Por PADRE PACHO
La construcción del Mapa con la secuencia del ADN humano es un sueño hecho realidad para muchos científicos, pero las consecuencias posibles están dando pesadillas a los especialistas en bioética.
El proyecto Genoma humano es una investigación mundial que busca seleccionar un modelo de organismo por medio del mapeo de la secuencia de su ADN; el proyecto pretende codificar la información necesaria, para construir y mantener la vida. Su propósito inicial fue el de dotar al mundo de herramientas para el tratamiento y prevención de enfermedades. El genoma contiene el diseño de las estructuras celulares y las actividades de las células en el organismo.
El mapa del genoma humano es una herramienta genética que permite estudiar la evolución del hombre y un paradigma para el tratamiento de aquellas enfermedades de las que no se conoce su origen. Pero no solo permite el avance de la ciencia sino también el que se abra una puerta para la manipulación genética y alcanzar el mito de una raza perfecta e inmortal.
El núcleo de cada célula contiene el genoma que está conformado por 24 pares de cromosomas, los que a su vez contienen alrededor de 80.000 a 100.000 genes, que están formados por 3 billones de pares de bases, cuya secuencia es la que permite la diferencia entre los organismos. El ADN conforma el genoma, que es el que contiene la información necesaria para construir y mantener la vida desde una simple bacteria, hasta el organismo más desarrollado, el del ser humano.
Jonathan Wells, un biólogo molecular de Discovery Institute, argumenta que hay tres factores que afectan el desarrollo: los genes, el entorno y la estructura celular. El ADN controla la producción de las proteínas que afectan el desarrollo, pero el citoesqueleto (una red de fibras microscópicas) y ciertas características de la membrana celular determinan lo que ocurre con estas proteínas después que han sido formadas.
Frente a toda esta investigación nos podríamos preguntar: ¿Qué tiene de malo moralmente dar a su hijo una memoria mejor? ¿Acaso no es importante descubrir el origen de ciertas enfermedades? ¿Se casaría usted con una persona que tiene una propensión genética hacia el mal de Alzheimer? ¿Debería uno solicitar exámenes prenatales para comprometerse con alguien? Para solicitar un trabajo ¿cree usted que en su hoja de vida este el mapa genético? ¿Se abriría una mayor brecha y discriminación?
Celeste Condit, que escribe regularmente sobre ética y genética, ofrece un panorama de pesadilla a la par de las investigaciones: “exámenes genéticos prenatales de rutina, con normas estrictas para determinar cuáles bebés vivirán y cuáles morirán; la facilidad de contar con pruebas genéticas generará una especie de hipocondría pública, con temores de enfermedad muy por encima de los riesgos reales; discriminación genética, negándosele trabajos y seguros de salud a los que tienen riesgos de enfermedades serias; la clasificación de jóvenes en carreras y clases sociales basados en su «potencial genético”
El gran peligro de la manipulación del genoma humano, es la puerta que se abre para crear superhombres, genios con las mejores características física y mentales, sin importan quizás, lo humano de un ser que es de carne y hueso, que ha venido al mundo por amor; un hombre quizás sin sentimientos, un robot que haga las cosas bajo una programación determinada, sin juicio ni criterio autónomo; sin capacidad de descubrir que su misma limitación y caducidad le permiten desarrollar mejor sus potencialidades; un ser humano, necesitado de ternura, no programado para llevar una vida simplemente productiva, sino ante todo con sentido, que le permitirá proyectarse hacia una realidad trascendente.
Padre Pacho