OJO CON EL CINE
Antes que nada, advierto que el actor protagonista de un sinnúmero de cintas de aventuras y catástrofes Dwayne Johnson no es de mis preferidos, pero me lo encontré “zapeando” con mi control una tarde de esas tantas que me visitó un mal virus que me tiró sin compasión a la cama y me atrapó porque lo vi en escena al lado de la bella, formidable, inteligente, excelente actriz Susan Sarandon, que tuve el placer de conocer en un Festival de Cine de Cartagena y que me cautivara millones, sencillamente porque conocí que ella, era una impecable activista, rebelde y gran dama de la solidaridad con los desprotegidos y de la libertad tan necesaria en los actuales momentos del mundo entero. Eso me animó a ver la cinta y los dos, en esta oportunidad, satisficieron mis apetitos cinéfilos en este thriller que desmantela algunas nuevas peripecias de la mafia.
LA PELÍCULA
La película comienza con Jason Collins (Rafi Gavron) chateando con su mejor amigo de la infancia, Craig Johnson (James Allen McCune). Craig saca una caja de drogas que está intentando mover e intenta persuadir a Jason para que deje que Craig envíe las drogas a su casa, ofreciéndole una parte de las ganancias. A pesar de la reticencia de Jason, Craig le envía el número de seguimiento del paquete. Mientras tanto, John Matthews (Dwayne Johnson), el padre separado de Jason y dueño de una empresa de construcción, ve a Daniel James (Jon Bernthal), un nuevo empleado, haciendo trabajo de horas extraordinarias, y lo ayuda con eso.
Un mensajero entrega el paquete de Craig a la casa de Collins. Jason firma el paquete y lo lleva a su habitación, descubriendo que contiene una gran cantidad de píldoras en una bolsa, así como un dispositivo de rastreo. Los oficiales de la DEA llegan e irrumpen en la casa; Jason huye, pero es perseguido por el agente Cooper (Barry Pepper).
Mientras que, en una barbacoa, John recibe una llamada de su exesposa Sylvie (Melina Kanakaredes) sobre Jason haber sido arrestado. John y Sylvie se encuentran en la estación de policía y tienen una discusión tensa mientras esperan poder hablar con Jason. Un investigador habla con ellos, diciendo que Craig puso a Jason en una operación encubierta para reducir su propia condena luego de ser atrapado. Los cargos de Jason tienen un mínimo de 10 años de prisión.
Jason es procesado en un tribunal donde se le niega la libertad bajo fianza. Lo ponen en una sala de entrevistas con John, Sylvie y el investigador, quien presiona a Jason para que se declare culpable de narcotráfico y delate a uno de sus amigos que trafica con el fin de reducir su propia condena, como lo hizo Craig.
Utilizando sus conexiones, John se reúne con la fiscal federal local Joanne Keeghan (Susan Sarandon), que está llevando a cabo una campaña antidrogas muy agresiva para aumentar sus posibilidades de elección al Congreso. Keeghan acepta reducir la sentencia de Jason si John le entrega a un traficante de drogas, pero afirma que recibirá poca ayuda de ella y que el riesgo será todo suyo….
Hay que verla, pues es una de tantas tramas que esconde en su abultado vientre, la mafia internacional que trabaja con la droga como mercancía principal. Sin muchas variaciones notorias de la que hizo famoso al capo nuestro.
SUSAN SARANDON

Hollywood no queda al margen de la guerra entre Israel y Hamás, que ya se prolonga durante casi 50 días y que parece otear una tregua en el horizonte. Aunque la ciudad de las estrellas tiene sus propios problemas que resolver después de dos huelgas que han dejado a la industria temblando y con 6.000 millones de dólares en pérdidas, algunos de sus representantes más destacados alzan la voz por uno u otro bando. En un país en el que se ha apoyado desde el principio y de manera explícita a Israel, los más de 14.000 muertos de la Franja de Gaza cada día pesan más, y más personajes, medios de comunicación e instituciones empiezan a alzar la voz en favor del pueblo palestino, aunque sus palabras no suelen ser bien acogidas. Así le ha ocurrido a Susan Sarandon, cuya agencia de talentos ha decidido dejar de representarla después de que ésta alzase la voz contra la intervención de Israel en Gaza.
La actriz de 77 años, que es conocida por su activismo desde hace décadas, ha estado presente en diversas protestas a favor del pueblo palestino. El pasado 17 de noviembre participó en una manifestación propalestina en Nueva York, en la que afirmó: “Hay mucha gente que tiene miedo de ser judía en este momento. Están empezando a probar lo que se siente al ser musulmán en este país, tan a menudo sometidos a la violencia”. Además, en la marcha señaló que muchos judíos estadounidenses tendrían miedo por el auge del antisemitismo. También lleva compartiendo desde hace semanas y casi a diario una serie de mensajes propalestinos en su cuenta de Twitter (ahora X), con 850.000 seguidores, con vídeos y fotografías de marchas a favor del pueblo palestino en Los Ángeles y Nueva York, con artículos a distintos medios, y con fotografías y gráficos explicativos. También ha retuiteado a mensajes en pro de frenar la violencia escritos por las cuentas de Naciones Unidas o de Médicos sin Fronteras.
Así debe ser. Con ideas qué defender y con carácter.
Qué envidia.
Excelente columna, Susam es de mis actrices preferidas, una mujer con gran sensibilidad y empatía por su prójimo.