Este primer año de la presidencia de Gustavo Petro, el país ha estado sometido a un sube y baja emocional entre quienes votamos ilusionados en un gobierno progresista que hiciera grandes reformas sociales, y las noticias amañadas y tendenciosas de los grandes medios de comunicación (voceros soterrados de la oposición), que buscan deslegitimar su gobierno, minar su credibilidad, disminuir su gobernabilidad, impedir sus reformas y hacer ver su gestión como un fracaso total, buscando que como colombianos perdamos la fe en conseguir una patria nueva, con más oportunidades, más posibilidades de progreso, inclusión y ascenso social.
Para completar la desdicha de Petro, una prensa poco objetiva y la Fiscalía malintencionada montaron su show aprovechando a su deslenguado hijo, si, esa misma Fiscalía que engavetó de manera displicente las investigaciones por el caso Zuluaga – Odebrecht y la financiación de la campaña Duque (ñeñe política); afortunadamente se oyen voces llamando a la mesura y a actuar y opinar con base en verdades jurídicas plenamente establecidas, no en versiones periodísticas acaloradas, que titulan más con el deseo, que con la verdad procesal. Se siente en el aire una sensación a complot, de conciliábulos y aquelarres con el propósito enfermizo de sacar a Petro de la casa de Nariño, por las buenas o las malas.
Para explicar los orígenes de las tormentas por “aguas procelosas” que ha debido enfrentar el actual gobierno, cabrían al menos tres hipótesis:
-Animales políticos como el Dr. Uribe ya habían alertado sobre que la derecha podría perder el poder (como en efecto pasó), y eso alertó a otros animales políticos expertos en voltearepismo y mecánica electoral para arrimársele a Petro para luego tumbar su gobierno con fuego amigo; caso Benedetti y Roy Barreras aterrizados en el entramado electoral petrista, barones electorales que al parecer acudieron “al todo se vale”, con tal de montar a su candidato en la Casa de Nariño; ese podría ser el plan A ante la inminente derrota electoral que veían venir. Ese caso puede ser explicado por analogía por el video de las avispas que parasitan a una oruga y la destruyen (ver video).
-Plan B: asumido el escenario de la derrota electoral, pudo perfilarse a los cuadros del entorno petrista y decidirse por atacar a sus eslabones más débiles, para originar escándalos e impedirle gobernar con tranquilidad y con mayorías que permitieran llevar a cabo su agenda legislativa a plenitud, ¿Demasiado inverosímil este escenario? (Ya un mandatario usó al D.A.S para intimidar a la justicia, a la prensa y la oposición). Al parecer una de las debilidades del entorno de Petro era la avaricia de su hijo Nicolás, al que entregaron manotadas de dinero que recibió solapadamente, y que ahora causan suspicacias sobre la honorabilidad de su padre.
-Plan C: Golpe de estado blando a punta de rumores, desinformación y escándalos, infortunadamente, facilitados por algunos funcionarios y allegados al gobierno, con actuaciones que bordean el lindero entre lo ético y lo ilegal, caso del nombramiento del marido de la Ministra de Energía Irene Vélez, en este caso, como dijo Cesar “la mujer de Cesar no solo debe ser, sino parecerlo”; o del escándalo Sarabia, (magnificado perversamente por el “megáfono” de la Revista Semana), y acrecentado por las declaraciones de un aparente, alicorado y dolorido ex-senador, que convencido de su valía en la campaña, de ser un hombre de muchas influencias y un gran elector, se sintió tratado como un insignificante segundón, y ofendido hizo explosivas, imprudentes y seguramente exageradas declaraciones vertiendo así su veneno, el resultado: desprestigiar al mandatario, dificultar sus reformas y gobierno.
Las investigaciones a Nicolás Petro deberían establecer con toda certeza: 1- si efectivamente, parte del dinero que recibió entró a la campaña electoral; 2- sí fue o no reportado en la contabilidad oficial de dicha campaña y; 3- si el Presidente sabía o no de estos dineros. Pero por cruel que parezca, averiguar esto último, sin lugar a dudas es secundario, pues con el espectáculo montado por la Fiscalía, el daño ya está hecho y, poco importa si el presidente sabía o no.
¿Y ahora qué sigue?
El país está dividido ante lo que debe hacerse: se oyen voces llamando a la calma y a la reflexión, que opinan que este no es el fin del gobierno que fue elegido hasta el 2026; unos pocos uribestias exigen la renuncia inmediata de Petro (lo que no hicieron cuando Duque y la ñeñe política); y estamos los que esperamos que Petro sea realmente tan honesto como dice ser y, que ni haya conocido, ni autorizado la entrada de esos dineros; aunque en derecho ”la duda favorece al reo”, en la práctica, si se comprueba entrada de dineros espurios a su campaña, nadie creería si Petro dice que fue a sus espaldas.
