“A Colombia la está matando la pereza”, señalaba en un consejo comunal, el expresidente Uribe, en su primer período de gobierno. Lo utilizó como truco para recortar entre otros derechos: Las horas de sueño; reformar el régimen de pensiones, aumentando la edad, las semanas de cotización, y suprimir la mesada 14; suscribir los tratados de libre comercio, y profundizar las privatizaciones del sector eléctrico nacional, como las grandes generadoras de energía, el sistema de transmisión y las electrificadoras regionales. Destruyó el empleo de decenas de miles de empleados y trabajadores. Para ese entonces millones de compatriotas aplaudían a rabiar.
El gobierno de Iván Duque en el 2020, ante el fracaso de la privatizada Electricaribe, prosiguió con la misma fórmula privatizadora de su mentor, entregando a las empresas AIR-E, propiedad de Energía de Pereira y Latin American Corp, y AFINIA, propiedad de EPM, creadas ese mismo año, el 100% de los activos de Electricaribe, por una cifra irrisoria, según se ha venido conociendo. Para mejorar el regalo, su gobierno le prestó al empresario Alberto Ríos Velilla un billón de pesos, para ser invertidos en reposición, modernización, y mejoramiento de redes, y lograr disminuir las pérdidas de energía. Esta inversión debió ser ejecutada en 2020, y a la fecha, según la Superintendencia de Servicios Públicos, no se ve ejecutada en una infraestructura que mejore la prestación del servicio y el costo justo de las tarifas. Recientemente AIR-E, notificó al gobierno la entrega de la empresa, declarándose en incapacidad de prestar el servicio que se comprometió. Ya no sacan pecho.
Según Superservicios, quien intervino esta empresa el pasado mes de agosto, los usuarios de AIR-E en Atlántico, Magdalena y La Guajira, pagan el kWh de energía más caro del país, comparado con lo que se paga en Antioquia, o en otras regiones. Igual situación padecen los usuarios de AFINIA, nadie se les escapa. El afán de lucro, sumado a la baja capacidad financiera y confianza de AIR-E, como prestador del servicio, justificó mayores precios para la compra de energía, y alto costo de los componentes de comercialización y distribución. No hay explicación para que el gobierno anterior entregara el servicio de energía de más de 1.2 millones de hogares, a una empresa recién constituida, trayendo como consecuencia que millones de ciudadanos padezcan hoy, la prestación de un pésimo servicio, alto endeudamiento, y que obviamente deben dejar de comer para pagar la factura.
Pero como este país está lleno de sorpresas, los gobernadores de la Costa Atlántica, pertenecientes a los partidos tradicionales, los promotores de las privatizaciones de los servicios públicos, formulan para solucionar esta gravísima crisis, que afecta la calidad de vida y economía de esa región, la creación de una empresa pública de distribución y comercialización de energía, ante el fracaso de las privatizaciones, y la eficiencia y transparencia del capital privado. Se vaticina un estallido social en la región caribe. No pueden descartarse sabotajes, para ocultar la negligencia de las empresas eléctricas, y poder cargarle a los usuarios y al presupuesto nacional, la responsabilidad de estas comercializadoras privadas.
Ante el fracaso de AIR-E, se requiere que la administración municipal informe públicamente los pormenores de este negocio, ya que la Empresa de Energía de Pereira, cuyo 51% de acciones es propiedad del municipio, participa de la sociedad AIR-E, y por consiguiente adquirió responsabilidades en esta aventura.
No podemos tragarnos el cuento de que Alberto Ríos Velilla y su combo responden por lo que pueda perder Energía de Pereira. De eso no dan tanto, la administración anterior, hoy enredada con la justicia, nunca informó nada a este respecto. Mucho menos podemos esperar pronunciamiento alguno de las personas que ocuparon los escaños en Junta Directiva a nombre del municipio, son solo figuras decorativas en este andamiaje. A Colombia no la mata la pereza, la sepulta la corrupción de su clase política en alianza con sectores privados
Alberto Ríos Velilla el mismo personaje que inundó de basuras a Bogotá, para presionar al alcalde, cuando Petro decidió apartar a los privados de la prestación del servicio de aseo y que provocó su destitución por parte del procurador Ordóñez, con el desenlace que todos conocemos, este mismo personaje ahora espera que el gobierno acuda presuroso a inyectar le recursos a una empresa quebrada. Es la misma estrategia utilizada en la privatización de los servicios públicos
Quién vendió el 49 por ciento de la empresa de energía de Pereira y entregó la administración de ésta a los Ríos Velilla?
Ay hermanito, el papel aguanta todo. El que es pícaro muere pícaro y los conocemos a todos desde que eran pobres e ignorantes, aunque ya no son lo primero.
La decisión de la EEP de ir por parte del negocio en Costa debió tener el voto favorable de al menos uno de los miembros de la junta directiva que pertenece a la alcaldía de Pereira, es decir debía tener mayoría calificada, por lo menos 4 de los 5 votos favorables. Es la alcaldía quien autoriza inversiones estratégicas en la EEP, de manera que el alcalde nos debe dar una explicación detallada del negocio.