Hoy hace 30 años hubo fiesta en el cielo y tristeza en la tierra.
Ese día, viernes 20 de enero de 1995, sonaron trompetas y timbales en el Paraíso porque llegaba Néstor Cardona Arcila, Can, y allí permanecería una eternidad al lado del Padre Celestial y muy cerca de los ángeles y los apóstoles, para alegrar las almas justas con sus ocurrencias.
Pero aquí en la tierra, esa que habitó por espacio de 86 años procurando siempre arrebatarles una sonrisa a sus conciudadanos, su ciudad amada a la que bautizó con el mote de “Ciudad de las 50.000 sonrisas” y “capital cívica de Colombia”, todo era desolación a causa de su ausencia.
En la catedral de Nuestra Señora de la Pobreza, sonaron las campanas para convocar a la sociedad a despedir a NÉSTOR CARDONA ARCILA, “CAN, para más señas”, como titula su obra biográfica el periodista e investigador Franklin Molano Gaona.
Can subió al cielo lleno de gracia como la Virgen María, tras una fructífera carrera periodística que comenzó a la edad de Cristo (33 años) en diciembre de 1941 cuando decidió fundar el periódico “El Fuete” para castigar a los malos ciudadanos.
Esa tarde llovían lágrimas de dolor y de tristeza sobre la querendona, trasnochadora y morena. Chila, mi amada madre nos abrazaba a sus ocho hijos intentando consolarnos en la ausencia de su esposo. Pero con Can se iba una época que nunca retornaría. Un dique moral de nuestra sociedad había sido removido por la fragilidad de la condición humana y nuevas formas de comportamiento se entronizarían en el alma de la gente.

El Fuete, ese periódico al servicio del buen humor y los intereses de Pereira, cuya huella identificaría a los nacidos y criados en este solar había quedado acéfalo por la partida de su fundador a la eternidad.
Nos dejó Can su heredad, forjada con los ramales de fusta que levantaba ampolla al hacer contacto con la piel tal como lo hacían nuestros mayores para componer a sus retoños cuando desviaban el camino: más que un amable periódico de picante humor político, era el pan de cada día en los hogares pereiranos de mitad del siglo veinte. Podían faltar cereales y verduras, pero nunca ese manjar que tenía sabor a prójimo.
El nacimiento de El Fuete se produjo en 1941, en una noche decembrina cuando mi abuela María Luisa Arcila vio a mi padre inclinado sobre el piso de baldosa garabateando con un lápiz sobre un pliego de papel. – ¿Qué haces?, hijo, preguntó mi abuela. -Voy a crear un periódico, respondió espontáneamente mi padre. -Y ¿cómo lo piensas llamar?, inquirió «mamita Lía”. -El Fuete, dijo mi padre, para castigar a los malos ciudadanos.
Y así sucedió desde enero de 1942.
Fue una publicación magistral de un octavo de pliego y ocho páginas de papel periódico que semanalmente consignaba en breves y jocosas historias, el devenir de un pueblo cosmopolita con aires de grandeza, ilustrado con imágenes recicladas de otras lecturas que Can aplicaba a personajes y situaciones de la comarca pereirana.
Hoy, 30 años después de su partida, humildemente le digo a mi Padre: Gracias por la vida y por tus enseñanzas, por tu legado de bondad y amor al prójimo, por tu dignidad y por la nuestra, y porque en el ocaso de mi vida pretendo seguir tus pasos desde mi propia creación: El Opinadero.
Mi producto no intenta parecerse a tu Fuete; no sería respetuoso ya que tu genialidad fue inigualable. Pero en todo caso, es mi manera de impulsar a la ciudadanía para que brille la libertad por medio de la pluma y, entre todos, ayudar a construir inteligencia crítica y fortalecer la Democracia.
Gloria a Dios y a mi padre que está cerca, muy cerca de él … en el paraíso celestial.
Luis Fernando: Que gran legado dejó can, no tuve el placer de conocerlo, pero si conocí el fuete, felicitaciones por esa reseña llena de amor y gratitud por su padre y por refrescarnos la memoria sobre la honestidad, la buena educación, el civismos mejores días que ha tenido la historia de nuestra ciudad, hoy lamentamos la pérdida de can y de ese glorioso pasado de nuestra ciudad capital.
Respetado Director:
Un homenaje que honra la capacidad de CAN, para en su fino humor político fuera referente de lectores con exquisito gusto lector.
Sin duda, el referente obligado en Pereira, pero que traspaso fronteras por la independencia, la crítica hacia la política y la sociedad.
Desde el plano del universo espiritual, CAN, sonríe porque sus notas son vigentes .
CAN sonríe, porque observa su descendientes brillar , pues hacen del Periodismo, un ejercicio riguroso, objetivo, independiente,.
Néstor Cardona Arcilla: nos deleitó con su poemario , cargado de figuras literarias oportunas.
Luis Fernando Cardona Arcilla: con una prospectiva hacia los cambios en este ejercicio , y ante todo con crónicas, reportajes, entrevistas que respetan los canones del PERIODISMO.
Fabio Cardona Gutiérrez : con un empeño heredado de mantener vivo el legado paterno, ofrece importantes artículos, caricaturas, que dan muestra de capacidades críticas.
En fin, CAN sonríe.
Cuando al escribano se le esponja el corazón, su pluma vuela y el ojo precisa la memoria y enlaza el momento. Le sirvió el Fuete que le dieron. Sigan Repartiendo Fuete para que honren la memoria de CAN.
Apreciado Dioscórides, mil gracias por su elogioso comentario. Me agradaría sobremanera tomarme un café con usted cuando disponga. Quedo atento.
Fue un gran ciudadano, ejemplar como el que más. Fuimos vecinos y tuve la oportunidad de conocerlo y de disfrutar a mandíbula abierta sus genialidades a través de EL Fuete. Gracias colega por hacerle al padre tan sentido homenaje. Conservas el talante y la sencillez de un ser inolvidable para los pereiranos.
José Manuel Jaramillo A.
Bonita remembranza de un gran ser querido, todos lo recordamos por su pluma inmortalizada con el FUETE y que está en la historia de Pereira.