POR JOHN JAIRO ARIAS HENAO
Las cosas de la vida, en cuestión de minutos pasaron dos huracanes por Colombia; el primero el huracán Iota, con desastres y desolación en nuestras maravillosas islas de San Andrés y Providencia, ruinas y más pobreza en unas islas que son orgullo nacional y el segundo, el huracán Queiroz con una pésima presentación en dos ocasiones que dejó tristeza, aburrimiento y desesperación en una selección que es orgullo nacional.
Del primero, el Iota, nos tardaremos varios gobiernos en recuperar lo siniestrado, vendrá la voluntad, la tenacidad y el empeño de los raizales que como en otras tantas ocasiones han padecido los embates de la naturaleza.
Del segundo, el Huracán Queiroz, nos quedan 4 meses únicamente para recuperarnos, volver a plantear, recomponer y cambiar totalmente la estrategia.
Fue un desastre, las dos salidas de la selección Colombia, pero nada superior a los desastres naturales que están dejando el Iota y el invierno, ese es el fútbol y sus sinsabores, cuando la felicidad nos llena de orgullo salimos a las calles cantando y festejando, a hoy, nos tocó ver a uruguayos y ecuatorianos celebrar sus buenos triunfos ante la incredulidad nuestra, viendo un equipo desconectado, sin espíritu deportivo, sin pasión y lo más aterrador sin talento individual y colectivo.
Cuatro equipos irán al mundial de Qatar, los puntos son los que acomodan a los equipos y ahí la esperanza, que como la de los isleños, es que tenemos fe y oportunidad de recuperarnos, cerramos con 4 puntos y el cuarto equipo clasificado hasta ahora se lo disputan (Uruguay y Paraguay, con 6 puntos) estamos solo a 2 puntos y quedan muchas fechas por delante.
He celebrado hasta rabiar los triunfos y hasta más, a hoy, nuestra indignación también nos durará varios días y hasta más, rabia que terminará solo con el próximo partido, nada más y nada menos que contra el poderoso Brasil, que lleva 12 puntos de 12.