Pereira se ha ido expandiendo rápidamente y, digámoslo con claridad, con muchas deficiencias en la planeación. Hay casos emblemáticos de lo que no debería ocurrir en la ciudad, pero pasa. Uno de ellos es Cerritos, un corregimiento donde comparten espacios las empresas y las familias muy ricas y muy pobres.
Cerritos se fue poblando desde hace muchas décadas, inicialmente por invasores a lo largo de las vías del ferrocarril, lo que permitió luego la conformación de asentamientos humanos de gentes muy pobres, que con el paso del tiempo se fueron formalizando. Estos habitantes vieron, con el correr de los años, que tenían nuevos vecinos, quienes empezaron a construir condominios, que albergan casas suntuosas, y muchos de ellos empezaron a servirles como empleados domésticos, jardineros, piscineros, conductores y vigilantes.
Estos asentamientos humanos, tanto los que albergan a la pobrería, como a los más pudientes, se han desarrollado a lo largo de la única vía que comunica a Pereira con Cartago, hoy en doble calzada, con un peaje concesionado en favor de las gobernaciones de Risaralda y Valle; y de una vía en doble sentido, cuya importancia es vital para la logística entre Cerritos y La Virginia y que conecta con Valle, Caldas y Antioquia, que se espera sea de doble calzada en el futuro, luego del anuncio de la Agencia Nacional de Infraestructura, que dice tener los recursos para iniciar los estudios y diseños de esta inversión.
En Cerritos vive mucha gente. No hay un dato oficial específico sobre el número de habitantes, dada la ausencia de procesos de planeación en este sector suburbano. En el censo de 2005 se dijo que era habitado por 6 mil personas. Cálculos basados en el censo de 2018 aseguran que hoy viven allí 9 mil personas, una cifra poco creíble dada la velocidad del crecimiento de la construcción de viviendas unifamiliares y edificios multifamiliares.
Aunque el corregimiento de Cerritos es el sector con mayor dinámica constructiva y centro del desarrollo logístico y de instalación de empresas, hay un distanciamiento, hasta el momento insalvable, con Pereira, que la ha dejado crecer sin la debida planeación, lo que se evidencia en inadecuadas vías hacia los condominios; urbanizaciones sin plantas de tratamiento, que desfogan las aguas servidas directamente al río; ausencia de centros de salud; vigilancia en manos de empresas privadas; presencia distante de la institucionalidad pública; irregularidad en la prestación de los servicios públicos básicos; carretera principal con serios problemas de movilidad y seguridad vial; ausencia de espacios públicos; y deficiente iluminación pública.
Es evidente que se requiere por parte de la administración municipal una atención especial hacia Cerritos, con el fin de tomar en serio la planeación de un sector en auge, que tiene una altísima valorización de la tierra, con proyectos de construcción bastante grandes y con una población que crece desordenadamente a pesar de los planes parciales existentes.
*Estos conceptos no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy subgerente de planeación regional.