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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadEn blanco y negro: el tiempo corre.

En blanco y negro: el tiempo corre.

Muy pero muy fuerte resulta el correr de los tiempos, en especial en esta época de tantos afanes. Se ha ido junio mes seis, y con él, el primer semestre del año 2024; bien ido, y bien llegado julio, séptimo de doce meses. Ciertamente este año bisiesto de 366 días, no solo corre, sino que pareciera volar, porque amanece y cuando se percata la mente, ya estamos viendo el atardecer. Las horas de sueño parecieran pocas y cuando se despierta, ya tenemos en la cabeza muchas cosas que atender, y la agenda que se prepara para hacer rendir el tiempo, se descalabra, porque son otras muchas cosas las que se atraviesan en el transcurso de las horas. Difícil cumplir con los compromisos establecidos, porque las reuniones se prologan y los problemas se multiplican.

Circunstancias como estas enumeradas, bien sea dentro o fuera del hogar o de las oficinas, hacen que el diario vivir se convierte en una carga de orden matemático exponencial, trayendo estrés, nervios desbaratados y temperamentos compungidos o impregnados hasta el tope de necesidades y ambientes pesados- y el tiempo corre- no PARA esta dimensión cronológica, que en varias ocasiones asusta, enerva y desbarata, porque son muchos los que quisieran tener 25 o más horas para atender el barullo intenso que despliega el existir.

Si se hiciera un balance de que se ha realizado en estos primeros meses del año 24, se encontraría un déficit sustancial de labores inconclusas, mal realizadas o simple y llanamente no acometidas.

¿Qué haremos para que el tiempo no sea nuestro enemigo, y lo pudiésemos hacer rendir, de acuerdo a nuestras aptitudes y actitudes?

Pregunta difícil de contestar, mas no imposible, porque no siendo versados en psicología, ni sociología ni nada por el estilo, se pueden plantear soluciones un tanto risibles o utópicas para los muchos que nos regalen espacio y tiempo para leer estas líneas, pero que pueden ser practicadas sin mucho acartonamiento social, ni con una férrea disciplina personal, para lograr el manejo del tiempo.

En primer lugar, no permitir que nuestro lenguaje se convierta en palabras soeces, ni vocablos indeterminados para decirle a alguien, que es perentorio que haga bien alguna diligencia o trabajo solicitado. Las buenas maneras y adecuado uso del idioma, no daría paso a momentos de choques y resentimientos que parecieran pasajeros, pero que hacen el ambiente pesado y con el tiempo se torna en una puya sobre el pensamiento.

Si dejásemos las mentiras y engaños ante una acción no cumplida y se explicaran las razones y motivos que no permitieron su ejecución, en vez de las llamadas justificaciones y el echar la culpa a otros sobre lo que paso o está pasando, puedo asegurarles que no se perdería tiempo, en peleas y discusiones. Habría soluciones y se daría paso a generosos momentos de paz, dentro un fenómeno llamado tiempo que acosa sin pausa ni espera alguna.

Segunda sugerencia: si en vez en de gritar o descomponerse en regaños en ocasiones injustos, tomásemos la acción de respirar y exhalar la rabia e inhalar sosiego, tendríamos a la mano sanas decisiones, y un ambiente de paz que no haría del tiempo tan monumental enemigo de nuestra salud emocional, y tendríamos unos instantes preciosos de buena salud mental. Y así el tiempo rendiría a manos llenas, para lograr propósitos y contenidos que nos beneficiarían a todos.

Si no permitiésemos que el tiempo nos domine, creando situaciones insostenibles, para cuando las dificultades se presenten, se dedicasen minutos en hacer reflexiones espirituales, propias de almas que reconocen que, con enojos ni iras mal contenidas, frenáramos los afanes y prisas y con ello indecisiones, inseguridades y actitudes tóxicas, le ganaríamos al tiempo, tiempos precisos y preciosos para lograr no envejecer antes de la llegadas de los años mayores, que llegan por que llegan; si las ganas de vivir se convirtieran en metas a corto plazo, para no vivir esclavos del pasado, ni temerosos del futuro, ese presente de ahora, sería nuestro mas valioso tesoro. Esa riqueza de ganarle tiempo al tiempo, es parte de vivir saludablemente en el área del espíritu.

No son cosas que no podamos hacer. La magnitud llamada TIEMPO es parte de nuestro existir, recordando que, si bien el tiempo mismo es oro, también quien toma un tiempo consigo mismo para adentrarse en la verdad bíblica de que el tiempo TIENE SU ESPACIO Y PRESENCIA Y EN ALGUN MOMENTO YA NO SERÁ MAS.

Les dejamos este principio para que lo investiguen de acuerdo al tiempo que le dediquen: el antónimo de la palabra TIEMPO ES ETERNIDAD. El tiempo como tal es un tan solo un intervalo de lo ETERNO.

Así con ustedes quedan 182 días del segundo semestre. Apreciemos lo que las leyes naturales y divinas nos regalan: UN PRESENTE AQUÍ Y AHORA.

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