Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadEl tesoro que no cuidamos

El tesoro que no cuidamos

Dentro de la extensa zona que tiene Colombia en el Chocó Biogeográfico y entre los municipios de Santuario, Pueblo Rico, Apía y La Celia en Risaralda; San José del Palmar y Tadó en el Chocó y El Águila en el Valle del Cauca, se eleva el Páramo Tatamá, que es un Parque Natural Nacional, P.N.N., con una extensión de 51.900 ha, cuya mayor altura alcanza 4.200 msnm. Un territorio megadiverso que el mundo científico considera santuario de vida y una de las maravillas naturales del continente americano porque tiene, relativamente, en buen estado de conservación sus ecosistemas, lo que le ha valido su inclusión en la Green List, una herramienta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, donde solo están registradas las áreas mejor conservadas del mundo.

El Páramo de Tatamá y los páramos del Sol en Frontino, Antioquia, y El Duende, en el límite entre Valle del Cauca y Chocó, son los únicos tres páramos de Colombia que, por no haber sufrido alteración humana apreciable, se les considera vírgenes.

Se ha estimado que en el Tatamá tienen su hábitat 402 especies de aves, 110 especies de mamíferos, entre los que se destacan el oso de anteojos, el puma y el jaguar, especies amenazadas de extinción y 108 especies de reptiles. Además de 564 especies y morfoespecies de orquídeas.

Pero la misma UICN,advierte en su página web: «El Parque Nacional Tatamá enfrenta grandes desafíos de conservación. La minería de oro, las actividades agrícolas y el desarrollo de infraestructura, particularmente las carreteras, son amenazas críticas.

Entre otros problemas figuran el desplazamiento masivo en el área, la entrada y el desarrollo de casas que no ha sido regulado (…).»

Tatamá, en buena parte, debe su conservación a su inaccesibilidad y al aislamiento de su ubicación, combinados con unas condiciones climáticas extremas y también, al hecho de haber sido declarado Parque Nacional Natural, lo que le dio la condición de área protegida, según el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, suscrito por Colombia en Rio de Janeiro, Brasil, en 1992.

Las obligaciones contenidas en ese Convenio sobre la Diversidad Biológica comprometen a todos los colombianos, ante la población del mundo, a conservar su porción de la Amazonía y su parte del Chocó Biodiverso y dada la riqueza y exclusividad de la biota existente en el Páramo de Tatamá, las principales acciones de conservación de los gobiernos y la comunidad de Risaralda, encaminadas a cumplir con el ODS 15, deberían centrarse en la conservación de la integridad ambiental del Parque Natural Nacional Tatamá, pues en ninguna otra parte de nuestra geografía departamental se lograría un impacto tan valioso para todo el planeta.

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