Soledad y Recompensa
Como ya lo he hecho antes y como lo hago en mi libro, hoy les comparto mi reflexión sobre un sueño que acabo de tener, por eso esto lo escribo a las 4 am.
Comienza el ejercicio de pensarse en un nuevo mundo, aparecen las propuestas, se busca la justicia, el equilibrio, la creación, la cohesión, el amor, la espiritualidad y así mismo aparecen la intolerancia la desconfianza y el poco entendimiento, como si se tratase de un auto chantaje de la humanidad que usa su inteligencia para construir, al tiempo que también la usa para generar estrategias y barreras a lo que intenta hacer.
La misma inteligencia humana que usa su conocimiento para avanzar, lo utiliza también para deconstruir a modo de Thanatos cuya misión era el sacrificio, la actual representación de la inconsciencia y el vacío; de igual forma como las células llamadas osteoclastos eliminan el hueso al tiempo que los osteoblastos lo construyen en un equilibrio perfecto y cuando se rompe este equilibrio por ser mayor la velocidad y voracidad de la destrucción que la eficiencia de la construcción, es entonces cuando aparece la enfermedad. Es decir que ese auto chantaje que bloquea las innovaciones pareciera ser un fenómeno natural de regulación sistémica, que puede ser positivo mientras que no tenga el poder suficiente para generar una parálisis por el sacrificio de todas las nuevas ideas.
Así mismo, el conocimiento parcializado puede ser aparentemente maniqueísta ya que se pone al servicio de quien quiere construir y también de quien no quiere. La culpa no es del conocimiento sino de la parcialidad que significa ceguera, como la de aquella provincia de los cuatro ciegos a la cual llega un elefante, cada ciego va a tocarlo y genera un concepto, el ciego que toca la oreja dice que el elefante es una ala que se agita, quien toca la pierna dice que es una columna, quien toca el estómago asume que es una pared inmensa, quien toca la trompa piensa que es una serpiente, hasta que uno de ellos tomando todos los conocimientos parciales construidos por los anteriores decide tocar varias partes y construir una imagen que integre el conocimiento generado por las experiencias de los demás para construir un nuevo conocimiento que finalmente compone las parcialidades en una aproximación a la verdadera imagen del animal.
Entonces es allí donde surge la figura del líder, capaz de romper los esquemas, de hacer lo que nunca se ha hecho antes, regalar su silencio cuando desea hablar porque sabe que puede herir con sus emociones y percepciones el equilibrio, porque puede avasallar con su conocimiento o con su ignorancia, rompiendo los procesos naturales; el líder es capaz de hablar cuando tiene que hacerlo para impulsar con sus argumentos las iniciativas, aunque los demás juzguen sus ideas como inverosímiles.
En muchas ocasiones esas ideas atentan contra el estancamiento y la inercia que impide el progreso, el líder pone en la cuerda floja su imagen y su ser a fin de perseguir un bien superior, en esos cortos momentos o largos momentos de esfuerzo que rompen la inercia, se siente la soledad, se siente el asedio del juicio de otros que raya en el maltrato, la injuria o la calumnia y la indiferencia de los más cercanos que raya en la ingratitud y el desapego al historial sobre lo bueno construido, ahí es donde emerge la fuerza del carácter que no permite el desmoronamiento de la autoestima, sino la persistencia, esa fuerza de carácter tampoco permite el cultivo de la arrogancia, no da lugar a la construcción de la soberbia ni la venganza sino que entiende el rechazo como parte de un proceso natural de construcción, un procesamiento de lo nuevo que ingresa al sistema, las ideas innovadoras, que el líder espera en algún momento estará mediada por la salida, por las leyes naturales, la nueva construcción sea tangible o intangible tiene parte del ser del líder, de su pensar, de su sentir de la pureza de su corazón.
Luego cuando se construyen los cimientos que pueden parecer ubicados en el filo de la montaña y que a veces requieren que los sistemas generen esfuerzos superiores a los que se creían posibles, cuando esos mismos sistemas ven el resultado de la construcción, ya no echarán más culpa al líder sino que se sentirán orgullosos y dirán lo hicimos, lo hicimos todos, el líder no reclamará la autoría, ni el éxito, ni el reconocimiento, ni venganza por los oprobios o contradicciones que reconocerá como naturales en un proceso transformador y disruptivo. Por el contrario, el líder se hará en el lugar donde el sistema lo ubique según la gratitud y el amor que hayan irradiado a las personas que están allí. Existen muchos líderes no reconocidos y muchos otros cuyo reconocimiento ha sido póstumo o histórico y no en vida.
Aunque no exista el reconocimiento, en el fondo el líder sabe que es el elemento catártico y catalizador de la base de la construcción en un breve pero significativo momento histórico, pasajero pero que, en su espíritu, en su corazón y en su mente habrá generado un crecimiento y una satisfacción de invaluable aprecio, que da un mayor sentido a su vida, por cumplir con el propósito anidado en su mente y su corazón.
