Uno de los proyectos culturales más importantes propuestos en los últimos años para Pereira es el MUSEO RODRIGO ARENAS BETANCOURT. Desde diferentes frentes y desde distintas entidades se ha consolidado ésta que no es simplemente una loable intención sino un extraordinario propósito de ciudad coherente con nuestro pasado, con nuestra idiosincrasia y con lo que ha significado nuestra urbe en la construcción del pensamiento que le da identidad a la nación.
El «Bolívar Desnudo» que con orgullo exponemos en nuestra plaza mayor es nuestra imagen ante el mundo. Una majestuosa escultura que Pereira —vanidosa y altiva y venciendo a la ortodoxia que se opuso con tenacidad— aceptó. Sin lugar a dudas una provocación conceptual que el maestro Rodrigo Arenas imaginó al interpretar la voluntad de los pereiranos de tener un Bolívar diferente, lejano del hombre histórico y del militar acartonado, que proclamara al viento el espíritu abierto y librepensador que adorna a Pereira desde sus albores. «Era necesario tener una gran valentía para aceptar un Bolívar vivo, desatado, problemático y sujeto a todos los errores y caídas con que le amenaza su naturaleza pasional… Hay que aplaudir a Pereira por haber aceptado el monumento de un héroe vivo que les hablará todos los días un lenguaje independiente, claro y saludable» (Marta Traba, agosto 3 de 1956).
Arenas, ese extraordinario artista, escultor y escritor, hizo de Pereira su origen adoptivo y un rincón muy especial entre sus querencias. Su cédula de ciudadanía —expedida aquí en nuestra ciudad— anticipaba los afectos que lo unirían para siempre con nosotros. Con los años los lazos crecerían. Deambuló muchas veces por nuestras calles y barrios y en noches de bohemia compartió con los artistas, escritores y poetas de nuestra tierra. Nacido en Fredonia (Antioquia) y vivido muchos años en México, Arenas se hizo cada vez más pereirano. No en vano la capital de Risaralda es el segundo lugar geográfico del mundo que en número de obras alberga su legado. Desde hace muchos años Pereira ha querido rendir homenaje perenne a quien fuera el constructor de su huella digital y también al que quizás haya sido el mayor escultor colombiano de todos los tiempos.
Desde la Sociedad Bolivariana de Pereira estamos alentando con entusiasmo la creación en nuestra ciudad del Museo Rodrigo Arenas Betancourt, proyecto que, aunque tiene convenios interinstitucionales históricos (2008) y llenos de buenas intenciones, no se ha concretado aún. Por fortuna hemos vencido la desidia que aflora en la voluntad de muchos de los administradores públicos de la ciudad y de la región sentando bases sólidas para que el museo sea una realidad. Hay que reconocer que encontramos buen viento en el liderazgo de la Universidad Tecnológica de Pereira y de su rector Luis Fernando Gaviria Trujillo quien asumió con entusiasmo la idea y la insertó en los planes futuros de ese centro académico, que la ciudad cuenta con la anuencia y acompañamiento fervoroso de la familia del maestro Arenas y que otras entidades cívicas como la Sociedad de Mejoras Públicas de Pereira se han apropiado también del proyecto.
A través de esta columna estamos instando a los candidatos a la alcaldía de Pereira y a la Gobernación de Risaralda para que incorporen esta inaplazable ilusión de los pereiranos en sus planes de gobierno.
Impresionantemente necesario y URGENTE, debemos no solo DESEARLO , sino EXIGIRLO. Perfecto requerimiento y perfecta la idea querido Ernesto, no dilatar ese sueño, losgradeceran la familia Arenas, la sociedad perrirana, los pereiranos todos y nuestros hijos y las generaciones (todas) venideras. Candidatos, Manos a la idea, perdón, A LA OBRA !