Por JERSON LEDESMA
Lejos de las cámaras o registros que inundan las redes sociales, lejos del protagonismo narcisista que proclama la actual sociedad de hombres y mujeres; aparece un ángel que rodea los linderos de La Terminal de la ciudad de Armenia; dícese ángel porque en sus manos o tal vez sobre sus blancas alas han alivianado su paso cientos de animales abandonados a su suerte, al filo de lo que parece su único destino: la muerte. Sus acciones no van con una fotografía reveladora del momento, es más, si se le pregunta por su nombre tal vez encuentre alguna excusa para no darlo; pero ha entregado su vida, sus esfuerzos y toda la voluntad posible por lograr un pedazo de dignidad existencial a los llamados cuatro patas que de ambulan por el Municipio. De igual manera, han sido tantas sus historias: salvó a una perrita apuñalada por un habitante de calle; rescató a un gato de una alcantarilla casi moribundo; en su pequeña casa ha dado refugio, medicinas y calor a perros ancianos que llegan a su última morada buscando un feliz final a su existencia; cuando la situación ha sido difícil los lleva personalmente a instituciones para que se encarguen de su cuidado; quizá en estas últimas sí la conozcan, pues su presencia en ellas es permanente. Su más reciente lucha, son un grupo de animales callejeros que tienen un refugio detrás de La Terminal; pues estos quedaron a la deriva debido a que su dueño, un humilde hombre, falleció inesperadamente. Ella, como el ángel que los protege, llevó comida para alimentarlos, con sus escasos recursos mejoró el techo del lugar para que no se mojaran; gestionó adopción para algunos y aún lo siguen haciendo; señor lector, no hay prensa que divulgue las pequeñas acciones escondidas de algunos seres humanos anónimos que caminan también por esta historia llamada vida y que con su fuerza halla justicia en el amor por los animales. No es posible reflejar su nombre en estas letras, ya que esta columna se redactó sin su autorización, sin su permiso, es más, no sabe que hoy alguna luz irradiará su lecho, pero la necesidad de destacar su compromiso para con el mundo ha obligado a que los pensamientos de quien escribe se dirija a ella como el ángel de La Terminal.
CON EL CORAZON EN LA MANO, DEMUESTRA EL CARIÑO Y AMOR POR LOS ANIMALES. BUEN VIENTO Y BUENOS MOMENTOS AL LADO DE LOS QUE MAS LO QUIEREN