En un primer momento, el líder puede no conocer el lenguaje principal de la línea de trabajo, los personajes, las autoridades, las instituciones, el contexto; sin embargo, su curiosidad y pasión lo llevan a investigar, porque teme quedarse en la ignorancia o ser menor que el reto propuesto, por tanto su construcción se suma a un proceso de aprendizaje que no tiene ningún precedente en su formación cognitiva, a veces no se relaciona directamente con su conocimiento disciplinar porque en realidad el líder sabrá lo que necesita saber para lo que construye, para la solución de los problemas trascendentales que con valor único decidió afrontar
El líder hace carreras aceleradas todo el tiempo, agrega nuevos conocimientos que suma sus capacidades, nuevos amigos de quienes recibe aprendizajes y acompañamiento agregan también nuevos enemigos quienes también le enseñan a su modo, porque finalmente el líder debe tener la capacidad de valorar con amor espiritual esas personas que llegan a enseñarle sean amigos o enemigos. El líder no hace una discriminación negativa de lo que recibe, sino que selecciona lo bueno que unos y otros le están entregando, ya sea con la crítica que es el más alto nivel de reconocimiento porque resalta su existencia y la importancia que tienen sus ideas para quien critica, aunque sea antagonista o ya sea con las muestras de afecto y reconocimiento a los esfuerzos que son el más afectuoso cercano y nutritivo aliciente para seguir adelante.
La paradoja de la soledad del líder radica en que mientras genera amplios espacios de satisfacción, reconocimiento y afecto colectivo al tiempo que sus más importantes momentos de construcción están marcados por el desdén de importantes actores, generado principalmente por la diferencia entre el pensamiento que estructura la conservación del sistema y las ideas disruptivas que llevan al límite a las organizaciones humanas, generando el miedo de quienes han cultivado los espacios para conservar sus roles resultado de victorias pasadas, ellos hacen que surja el miedo que incluso lleva no solo a la crítica hacia el líder sino también a cargarle culpas reales o imaginarias.
Cuando el sistema asimila el nuevo conocimiento, está preparado para recibir las ideas no solo del líder sino de quién es aún sin sentir la confianza han persistido en orientar sus objetivos en el mismo sentido de aquella causa que siempre surge como minoritaria, pero que el líder asume como propia, al final siempre será el colectivo el que diga lo hicimos, el líder comprenderá que solo es una mariposa pasajera de la vida que en su espíritu se lleva lo que haya construido en el menor tiempo posible y que la gratitud de quienes se hayan beneficiado del equilibrio que ha generado para el avance de la vida quedará impregnado por siempre en su espíritu y significará su trascendencia.
Más allá de cualquier reconocimiento humano, el líder recibe una recompensa espiritual, cognitiva y hasta se representa en su química orgánica, en aquellas hormonas del bienestar y nuevas conexiones neuronales, autoconfianza que surge cuando el líder observa la alegría, el dibujo de la sonrisa de aquellos que, aunque en algún momento le pudieron criticar de forma ligera e incluso a quienes fueron crueles en sus apreciaciones, ahora se ven beneficiados y orgullosos por lo construido.
No es así, cuando en medio del proceso sucumbe a sus ambiciones y usa su talento para construir el bien particular a través del sacrificio del bien superior y del bien común, eso no significa que el líder deba renunciar a su bienestar, al contrario, el equilibrio manda el sistema de lo vivo y de lo inerte a dar una compensación natural para el líder, la cual no es exigida, ni arrebatada, sino que es entregada y recibida con generosidad y amor
Esa recompensa puede estar cargada de valores tangibles y/o intangibles, recompensas subjetivas y objetivas, pero “siempre” el líder recibirá al final lo que merece según su autocontrol, el nivel de esfuerzo y el crecimiento personal que ha logrado con la construcción del bien común.
Así que la falsa fantasía de un líder que se sienta en una silla a dictar lo que deben hacer los demás para obedecer a su majestad, no puede llamarse el liderazgo y no tendrá recompensa. Esa comodidad, por el contrario, así como el abuso tendrán el debido costo exigido según el nivel de desequilibrio que genere gracias a su influencia como un don que le facilita alterar el sistema, romper paradigmas, pero el nivel de equilibrio y desequilibrio, el nivel de bien o mal que genere siempre tendrá un gran resultado positivo o negativo para el líder y para el colectivo, dependiendo de la dirección en que se hagan los esfuerzos.
Gracias, un artículo con el toque de tu personalidad, eres un líder y este documento lleva tu nombre en cada palabra.
Tan bella¡¡ Vemos lo que llevamos por dentro, ves lo que llevas por dentro, también admiro mucho tu liderazgo inspirador y tu espiritu.
Muy acertada reflexión apreciado Luis Alberto, el lider además de gestar carácter en función de aciertos y fracasos, desarrolla un altisimo nivel de resiliencia, lo que le permite avanzar en sus objetivos, que siempre serán dirigidos al beneficio común. Sin ello, no habrá liderazgo.
Gracias Alberto, importantes aspectos la resiliencia y la orientación hacia el bien común, esos deben ser los pilares del liderazgo, la especie humana sobrevive y se desarrollo gracias a su capacidad de acción colectiva, así el individualismo es un factor de riesgo para la supervivencia humana.
Una forma de marcar liderazgo , es dejar testimonios de lo creado, de lo invisible, de lo desconocido e inalcanzable para otros.
Gracias por compartir.
Gracias Amparito y Mónica por sus comentarios, por haberse tomado el tiempo para apreciar está reflexión y adherir a sus vidas algo significativo para Ustedes que ya son líderes en su campo profesional, en sus vidas y en las de muchas personas,grupos y comunidad que albergan esperanza, admiración y confianza en Ustedes. Saludos…
Excelente me gustó mucho lo de la soledad ,muy buen artículo Luis .
Gracias, genial.