En noviembre pasado, el Municipio de Pereira celebró con la empresa Aritmética S.A.S. un contrato para la actualización del Estudio Técnico de Referencia de su alumbrado público. Ese documento resume el inventario así:
«El número total de luminarias instaladas son 34.124, de las cuales el 88% son luminarias de tecnología de Sodio y otras (obsoletas). El 12% corresponde a luminarias con tecnología LED, por lo cual la demanda actual de energía calculada a nivel de tensión 1 es 1.858.024 kWh-mes, reflejando (sic) un alto consumo de energía teniendo (sic) en cuenta la potencia y el número de luminarias instaladas»
También anota: «Con los recursos mensuales que cuenta (Pereira) por el ingreso del impuesto de alumbrado público entre el 48% y 53% se destina al pago del servicio de energía eléctrica.
Con los recursos que contaría (luego de descontar el costo de la energía), serían destinados a suscribir contratos para modernizaciones parciales del sistema de alumbrado público.»
Considerando que a 30 de junio pasado el recaudo por Impuesto de Alumbrado Público superó los $14.000 millones, el costo de la energía que consumieron las luminarias fue, aproximadamente, $7.420 millones, que por el año completo llegaría a unos $14.840 millones.
Aunque técnicamente no se reemplaza una luminaria obsoleta por una LED y solo para hacer una comparación, a partir de que, en promedio, esta consume aproximadamente el 30% de la energía que utiliza la obsoleta, tendremos que la modernización de las lámparas de Pereira debería producir un ahorro en costo de energía, a precios de hoy, de unos $10.388 millones, por año.
Esa suma y la del recaudo, deben hacer muy atractiva para los privados la operación de nuestro alumbrado público y deben ser las causas de la recomendación contenida en el estudio de Právne Consulting Group, de 2019, de conseguir un socio privado para la prestación del servicio de alumbrado público; recomendación que, de nuevo y sin argumentos sólidos, repite la actualización de Aritmética S.A.S.
Si a lo anterior sumamos que, en lo trascurrido del presente año, el Municipio no ha logrado encontrar un contratista que se haga cargo de las actividades de Administración, Operación y Mantenimiento, AOM, del sistema de alumbrado público; que desde hace años viene manejando el servicio a través de pequeños contratos que no avanzan en su modernización y que de manera obstinada se ha negado a operarlo a través de una empresa propia, a pesar de que expertos le han demostrado que ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Manizales, lo hacen con éxito técnico y económico; tenemos que preguntarnos si detrás de la falta de resultados hay intereses que quieran forzar a la ciudad a privatizar su servicio.
Las inmensa sumas de dinero que genera el impuesto de alumbrado público, atraen a grandes contratistas para meterse en el de las ciudades colombianas, ejemplo de los cuales podría ser el Sr. Hilsaca, nombrado ahora en el escándalo de los financiadores de la campaña presidencial y de quien Dinero.com afirma que: «concentra más de la cuarta parte de las concesiones para operar este servicio público en el país».
Por todo lo anterior, en Pereira debemos estar en guardia.
Muy bien como siempre mi apreciado James.
Pero solo en «guardia»; creería que debemos movilizar a toda la Sociedad Civil, exigiendo que el propio municipio a través de una de sus Secretarías maneje al lucrativo pero necesario servicio de alumbrado público.