Por GABRIEL ÁNGEL ARDILA
Se puede y válido sería, desaprender sobre ciertos episodios de la
historia. Pero enredar la cabeza con resentimientos de “antiquísimos
yerros”, es como inútil… Envenena y no agrega nada útil.
Como venenosa es la decisión de salvar el pellejo a condenados
colombianos en China, por distintos delitos vinculados casi siempre con
narcotráfico. Es un ejemplo irrepetible y la publicidad a una amnistía
o indulto, o como lo llamen se convierte es en estímulo abierto y
descarado, a delinquir aquí y allá por esos conceptos. Actualmente en
China hay 179 colombianos privados de la libertad, la gran mayoría por
casos de narcotráfico. La babosa acción del gobierno colombiano envía
señales extremadamente negativas e inequívocas de alcahuetería y
patrocinio para el crimen. Si aquí no se puede disciplinar a esos,
dejen que donde tienen el carácter y las normas, lo hagan. Pero
traerlos no solo es correr el riesgo que formen sus escuelas del delito
en el tormentoso sistema carcelario colombiano, sino que otros copien
ese mensaje y sigan adelante con sus escandalosos pasos hacia sus
infiernos que arrastrarán a otros.
Aunque algunas instancias y unas pocas voces lo dicen con la franqueza
esperable, todo esto incluyendo la laxitud con que se manejan las
reyertas internas por _garantismos_ exigidos desde amañadas tribunas
externas, es lo que permite explicar (y jamás justificar) el oscuro
panorama dejado por los días de recreo juvenil y moral de este país.
Este recreo es con todas las armas de esa supuesta democracia que
defienden, encaramados en la sentencia del Derecho según la cual “las
cosas de deshacen, tal como se hacen”… Una escalera rústica en
cuyos peldaños repisados leen “libertad”: de expresión, opinión;
derechos a protestar, rebelión y
Todos parecían muertos, o heridos letalmente por los críos que nadie
sabe de dónde aprendieron lo que exhiben. Comienzan por rayar la pared,
salen luego alegres a dañar el muro del vecino o las puertas, gritan a
la madre y maldicen al cura y luego nada les cuesta lanzar rocas o
botellas llenas de gasolina y con un mecho prendido para… ¿protestar?
¿Expresarse?
Ese maderamen inútil de tan pobre estructuración de la conciencia
pública desde la niñez y reforzada por tanto enviciamiento de adultos
enviciados y tullidos morales, cae fácilmente cual castillo de naipes.
Pero a nadie y nada de eso importa. ¿A este país no hay quien lo
cuide?
Respetado Columnista:
Los condenados en China, por narcotráfico, deben cumplir su pena en ese país, su sentencia, , es su responsabilidad.
Como colombianos:
> Siempre buscando la culpabilidad en otros.
> Siempre tomando malas decisiones sobre sus actos y queriendo salvar al infractor.
> Siempre negando sus acciones corruptas.
Y como estamos en el gobierno de la corrupción en toda su plenitud, es vergonzoso como aceptan la acción delictiva de dichos colombianos.