano Ettore Scola que vimos en Comfamiliar, en nuestro Cine Club, por allá por el año de 1984, y que nos dejó unos muy gratos recuerdos por su profundidad y originalidad, toda vez que es una cinta en la que la historia (50 años de ella), se vive a través de una secuencia impactante de imágenes que son descritas magistralmente por uno de los más ilustres representantes de la edad de oro del Cine italiano. Toda ella filmada en un salón de baile (supuestamente francés), donde el hilo conductor es la música, los protagonistas, unos exquisitos bailarines y en la que los diferentes géneros musicales, los sonidos ambientales, el vestuario y la escenografía, dan firmeza a lo que sucedió en el mundo durante esos 50 años en mención.

No, quiero hablar de esta nueva película de la adulta Meryl Streep, esa extraordinaria actriz que se arriesga a todos los retos y los supera, y quien se deja acompañar de esa otra hermosa diva, ya un poco desvanecida pero encantadora Nicole Kidman, quienes encabezan un reparto de respeto.

Dice el crítico  Javier Salah: “Aunque hay pactos implícitos con la audiencia, esta es una muy buena película y me parece justo advertir, es una comedia musical y hay que asumir un código un poco dulzón, pero no hostigoso.

“El baile” tiene un elenco de primer nivel: Meryl Streep, Nicole Kidman, James Corden, Andrew Rannells y Jo Ellen Pellman. Los personajes están muy bien definidos desde el inicio, lo que permite simplemente disfrutarlos y no buscar la motivación de cada uno, pues esto es explícito en las líneas iniciales.

Meryl Streep es Dee Dee Allen y James Corden, Barry Glickman. Ambos interpretan a actores de Broadway, ganadores de los premios Tony y ahora acaban de estrenar una obra sobre Eleanor Roosevelt, que esperan sea un éxito. El problema es que la crítica los destroza y los hace ver a ambos como actores egocéntricos. En este deprimente resultado, se encuentran con Angie Dickinson (Nicole Kidman), una eterna corista y frustrada porque nunca la han considerado para el musical “Chicago”. Y Trent (Andrew Rannells), quien ahora es barman, es un actor cuya carta de presentación es haber estudiado en la prestigiosa escuela de artes dramáticas de Julliard, pero sin tener un personaje exitoso jamás. Paralelo a esto, Emma es una joven a la que un conservador grupo de padres no le permite ir a su fiesta de graduación por ser lesbiana. Los actores ven en la adolescente una causa benéfica que les permita mostrarse como personas genuinas y así reconciliarse con la crítica y el público.

La película está llena de talento, sarcasmo y buenas referencias. La primera crítica que se desliza es, precisamente, la de la premisa de este filme: cuando el mundo artístico toma en sus banderas de lucha ciertas cruzadas benéficas como los derechos ambientales o minorías sexuales, pero lo hacen para potenciar su imagen y no por interés genuino de visibilizar estas nobles causas.

También, a aquellos actores que no tienen tanto éxito, pero se mueven por el mundo mirando desde el Olimpo. Algo que por lo demás ocurre en todas las profesiones, ¿o no? “No hay diferencia entre el Presidente de Estados Unidos y una celebridad. Ambos podemos cambiar el mundo”, lo dicen cantando al inicio.

Streep y Kidman llevan sus papeles con mucha gracia. Claro, no es “Moulin Rouge” para Kidman, pero aquí se mueve con naturalidad, es ingenua y muy divertida. Streep está mucho más prudente que en “Mamma Mia!”, así que podemos verla sin tantos adornos. Dee Dee Allen es muy jovial. Ojo, esta espectacular actriz no cree que sea un requisito verse joven en las películas, ella es Meryl Streep y punto!. Efectivamente no lo es. Streep muestra frescura y agilidad en este papel que demanda exigentes coreografías.

James Corden es un reconocido presentador británico de televisión. En los últimos años han sido famosos sus Carpool Karaoke, donde canta con estrellas, mientras manejan por las calles de la ciudad. Ganador de 7 Emmys, tanto por ese programa como por “The late late show with James Corden” de la cadena CBS, sus trayectos con Lady Gaga, Celine Dion, Adele y Paul Mc Cartney, acumulan millones de visitas en YouTube. Ha sido la voz de varios filmes animados y ha tenido participación en otras películas, pero este es su primer gran papel. Este es, quizás, el personaje más sobrecargado, pero es innegable que Corden canta, baila y actúa con mucho profesionalismo. La crítica en esta película, ha sido un poco más amable que con su anterior participación en “Cats”, otro musical de Broadway llevado a la pantalla grande, pero que fue uno de los grandes fracasos del 2019.

Me encantó Jo Ellen Pellman,  actriz estadounidense que tiene su primer protagónico de la mano de la joven Emma. Su personaje esta fuera de toda victimización, ya que su conflicto no es ser lesbiana, sino cómo mostrárselo al mundo. Es tratado con mucho respeto y, a pesar que es una comedia musical, la película permite poner en discusión un tema más profundo. Jo Ellen Pellman es la más mesurada del elenco, lo que permite apreciar su multifacético talento.

Hay diálogos que exacerban lo ridículo y se convierten en escenas muy cómicas, sobre todo aquellas alusiones a la cultura norteamericana ridiculizada en Hollywood. Por otro lado, hay guiños muy inteligentes a las comedias de Julia Roberts, “La La Land” e incluso a “Jesucristo Superestrella”.

Esta película dirigida por Ryan Murphy es original de Netflix, pero por su iluminación y sonido habría estado perfecta para la pantalla grande. El baile, además, se hace cargo de una generación un poco olvidada últimamente por el cine; la preadolescente, edad donde todos los problemas son más grandes de lo que realmente aparentan, y aquellos que lo son, se ven minimizados por los adultos. Algo que Murphy sabe hacer muy bien, ya que lo hizo en “Glee”, la serie que comenzó el 2009 y tuvo seis exitosas temporadas. Acá también hay un profesor salvavidas, un grupo talentoso pero ignorado, y coreografías impecables.

Su soporte teórico, su contenido, su trasfondo, es delicado de tratar, ese que tiene que ver con las minorías sexuales desde los ojos de la juventud, pero esta película lo hace con mucho respeto y el humor está en una dosis perfecta.

Justo en un año donde el mundo de espectáculo ha tenido que bajar el telón y apagar las luces, “El baile” muestra este mundo, tan ausente y necesario durante esta pandemia. Murphy, quien precisamente dirigió “Comer, Rezar, Amar” (2010) con Roberts, alcanzó a filmar justo antes que esta terrible pandemia cambiara todos los planes, y pudo estrenar la película a finales del año pasado, donde la cinta es una oportunidad para desconectarse de la caótica y desesperanzada actualidad”.

Estoy por creer que Netflix sabía del virus, o al menos que una pandemia se veía llegar, pues se preparó con esos contenidos, para alivianar nuestra soledad, nuestra angustia, el desespero que a veces nos acosa. Si bien tiene en su archivo mucho cine y series casposo y casposas, tiene cosas que nos alivian el alma. Y eso está bien.

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