El presidente de Estados Unidos Donald Trump, expidió una orden ejecutiva para cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América. Pero, esta orden, como tantas otras que Trump viene firmando de una manera inconsulta, tampoco podrá prosperar.
El nombre del Golfo se remonta a 1540, cuando también era llamado Seno Mexicano o Golfo de la Nueva España. En la actualidad, 829.000 m² del Golfo de México son zona económica exclusiva mexicana. El Golfo de México, pertenece a México, Estados Unidos y Cuba, lo que significa que cualquier decisión que afecte el funcionamiento y explotación económica del Golfo, debe ser consultada y aprobada por estos tres países: México, Estados Unidos y Cuba.
Adicionalmente a la consulta a estos países, para el cambio de nombre de Golfo requiere de la evaluación y aprobación de varios organismos internacionales: La Organización Hidrográfica Internacional, La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Grupo de Expertos de Naciones Unidas en Nombre Geográficos (UNGEGN). También hay que tener en cuenta, que un nuevo nombre implicaría cambios legales en cartas náuticas, mapas oficiales y legislaciones nacionales.
Esta propuesta del presidente Trump de rebautizar el Golfo de México por el de Golfo de América, solamente cuenta con el aval del gobierno de Estados Unidos. Ningún otro país respalda el cambio de nombre del Golfo de México. Como respuesta, la presidenta de México Claudia Sheinbaum, mostró un mapa de 1607 donde aparece el Golfo con el nombre de Golfo de México y de una manera jocosa expresó: “¿Por qué no le llamamos América Mexicana? Se oye bonito”
Sobre este asunto, el mismo servicio geológico de Estados Unidos dice: solo se consideran los cambios de nombre por razones convincentes. Y añade: En general, la política más importante respecto a los nombres es el uso y la aceptación a nivel local. De manera que en el imaginario de la comunidad mundial, por más intentos que haga el presidente Trump de llamar “Golfo de América” al Golfo de México, pasarán varias generaciones y seguirán refiriéndose a ese gran espejo de agua mexicano, como Golfo de México. Nadie va a comprar un tiquete con destino Golfo de América. Ese lugar no existe. Lo correcto, la ancestral y tradicional es seguir llamando el Golfo por su nombre: Golfo de México. Lo demás son fantasías y sueños de poder, y como lo expresó en alguna oportunidad el expresidente Duque: ¿De qué me hablas viejo?
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Enero 2025