Por FERLEY HENAO OSPINA
El sector privado usa la publicidad para vender algo, el sector público la utiliza para comprar a alguien.
Los fondos públicos que se emplean bajo la figura de “publicidad” que no se destinan precisamente a divulgar la gestión del organismo sino a promover la figura de la persona que lo dirige, son una de las formas de uso indebido de los recursos públicos, que debería ser objeto de investigación seria, detallada y profunda.
Parece una forma inocua de comunicar los avances de gestión, pero generalmente se desvía de la publicidad y se presenta como noticia, estrangulando la información para que solo se diga lo que favorezca al que autoriza el cheque, que no es precisamente el dueño de la plata.
Peor aún, ese dinero sirve también para impedir que se diga lo que sí debería decirse, violando la libertad de prensa y de opinión. En marzo, con la cuarentena se decretó la emergencia y se procedió a la compra de “mercados humanitarios”. Muchas, muchísimas alcaldías están siendo investigadas por sobrecostos y en algunos de esos municipios la prensa no dijo ni pío.
El respeto a la libertad de prensa debe ser un principio de todo funcionario público para ejercer su labor con transparencia, sin embargo esos mismos gobernantes en sus discursos de celebración del Día del Periodista (de dientes para afuera) los alientan a «criticar lo malo», porque «nosotros no nos las sabemos todas» y «el papel de la prensa es el de vigilantes del erario». Palabras vacías cuando se trata de elaborar el Plan de Medios.
Adriana Blanco de la FLIP, en su “Panorama y análisis de la regulación de la publicidad oficial en Colombia” expone que “La censura indirecta comprende todas las acciones sutiles que atentan contra la libertad de expresión: abuso de fondos públicos y monopolios que varía desde la asignación abusiva de publicidad gubernamental o subsidios y hasta pagos directos a periodistas en concepto de servicios dudosos o no declarados. Estos son doblemente perniciosos, ya que se hace uso y abuso del dinero de los contribuyentes y de los fondos públicos para promover intereses partidarios o personales”… “Estas prácticas en muchos casos se prestan para que el Gobierno condicione los contenidos periodísticos”.
La actividad legítima del Estado de utilizar a los medios para difundir información se puede convertir en un mecanismo de censura cuando las administraciones lo usan como un sistema de premio o castigo hacia los periodistas.
Hace falta, entonces regulación de la pauta publicitaria, ya que por carecer de lineamientos concretos, claros y precisos, la actual normativa da pie a que se atente contra la transparencia. La Constitución política de Colombia, en su Artículo 75, establece que: “Se garantiza la igualdad de oportunidades en el acceso a su uso en los términos que fije la ley”.
El presupuesto público suele utilizarse para estrangular voces discordantes con las sinfonías de corrupción, tal como lo hiciera en su momento el Grupo Grancolombiano de Jaime Michelsen contra El Espectador. Hoy, alcaldes, gobernadores, mandatarios en general, disponen de esa gran torta, en un país empobrecido, para enriquecer áulicos y eliminar críticos.
El modo como las entidades públicas distribuyen la pauta publicitaria entre los medios y los periodistas se ha utilizado como instrumento para presionar la publicación de información favorable a la gestión oficial. Esta práctica consiste en asignar o retirar la publicidad oficial para beneficiar a los afines o castigar a los críticos condicionando, de este modo, contenidos y cubrimiento.
Con libertad de expresión conculcada y amenazada y con prensa comprada y también amenazada ¿De qué democracia estamos hablando?
Este tema es un punto central en la nueva generación de instrumentos de lucha contra la corrupción.
Excelente articulo.
El estatuto anticorrupción prohibe citar el nombre del funcionario público en las vallas publicitarias.
Vimos con profunda tristeza, cientos de gobernantes cargando un bulto de harina para cientos de periodistas……
Numerosas cámaras de tv, condición sine qua non, para entregar 20 pares de tenis.
El gran show mediático de lo público.
» Con la libertad de expresión conculcada y amenazada y con prensa comprada y también amenazada.De qué Democracia estamos hablando?»
Excelente conclusión, Señor Columnista.
Sin independencia, sin pluralismo, sin controversia.
El estado social de Derecho, pisoteado por un sistema de ultraderecha guerrerista, corrupto.
Y unos partidos y políticos llamados : independientes, alternativos y más comprometidos con la sucia política tradicional.