El herpes zoster o culebrilla como es conocido por muchas personas es una afección muy dolorosa y que debilita al paciente, causada por el virus herpes zoster, que es responsable también de la varicela. Tras un episodio de varicela el virus permanece dormido en la raíz de un nervio a veces durante años y luego se reactiva, causando primero sensibilidad y luego dolor en la zona servida por el nervio, típicamente en la zona de las costillas, pero también en la parte baja del cuerpo, el brazo, el cuello o el rostro. En unos cinco días aparece un salpullido, primero como pequeños puntos rojos y luego ampollas. Como las ampollas de la varicela, están bolsas llenas de líquido que contiene el virus del herpes zoster, en unos dos días las ampollas se vuelven amarillentas y costrosas, desprendiéndose en unas dos semanas, pero dejando ocasionalmente cicatriz. El dolor puede persistir durante meses o incluso años. El herpes zoster en el rostro puede afectar tan solo la frente y los párpados. El herpes zoster oftálmico puede dañar los ojos y ha de ser tratado por un especialista. El herpes zoster es común en gente con un sistema inmunológico debilitado o gente que toma medicación anticáncer o inmunosupresores. La reactivación del virus se ve alentada también por estas condiciones y el estrés o el contacto con la varicela puede causar igualmente un rebrote. En el campo de la homeopatía pueden ser de gran utilidad medicamentos como el rhustox, arsenicum, mezereum, ranunculus ylachesis. La terapia neural será de gran ayuda en estos casos aplicándola sobre las áreas afectadas por herpes al igual que en los segmentos correspondientes a nivel de la médula espinal, lo cual genera una gran mejoría en lo que hace referencia al dolor quemante que ocasiona esta enfermedad al igual que evita la persistencia del dolor a nivel de los nervios afectados conocido como neuritis posherpética, la cual puede persistir a lo largo de mucho tiempo si no se trata con prontitud y eficacia. La aromaterapia también brinda un alivio importante mediante la aplicación local de aceite de árbol de té o el aceite de orégano los cuales tienen una intensa acción antivírica. También será importante comprobar los sistemas endocrino e inmunológico en busca de deficiencias nutricionales proporcionando apoyo adrenal y endocrino y nutrición para el estrés; comprobar las deficiencias de vitamina A; comprobar la sensibilidad hacia los alimentos; comprobar el consumo de cereales y productos lácteos; sugerir una limpieza intestinal. La homotoxicología jugará un papel importante en el tratamiento de herpes zoster buscando fortalecer los mecanismos de defensa y a la vez eliminando las toxinas generadas por este virus que se impregnan en los diferentes tejidos afectados. Una nutrición aplicada especialmente a base de vitamina B y C puede promover la curación y la reducción de la sensibilidad nerviosa incluso se puede utilizar la hidroterapia y la aplicación de cataplasmas de arcilla. Existen otras terapias que pueden ser de utilidad en este tipo de patología como son la acupuntura, la acupresión, la cromoterapia y la medicina ayurvédica.
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