POR GERMÁN A. OSSA E
Estamos en pleno Festival de Cine de Bogotá así escribamos desde Pereira. Y estamos gratamente sorprendidos por la cantidad y la calidad de películas que, hasta el momento, hemos podido ver, gozar y disfrutar.
El festival se especializa en premiar a nuevos realizadores a nivel internacional en las categorías de Cine Argumental, Cine Documental, Documental sobre Arte y Video, a quienes se les entrega un trofeo denominado Círculo Precolombino. De igual forma se presentan muestras de animación y cine digital fuera de competencia.
Cada año la organización invita a un país denominado Huésped de Honor, la embajada de esa nación seleccionada coordina con los realizadores del festival algunas muestras de películas, conferencias y eventos especiales con el fin de dar a conocer la cultura de ese territorio.
El afiche promocional para el festival es realizado cada año por un artista nacional o internacional, entre los que han participado Ana Mercedes Hoyos, Luis Felipe Noé, Sandro Chia, David Manzur, Enrique Grau, Antonio Seguí, Alfredo Jaar y Maripaz Jaramillo, entre otros.
El festival fue el primero en entregar un premio internacional como mejor director a Pedro Almodóvar por su película La ley del deseo, y valga la pena contarles amigos lectores, que en esa oportunidad participé del Festival como invitado por su director, el señor Henry Laguado.
En 2008 el festival tuvo como invitado especial al director británico Peter Greenaway, excelente intelectual, quien presentó su película Nightwatching y quien es reconocido mundialmente por sus conocimientos de arte en general y que además ha sido invitado para ser entrevistado en importantes películas sobre artistas reconocidos a nivel mundial y sobre grandes museos, grabadas por importantes firmas que desean preservar para la posteridad todos esos valores culturales.
En esta oportunidad se lleva a cabo el Festival número 37 y, a decir verdad, la calidad de las cintas que han llegado a nuestras pantallas virtuales, las conferencias, conversatorios y entrevistas con los invitados especiales han sabido satisfacer el exigente gusto de los que nos animamos a adquirir el pase para saborearlo todo.
Henry Laguado, su director, como siempre, ha demostrado que tiene a su cargo el segundo Festival de Cine más importante que se lleva a cabo en nuestro país, y se esmera por satisfacer el gusto de todos nosotros los amantes del séptimo arte, o mejor del arte en general, porque Henry le mete de todo a su evento, y con ganas.
Nos encanta saber que su Festival descubre cineastas, que muchas de sus espectaculares películas son Óperas Primas, que su festival respeta a todos los géneros, que pone en pantalla cintas de corto, medio y largometraje con contendidos muy variados y que todas las modalidades que premia, obedecen a serios estudios y análisis y conversatorios con todos los miembros de la Junta del Festival, para llenar de satisfacciones a muchos de los que creen en su Festival y hacen cine, no solo de nuestro país, sino del mundo entero.
Nos alegra mucho saber que el Festival este año, pese a la pandemia, a esa cosa rara que se inventaron los chinos con ganas de acabar nuestras ilusiones por culpa de un murciélago que en lugar de sangre contenía millones de virus, se hizo real (así fuera virtual) y nos llenó de sueños estos momentos aciagos y de reclutamiento forzado, para seguir creyendo en los sueños, en las esperanzas, en la cultura, en el amor y lo mejor de todo, en el cine!
Seguiremos viendo películas, porque este festival aún, no se ha terminado.