Por GERMÁN A. OSSA
Se convierten, a fuerza de la enorme publicidad y de la habilidad de los comunicadores de motivar su consumo en grandes cantidades, por las épocas que se ven en proporciones inimaginables, algunos tipos de películas en un GÉNERO cinematográfico. Nos referimos al cine que por ejemplo inunda las salas en la Semana Santa y en la época de Navidad, que pasan a ser géneros, que, aunque no tienen un nombre en especial, son de esos momentos y nada más, únicos y hasta indispensables. El cine de corte bíblico desentona en épocas diferentes, aunque obvio, no es pecado ver algunas de esas espectaculares cintas, en una época diferente, pues sus calidades artísticas obligan a mirarlas con una admiración innegable.
Las otras, esas que se producen, realizan y comercializan para ser consumidas en el frío invierno de los diciembres en muchos países del mundo, cuando los suelos y los paisajes blanquean gracias a la nieve, y cuando las calles, los parques y las grandes construcciones se llenan de bombillos diminutos de colores vistosos, rutilantes y alegres, en esa época del año que de por sí es entrañable y festiva, que obvio, llevan en su interior, en muchas de ellas, mensajes de amor, esperanza, alegría y obvio, entretenimiento un tanto desmesurado, no queriendo ello decir, que no existan las excepciones, aquellas que ambientadas en las épocas de felicidad, vengan llenas de tragedia, que en muchos casos es la obsesión de algunos realizadores que se han hecho célebres por ello.
El rojo, el verde, el blanco y la estruendosa luz que prima en la época de Navidad, a veces se empaña con el negro y la oscuridad de la tragedia, que son los que hacen de algunas, la excepción a la regla en esta teoría de la felicidad, obligando a unos realizadores, a sobresalir en el territorio de la creación de sus filmes, que paradójicamente cuentan con miles de seguidores.

Unas veces la navidad aparece de manera accidental en unas películas, en otras ocasiones, es el eje central. En unas oportunidades, lo que debiera ser emoción, alegría, vida y esperanza en cintas que ubican en sus afiches promocionales a los personajes que conocemos de la fecha en mención, son solo ese terreno que servirá de albergue para que otras historias, un tanto macabras, se desarrollen allí, sin pena ni gloria. Y tienen sus amantes y/o seguidores furibundos.
Esta que presentamos ahora, es una pequeña muestra de películas que de alguna manera se han hecho famosas, porque han usado la navidad como soporte teórico para construir diferentes tipos de historias. La fantasía, la imaginación, la tecnología, los personajes de carne y hueso y los que no tienen nada de ello y los ambientes reales o creados artificialmente que en ellas aparecen, nos invitan a querer volver a ellas, dependiendo, sobre todo, de nuestro modo de pensar, sentir, amar, creer y concebir este mundo que nos rodea, con pandemia o sin ella.
RECOMENDADAS
EL EXTRAÑO MUNDO DE JACK
Tim Burton es el autor de esta fábula oscura y malévola de stop-motion, que cuenta la odisea de Jack Skellington después de que, sin darse cuenta, viajara desde su casa de Halloween Town, a la ciudad de Navidad, que es decididamente menos espeluznante. Dibujos, muñecos, ambientes, paisajes y fantasías todas, elaboradas, inventadas y trabajadas por ese poeta de la imagen y los sueños llamado Tim Burton.

Batman Returns
Una película de acción que no trata realmente sobre la Navidad, a pesar de estar ambientada durante esa temporada de vacaciones. La segunda oportunidad de Tim Burton de dirigir una película de Batman, con todos los adornos típicos de su otro famoso cuento de Navidad igualmente gótico, El extraño mundo de Jack. Una película violenta, peligrosa y sexy.
¡Qué bello es vivir!
Frank Capra, inmigrante, extraordinario director que llegó a ser presidente de la Academia que entrega los premios Óscar en Hollywood, hizo esta maravillosa película en 1946. Pocas películas definen la Navidad como esta, que, protagonizada por James Stewart, quien hace el papel de George Bailey, quien, a punto de suicidarse, recibe la visita de un ángel que le muestra la verdadera importancia de su vida. Un blanco y negro impecable, es decir, una cinta de navidad no necesita vestirse de rojo y verde para ser un encanto.
Eduardo Manostijeras
Un Johnny Depp pálido, embutido en un traje de cuero y con unas manos acabadas en tijeras, brilla en todo su esplendor en este genial cuento suburbano y navideño de fantasía, dirigido por Tim Burton en 1990. Pese a ser algo extraña al compararse con otros clásicos de estas fiestas, es una de las que mejor reflejan el espíritu de buenos sentimientos de la Navidad.
Kiss Kiss Bang Bang
El director y guionista Shane Black, sitúa casi todas sus películas en plena Navidad (véase también otros films como “Arma Mortal” o “Iron Man 3”). Una comedia negra de 2005, protagonizada por Robert Downey Jr. y Val Kilmer. El primero es un ladrón metido a actor, y el segundo, un investigador privado, que tienen que unirse para resolver un caso.
Plácido
Uno de los grandes clásicos del cine español, dirigido por Luis García Berlanga en 1961. En una pequeña ciudad de provincias, a unas señoras burguesas con mucho tiempo libre se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña con este lema: «Siente a un pobre a su mesa». Sencillamente maravillosa, ácida y cáustica, como todo el cine de Berlanga.
El Duende
Will Ferrell es un huérfano bastante payasudo, criado por Papá Noel y sus elfos (duendes) en el Polo Norte, que viaja a la ciudad de Nueva York para localizar a su padre biológico, un cínico editor de libros interpretado por James Caan, en esta absurda, pero muy agradable película de fantasía.
El Apartamento
Un hombre soltero (Jack Lemmon), deja que sus compañeros de trabajo usen su residencia para sus asuntos, pero todo se complica cuando se enamora de la amante de su jefe (Shirley MacLaine). Esta comedia de Billy Wilder de 1960, ganó el Premio el Óscar a la Mejor Película ese año, por una sola razón: es una de las más grandes de la historia del cine. Y eso, a su vez, la convierte en una de las mejores películas de Navidad de todos los tiempos, dado que su historia de soledad y amor, se desarrolla durante el 25 de diciembre, en pleno “guayabo”.
Cuento de Navidad
Sigue siendo la mejor adaptación del legendario cuento de Charles Dickens. Esta bella película de 1951 nos narra la víspera de Navidad del desgraciado Ebenezer Scrooge (Alastair Sim), al que le visitan los fantasmas navideños del pasado, del presente y del futuro.
Una Navidad con los Muppets
Jim Henson murió cuando se hacía esta película por allá en el año 1992, pero su espíritu sobrevive en su perfecta combinación de locura y corazón, algo que contribuye a hacer de esta adaptación musical de Dickens, un clásico bastante subestimado.
Siempre un toque de fantasía en la,narrativa sobre el bello arte del cine.
Siempre recreandonos con la mirada aguda e inteligente.
Gracias