Por: Ricardo Tribín Acosta
En el célebre poema Desiderata que tantas veces leo y que, cuando lo hago, más me agrada y sirve, hay un párrafo que deseo resaltar «Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú», enseñanza bella que nos traslada al necesario proceso de alcanzar la humildad en nuestros distintos devenires.
Lo anterior se equipara con que no importa dónde me imagine me encuentre en la escalera de la vida siempre encontraré a alguien que ande más arriba o más abajo que yo y que. por tanto, para mantenerme dentro de un sano equilibrio mental y emocional, lo mejor que podré hacer será el identificarme y no compararme.
En el «pienso, luego existo» de Descartes, analizado tres siglos después con una versión ampliada por Sartre, se concluye que el pensar no solo no está libre de la influencia a veces negativa del ego, sino que a su vez podría separar la identidad del pensamiento fantasioso basado en el egocentrismo, esto último cada día más común entre las gentes.