Mucho me temo que las voces que llaman a la mesura sean las de los “voces” de los grandes gremios económicos y otros interesados en frenar las reformas sociales, que prefieren un acuerdo bajo la mesa y no arriesgar otros escenarios más impredecibles, por esa razón desconfío de sus llamados a la calma; los uribistas que piden la cabeza del presidente Petro, sin concederle la presunción de inocencia y derecho a la defensa, son payasos oportunistas; siento respeto por las voces de los electores de Petro, pues si pidieran su renuncia, en caso de comprobarse que acudió a ”todas las formas de lucha” para alcanzar la presidencia, me uniría a ellos. En éste último caso ocurriría lo mismo que cuando Moctezuma subyugado por los invasores españoles, entró en connivencia con ellos, y su pueblo lo desconoció como autoridad y lo asesinó.
Lo trágico del caso actual es, que en la práctica realmente poco importa si Petro es inocente como creemos muchos, o culpable como desean otros tantos; según lo veo yo:
-En un posible primer escenario: culpable o inocente Petro seguirá en el poder atado de pies y manos, defendiéndose tres años más de tirios y troyanos, sería triste tener otro Ernesto Samper, sin margen de maniobra y languideciendo en un gobierno intrascendente y anodino.
-En un segundo escenario: culpable o inocente Petro seguirá en el poder atado de pies y manos: ya no gobernará, seguirá en el Solio de Bolívar, como marioneta de los grandes grupos económicos, los grandes politiqueros tradicionales, casi siempre chupópteros y corruptos y de los grandes narcos camuflados de empresarios, que le impedirán hacer las reformas prometidas, ¡quien lo creyera! Podría pasar a la historia como un peor mandatario que el “paquete Pastrana”. Es decir: “Gobernaría” a órdenes de sus antagonistas, sus reformas sociales serían archivadas o negadas por un congreso de mayoría opositora; el acuerdo nacional propuesto por Petro, podría ser usado para mantenerlo “secuestrado” en el poder, así “los de siempre” gobernarían al país en cuerpo ajeno; sería una comedia simulando que todo está bien y en orden; una gran ópera bufa y una burla al pueblo colombiano. Sí ocurriera la situación anterior, sería muy parecida a la del considerado primer emperador chino Qin Shi Huang (es.m.wikipedi.org), quien murió en una correría, lejos de palacio, y ante la posibilidad de una rebelión general de conocerse su muerte, ésta fue ocultada al pueblo durante los dos meses del viaje de retorno, y la pestilencia de su cadáver fue disimulada con dos carretas cargadas de pescado una adelante y otra atrás, ya está lista las carreta de pescado de adelante, la de Cesar Gaviria jefe del partido liberal y, de ser culpable, el cadáver insepulto de Petro entraría en escena.
Un tercer escenario: aun siendo realmente inocente Petro , su peor tragedia como presidente será no podrá sacar adelante sus reformas sociales, pues gobernará contra gremios y partidos reaccionarios, empeñados en que fracase, para que todo siga igual.
Me alegraría mucho estar equivocado en estas opiniones, preferiría que en el futuro puedan ridiculizarme por mis desatinados comentarios, a tener la razón sobre lo que sigue para la patria; como dijo el ciego optimista “amanecerá y veremos”.
No hay duda que la finalidad de esta oposición encarnizada de esa manada de pirañas, es hacer que no haya ningún cambio, para que los Colombianos buenas personas, pero ciegos que no pueden ver más allá de sus propias narices, desilucionados vuelvan a votar por los mismos chupa sangre de siempre. basta ver como son de chismosos, cuando se presentan como víctimas, haciéndole creer a la ciudadanía que se están fraguando planes para asesinarlos.
Hola don Nestor: tiene toda la razón, su comentario es acertado, Petro debe fracasar ( o quedar desacreditado), para que está manada de borregos elija a los vivos de siempre, para que con los narcos sigan en lo de siempre: robándose el presupuesto nacional y cargando de impuestos al pueblo trabajador y, y este pueblo se resigne y abandone la búsqueda de una patria mejor.Mil bendiciones.
Podría tener sentido su punto de vista , porque en ese escenario las reformas políticas afectarían directamente a los grandes empresarios que sin ligar a dudas son de extrema derecha
Mil gracias por su condescendencia,eso opino, en un país de marrulleros, dónde se hace todo para conservar el statu quo, dónde la idea es cambiar todo para que nada cambie,por fantástico que parezca, todo puede suceder.