Por LUIS ENRIQUE ARANGO
Probado está que las manifestaciones de protesta en las calles son hábitats propicios para que se produzcan actos de violencia y también posibles desafueros de la fuerza pública.
Decir que se prohíban las manifestaciones de protesta para evitar que se produzcan estos hechos violentos no es posible, pues iría en contra via de un derecho constitucional, básico para la convivencia social .
Suspender las garantías constitucionales via estados de excepción, una fórmula macabra. El remedio peor que la enfermedad .
Filosofar alrededor conspiraciones y fuerzas oscuras organizadas para provocar la violencia en una u en otra dirección luce baladí y estéril .
Castrar el ímpetu juvenil y el alumbramiento de nuevos horizontes sociales es utópico y anti natura .
Los Jóvenes tienen otra forma de ver el mundo y lo que existe no les está ofreciendo posibilidades para la realización de sus sueños y la satisfacción de sus necesidades .
La política debe leer de manera innovadora el nuevo contexto
Lo que si corresponde a los demócratas y fuera de toda discusión, es reprochar los actos violentos, sin dejar duda de su manifiesta ilegalidad y profunda inconveniencia . No puede quedar la duda del más mínimo asomo de tolerancia con ellos .
Nadie debe proteger a quienes cometen crímenes, bajo ninguna excusa .
Fuera la violencia y el abuso policial en la protesta ciudadana.
Dicho esto hay que aceptar qué existe objetivamente un problema social que debe atenderse con prontitud y en cuya solución el Gobierno Nacional debe estar en primera línea, pero donde también los Gobiernos regionales y locales deben concurrir desde sus competencia y capacidades .
Pero no solo el Estado, toda la sociedad, especialmente los empresarios , y las Universidades , deben colocarse en modo aporte, sin vacilaciones. Estas últimas tienen el talento y la confianza ciudadana para hacerlo .
Cuando hay un incendio hay que apagarlo entre todos, no es el momento para distraerse o refugiarse en juicios políticos de responsabilidades, ya vendrá el momento de hacerlo
Saludos
Luis Enrique Arango