Con cada nuevo amanecer podemos también nosotros renacer, cada mañana podemos elegir con el sol resplandecer. Sé como el día y entierra en la luna tus penas, vete a dormir con el consuelo de las estrellas, para que mañana abras los ojos y sientas que la tristeza ya no corre por tus venas.
Con cada nuevo amanecer no viene un desafío, viene la oportunidad de un nuevo día vivido; la tierra húmeda para las mejores semillas sembrar, la frescura de la lluvia que las viene a regar. No es solo un día más, como quien contempla con agobio que nunca llegará el final. Cuando abres los ojos con cada despertar, tienes la posibilidad de cambiar. Probablemente la realidad de afuera no logres inmediatamente transformar, pero si cambias desde adentro, todo, a la vez se modificará.
Con cada nuevo amanecer, existe la posibilidad de nuevas cosas aprender; La facultad de ver con otros ojos aquello que nos viene a suceder; la garantía absoluta de, un intento más poder tener. Mira con esperanza el rayo de luz que entra por tu ventana, despiértate agradecido por esa bella mañana. No importa si llueve o hace calor, lo que la hace bella es la gratitud que viene de tu corazón.
Sé agradecido por lo que puedes elegir ser, no pienses más en aquello que no puedes tener o que, por más que quieras, no va a suceder. Con cada nuevo amanecer vuelve a nacer; vístete de la inocencia y la expectativa del niño que todo creía, cree también tú, para que seas capaz, para que la derrota no te venga a visitar. Bien se ha dicho que “Cada día trae su afán”, que el afán de este nuevo día, sea tu vida gozar.
Con cada nuevo amanecer, una persona distinta puede emerger. La que recibe el día con una sonrisa por todo lo que puede hacer, en lugar de ser quien reniega porque nada le salió como creyó que debía ser.
Muy motivador!!