Queremos evitar el dolor, de él vivimos huyendo, sin saber las lecciones que se encuentran escondidas detrás de cada sufrimiento. Dicen que el dolor es inevitable, que una elección es el sufrimiento, pero si no permitimos que éste nos rompa, viviremos por siempre muriendo. Y es que sufrir no solo es de humanos, realmente es de valientes, permitirse vivir todo aquello que se siente, aceptarlo por completo y del dolor ser conscientes, es algo que pocos se permiten, es más fácil ignorar lo que duele que mirarlo de frente. Sin embargo, cuando aceptamos el momento de quiebre, la fractura que llega y derrumba todo de repente, asimilar lo que es, porque ya no puede devolverse, nos lleva a un lugar donde no podemos pretender que nada sucede. Claro que es una circunstancia que no dolerá para siempre, pero mientras nos permitamos ser humanos, nuestro talón de Aquiles nos hará débiles. Allí, en la vulnerabilidad de ese momento, debes pausar la vida y mirar hacia adentro. Entender que aquello que se siente como algo que te carcome desde el centro, realmente es la oportunidad de empezar desde cero. Y entonces, dejas que te destruya, pero no eternamente; tampoco será en vano aquello que vas a atravesar, es el momento para trascender y evolucionar. Después, con la lección que allí lograste rescatar, volverás a estar completo para compartir esa verdad.
El valor del sufrimiento está más allá del llanto, más allá de la pérdida, después de lo que duele tanto. Está en lo que, en ti lograste transformar, para ser como el ave fénix y de las cenizas renacer para volar. Vivir emociones oscuras un regalo grande te dará, poder ayudar al otro cuando las tenga que transitar. Porque no se trata sólo de mí, o de ti y tu realidad, se trata de una circunstancia común que, a la vida de todos, en algún momento, ha de llegar.
Que la adversidad llegue, con el único propósito de ayudar, primero a ti como alma y luego al camino de los demás. Podrás compartir los pasos que tuviste que dar o enseñar el camino que tuviste que andar. Siempre habrá alguien que con tu historia resonará; tu sufrimiento ya no será dolor nunca más, será sabiduría y aprendizaje que se comparte y se expande a la humanidad.
Ese es el valor del sufrimiento, aceptar que hay cosas que duelen y nos rompen por dentro; pero, a pesar de todo continuamos, y no solo porque logramos ignorar lo que oscureció nuestra vida en algún momento, sino porque eso que nos marcó, nos regaló una oportunidad para nacer de nuevo.


