Duque y sus metidas de pata.

Por Vicente Zuluaga Osorio

¿Quién es “la vieja esta”? (Pregunta de Duque a alguien).

Es la honorable senadora Ayda Avella, ella sí honorable, no como otros que se distinguen porque no asisten a las sesiones, o se la pasan hablando por el celular, o cumpliendo diligencias en la Fiscalía o en los Juzgados o en la Corte acusados de corrupción, o intrigando en los altos despachos de la administración, o apoyando con su voto al menos digno para ocupar la presidencia del Congreso porque no asiste a las sesiones; pero no dedicados al análisis de los proyectos de ley o de reforma de la Constitución, aún cuando sea de esos que el Centro Democrático anuncia para volver trizas el Acuerdo de La Habana; o para mermarle atribuciones a la Justicia Especial para la Paz; o para reformar la Corte Suprema  de Justicia; o para eliminar las Altas Cortes, con tal de dejar sin funciones a la Sala Penal, para que no pueda condenar al presidente eterno, o para modificar las Fuerzas Armadas o eliminar las Contralorías regionales, o calificar las Eps por concurso o poner un chip a las mascotas para su localización.

Pero no paran ahí las metidas de pata. Citado para instalar las sesiones ordinarias, después del soso e incoherente discurso, aunque la senadora reclamaba su presencia como lo ordena la ley que reglamenta el derecho de la oposición, el sub presidente ni cuenta se dio y por eso fue necesario que el Secretario General, doctor Gregorio Eljach, vía interna, le avisara de la falla para que el aludido improvisara una desabrida y tardía instalación. A estas alturas ni siquiera se le ha ocurrido ofrecerle disculpas a la honorable senadora Abella.

Pero esas metidas de pata no vienen solas. Hace poco se le ocurrió decretar el día sin IVA sin tomar las precauciones necesarias para evitar el aumento del contagio del covid 19 y, claro, ocurrió lo que tenía que ocurrir: la pandemia se disparó y por eso esa ayuda económica para las clases menos favorecidas causó estragos.

Como consecuencia del desgobierno, Colombia ocupa un vergonzoso puesto en el mundo entre los países con pésimo control de la pandemia con cerca de 260.000 contagiados y 8.777 muertos.

Y algo más. El Consejo de Estado acaba de declarar sin efecto el decreto por medio del cual Duque ordenó, contra  toda lógica y en claro irrespeto por la Constitución el decomiso de estupefacientes, cualquiera que sea la cantidad, aún en los casos de la dosis personal.

En medio de la crisis, y para sintetizar, monseñor Darío Monsalve se atrevió a calificar al gobierno como la “venganza genocida” tal vez porque nada ha hecho para controlar el aumento injustificado de  asesinatos de los líderes sociales, ni el perfilamiento de los miembros de la oposición que obligó al gobierno norteamericano a mermar la ayuda económica a nuestro país. El Vaticano respaldó al Obispo.

Es tal la falta de preparación del sub presidente para ejercer el cargo que la Corte Constitucional ha dejado sin efecto 18 de los decretos de la emergencia económica y social.