Por Vigía CIVICA
Teniendo mucha tela para cortar, dejaremos, por hoy, los temas del gasto público, para referirnos a las medidas para la contención de la actual pandemia que, en este momento de pico de los contagios, desesperadamente tratan de lograr las autoridades de nuestra Área Metropolitana, con un éxito discutible, a la luz de las cifras de afectados. Lo que es evidente en la poca eficacia de las nuevas medidas que han tomado en los últimos días.
La más impresionante de ellas es el cierre de los parques El Lago, La Libertad y la Plaza de Bolívar de Pereira, que, según el secretario de Gobierno de Pereira, tiene el propósito de evitar: “la alta concentración de personas, especialmente de quienes tienen comorbilidades y que son adultos mayores, que frecuentan estos sitios sin guardar distanciamiento y adoptar los protocolos de bioseguridad”.
Pero después de ejecutada la decisión, las altas concentraciones de personas, que siguen sin protocolos de bioseguridad, se mantienen pegadas a las barandas con las que cerraron los espacios, o se desplazaron a las calles adyacentes, peatonalizadas. Consecuencia previsible, pues con el solo cierre de los parques, sus visitantes consuetudinarios no iban a permanecer encerrados.
Además, compradores callejeros, en toda el área metropolitana, sin ninguna medida de protección, siguen intercambiando billetes por mercancías y comestibles con comerciantes informales, que tampoco se protegen.
Desde el principio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud advirtió que las herramientas para frenar la propagación de la infección eran: el uso de tapabocas y el lavado frecuente de las manos y el distanciamiento social.
Entonces, sin necesidad de inventar restricciones inútiles, lo que debe controlarse es la permanencia en las calles de personas sin tapabocas, la primera y más elemental medida para evitar el contagio.
Otra medida nueva fue la prolongación del cierre de bares y discotecas, en el Área Metropolitana, la que generó una ruidosa protesta de personas vinculadas a esos negocios. Sin embargo, tanto en Pereira como en Dosquebradas, por lo menos durante los dos fines de semana anteriores, hubo bares y discotecas funcionando, sin que se conozcan sanciones a quienes los abrieron sin permiso.
Convendría que nuestros gobiernos municipales recordaran que el Artículo 2. de la Constitución Política de Colombia, dispone: “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, (…), y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.”
Porque, mientras esos gobiernos municipales permitan la indisciplina social en el transcurso de la actual pandemia, no están protegiendo la vida de los residentes, ni asegurando el cumplimiento de los deberes sociales de los particulares que pueden estar esparciendo el virus.
Totalmente de acuerdo.
Se evidencia como las autoridades civiles, militares y gubernamentales, se relajaron con respecto a la aplicación de multas por la violación a las medidas de bioseguridad.
La buena voluntad en el cumplimiento de las normas, se encuentra de vacaciones, por parte de la mayoría de la ciudadanía.