Por: DANILO SALAZAR RÍOS.
Antes de empezar, debo reconocer que a falta de uno mejor, la primera parte del título de éste artículo es un plagio descarado del título del artículo que escribió el reconocido Daniel Samper Pizano, que hace parte de su libro titulado “No es porque sea mi hijo”, del Áncora editores, Bogotá, segunda edición 2003, página 280, ISBN 958-36-0105-5.
Al señor Samper le habían concedido uno de los premios de periodismo Rey de España; en el Palacio de la Zarzuela, residencia oficial del rey español, recibió de manos de Don Juan Carlos de Borbón una estatuilla y apareció en televisión. Sus colegas le preguntaron cuánto dinero le había obsequiado el rey, él contestó que de regalo nada, solo le había devuelto unos miles de pesetas.
En esos años, para viajar a España cualquier latinoamericano debía llevar además del pasaje de ida y vuelta, 500 dólares en su bolsillo; por esas fechas apareció una noticia, según la cual Gran Bretaña aceptaba devolver el oro que habían depositado en sus bancos las repúblicas bálticas: Lituania, Letonia y Estonia; pues el banco de Inglaterra había confiscado 15,5 toneladas de oro, luego de la invasión y anexión rusa a estos estados contra su voluntad en 1940; el gobierno británico había vendido los lingotes y se había gastado el dinero; apenas recuperaron su independencia los estados bálticos preguntaron por su oro, y los británicos avergonzados decidieron devolverlo: 3,26 tonelada a Lituania,7,25 a Letonia y 4.94 a Estonia; las 15,5 toneladas vendidas en 1967 por 10 millones 440 mil dólares, por las correcciones monetarias ahora valían 162,5 millones de dólares.
Según Samper, el colegio de economistas de Perú, calculó que el monto que pagaron los incas para rescatar al cacique Atahualpa, secuestrado por Francisco Pizarro, luego de aplicarle interés compuesto, equivaldría a 647 mil millones de dólares de esos días. Añade el señor Samper que si los españoles decidieran devolver el oro llevado de aquí, sería bueno tener como base los cálculos del prestigioso historiador: Bartolomé Bennassar; según él, España se habría llevado de América 154.494 kilos entre 1503 y 1600, una media de 1.66 tonelada por año, cifra que pudo ser el doble o hasta el cuádruple. Dice Daniel Samper: “La Aritmética es muy fácil: hablaremos apenas de 300 años de extracción de oro, unos muy abundantes y otros menos; a raíz de 1.66 toneladas de promedio por año, llegamos a 498, ahora bien: este cargamento, vendido a precios de hoy (10.5 millones de dólares por tonelada), valdría 5.229 millones de dólares. Pero hay que tener en cuenta la actualización de los valores. Si para compensar a los países bálticos por 25 años fue necesario multiplicar por 16 la suma depositada inicialmente, para compensar aquel oro colonial en ciento cincuenta años de promedio será preciso multiplicar por 96. Con lo cual resulta que la deuda alcanza 502 mil millones de dólares”. Según cálculos hechos en 1992, éramos 280 millones de hispanoamericanos, a cada uno nos deberían devolver 1.795 dólares. Por lo cual los españoles no deberían exigir los 500 dólares a los turistas sudamericanos, porque nos adeudaban tres veces esa cantidad.
Socarronamente, el Señor Samper termina diciendo: “Pero también significa que tengo que devolverle al rey varios cientos de miles de pesetas de las que me dio hace un tiempo. Y en estos días me coge sin plata”. Habría que recalcular las cifras, pasados 29 años del quinto centenario del “descubrimiento” de nuestro continente.
En maravilloso artículo publicado en “el opinadero.com” el 6 de Agosto de 2021, de autoría de Gerney Ríos G, titulado “originarios dueños del galeón San José” se cuenta que Yordirlandy Palechor Salazar, presidente de CONPICAN, la confederación de pueblos indígenas para la comunidad andina de naciones, manifestó interés en participar en el reclamo por los restos del galeón, hundido en 1708, cargado de un tesoro de esmeraldas, barras y lingotes macizos de oro y plata y otros objetos valorados en 10.000 millones de dólares, en el entendido que las materias primas sacadas de nuestro territorio, oro, plata, esmeraldas eran nuestras, no de los españoles”. “Dinero suficiente para paliar la deuda externa de Colombia”.
Tras enterarse de todas las jugadas para quedarse con el tesoro en el barco hundido, la CONPICAN declaró: “Los pueblos originarios de América somos dueños de las materias primas y nos haremos parte de los procesos iniciados que se inicien para reclamarlos, venderlos y así poder dar de comer a nuestros pueblos sobrevivientes que se están muriendo de física hambre frente a la indolencia de los herederos de los invasores, particularmente los niños, las mujeres y los ancianos. Creemos que alcanzarían hasta para casa gratis para todos nuestro compañeros al estilo Vargas Lleras, no mejor a nuestro estilo basado en el sistema minga”
El mismo escrito relata que Estados Unidos en el 2001 conceptuó por escrito que, cualquier buque con bandera norteamericana, sin importar circunstancias de tiempo y lugar de su hundimiento, seguía siendo propiedad de los norteamericanos. Este concepto que parece ser razonable, sirve de pretexto para que España pretenda reclamar el tesoro para sí, pero podría servir de asidero para que Perú reclame parte del tesoro que provenía de tierras incas.
Hablando de la posibilidad colombiana de reclamar parte del tesoro hundido en el galeón, dice el señor Ríos “Entretanto el senador estadounidense Philip M. Crane le hizo saber al presidente cesar Gaviria T. en su tiempo, que si Colombia no respetaba los derechos de la Sea Search Armada que anunció haber encontrado el famoso tesoro en su tiempo, podría perder los beneficios del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de Norteamérica. Este es apenas uno de los cien mil tesoros hundidos en aguas territoriales colombianas por las batallas corsarias entre los europeos por robarle al robador lo que acababa de robarse”.
Continuando con el del tema del San José, el mismo señor Ríos afirma en su artículo “El presidente Santos mencionó que el galeón había sido encontrado a 600 metros de profundidad y los cálculos que se hicieron en los años 1982 y 1983 señalaban que estaba a 257 metros de hondura. Las coordenadas son absolutamente distintas de las que Sea Search Armada entregó. No tendría derecho a reclamar, por lo mismo”.
Sobre el tesoro hundido, se había pronunciado antes un jefe azteca diciendo ”Yo Guaicaipuro Cuatemoc descendiente de los que poblaron América hace 40.000 años…(y)…puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses…sobre recibos (sobre) 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata que provenían de América solo entre los años 1503 y el 1660..( y a los cuales considero)…varios prestamos amigables de América para el desarrollo de Europa…(y)… aclararemos que no nos rebajaremos a cobrarle a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes del 20 al 30% que los hermanos europeos le cobran al tercer mundo (sino más bien)…no nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento anual acumulado durante los últimos 300 años…(frente a lo cual)…solo nos deben como primer pago de su deuda una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, ambos elevados a la potencia 300, es decir, un número, para cuya expresión total serían necesarios 300 cifras y que supera ampliamente el peso de la tierra…exigimos la inmediata firma de una carta de intenciones que discipline a los pueblos deudores del viejo continente… que nos permita recibir a Europa entera como primer (parte de) pago”.
Los imperios que nos subyugaron en el pasado, quieren seguir haciéndolo hoy, apoyados en las doctrinas de los nuevos imperialistas, pero ya hay conciencia entre las comunidades originarias de América para reclamar su parte del despojo que se les hizo en el pasado. No podemos pasar por alto que el sistema capitalista fue posible gracias a los raudales de metales preciosos y riquezas que nos robaron, pues la globalización inició con la incorporación de las riquezas americanas al comercio mundial, dineros que pasaron por España causando inflación y pobreza allí, a llenar los bolsillos de Inglaterra, iniciadora de la “Revolución Industrial” y otros países como Holanda, que gracias a nuestras riquezas, tuvieron compradores para sus mercancías de calidad superior a la de las artesanías española de la época, eso explica que desde esa época los guajiros participen en el mercado ilegal del contrabando.
En años pasados el ITESARC, antiguo colegio industrial, organizó el primer foro de profesores de Filosofía del municipio. Tuve el privilegio de representar a mi institución con la ponencia “Por qué no debemos pagar la deuda externa”; hoy gracias a estos nuevos valiosos argumentos, renuevo mi propuesta: En primer lugar: Es inmoral pagar una deuda contraída por nuestros gobernantes, dinero que, en muchas ocasiones ha terminado en sus bolsillos, pues los préstamos para construir obras, que muchas veces: ni se justifican ni se necesitan, son un foco de corrupción ((Odebrecht, Reficar, para nombrar casos recientes), y sirven para obligar al país a someterse a las directrices del capitalismo mundial. En segundo lugar: Nuestras riquezas, generaron los dineros que hoy se nos prestan a intereses exorbitantes, sin nuestras riquezas no existirían esos capitales. – En tercer lugar; las potencias siguen robando nuestras riquezas, hoy lo hacen a través de la bio-piratería que no paga por el uso de nuestra biodiversidad y los productos que patentan de ella. Por desgracia tratándose de nosotros y nuestros recursos, solo desempeñamos el papel de victimas.