Aunque la colonización de nuestra tierra, hermosamente cantada en los versos del Maestro Luis Carlos, es ya lejana en el tiempo, tenemos que volver a grabar el mapa de la región a golpes de hacha ya que, como antaño, es necesario derribar árboles para abrir caminos.
La intersección de Galicia no estaba en los planes iniciales de Vías del Samán como la primera obra a ejecutarse en Risaralda, dentro del programa. En una dilatada gestión fueron los argumentos de muchas voces de la ciudad, respaldados en las cifras de altísima accidentalidad con, por lo menos, un accidente grave cada semana, muchos con lesionados y muertos; los que convencieron a los directivos del Programa para priorizar su construcción.
Esto porque en esa zona se han construido en los últimos años numerosos conjuntos de casas y apartamentos, que sumados las edificaciones informales que se ubicaron sobre la antigua vía del ferrocarril, albergan un nutrido conglomerado de personas, de todos los estratos, que para acceder o salir del sector deben cruzar la vía a pie, en bicicletas, motocicletas o en carros, desde la calzada norte; aprovechando los escasos claros en el tráfico que viene de Cerritos.
Pero pasaron casi dos años desde que se priorizó la construcción de la intersección hasta el comienzo de los trabajos, primero por las dificultades para financiarla y luego por los tramites precontractuales y contractuales. El más reciente tropiezo de la obra fue la suspensión de los trabajos el pasado 26 de marzo, ordenada por la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, CARDER.
No está claro si ante la presión generada por el malestar de la comunidad, que compartimos, por el corte de unos samanes, o si fue una coincidencia; llegó al sitio de la obra el Director de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, CARDER y ordenó interrumpir los trabajos y decomisó las máquinas que los ejecutaban, argumentando, entre otras razones que: “Ustedes no tienen ni un solo permiso (…). Ya les habíamos dicho, ustedes no pueden mover un gramo de arena (…). No pueden hacer una obra con semejante improvisación (…) No tienen un sólo permiso de ocupación de cauces, demarcación de suelos (…). Obra que no le va a servir a la sociedad porque va a quedar totalmente inundada (…) Siguen dañando el humedal”
El Programa Vías del Samán respondió con un comunicado en el que informó que, por dos resoluciones de la CARDER, emitidas en noviembre de 2023 y en enero de 2024, tiene autorización para el corte de 152 árboles en la zona de la obra, que compensará con la siembra de 1.111 árboles nuevos. También que en los registros publicados en la página web de la CARDER no aparece que en el área de localización del proyecto existan caracterizados humedales susceptibles de afectación.
Posteriormente se realizó una mesa técnica entre la CARDER, representantes de Findeter, financiador del proyecto, INVÍAS, la empresa constructora y la empresa interventoría de la obra; después de la cual el Director de la CARDER reconoció que la constructora si tiene permiso de aprovechamiento forestal de los árboles y que sólo le fata la autorización para transportar la madera resultante.
También señaló el Director que el proyecto debe tener un permiso de ocupación de cauces y otro para la explotación de materiales de construcción y requirió que se diseñen unos drenes adecuados para evacuar el agua que se acumula en el lugar, por alguna barrera existente aguas abajo. Esto es fuera del área de la construcción.
Todo lo anterior genera una enorme confusión sobre el desarrollo de un proyecto necesario y priorizado, en el que cada día que se retrase su construcción se prolonga un riesgo para la vida y la integridad física de los usuarios de la vía y de los vecinos de la zona.
Cada una de estas advertencias y requerimientos de la autoridad ambiental local, que en los titulares de prensa han tenido variantes de: “La CARDER informó que la obra no cuenta con permisos y licencias ambientales necesarios para su ejecución” siembra dudas sobre la bondad y el futuro del proyecto.
Ante este panorama los ciudadanos de Pereira no aceptamos ser convidados de piedra, por lo que exigimos, a todas las partes involucradas en el asunto, explicaciones claras y precisas sobre cada uno de los cuestionamientos que ahora están en el aire.
Muy especialmente sobre lo dicho por del Director de la CARDER cuando señala que la obra “no le va a servir a la sociedad porque va a quedar totalmente inundada” y que es una improvisación. Consideramos que como los diseñadores son ingenieros pereiranos y por consiguiente conocedores de la zona donde se construye la Intersección y acumulan una amplísima experiencia en obras de todo el país, las afirmaciones transcritas conllevan una sombra de temeridad que hace más vehemente nuestro requerimiento de explicaciones.
Agreguemos que el Decreto Reglamentario 1076 de 2015, en su Artículo 2.2.2.3.2.2. “Competencia de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).”, ordena que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) otorgará o negará de manera privativa la licencia ambiental para los siguientes proyectos, obras o actividades: (…) 8. Ejecución de obras públicas: 8.1. Proyectos de la red vial nacional referidos a: a) La construcción de carreteras, incluyendo puentes y demás infraestructura asociada a la misma.
Y el Artículo 2.2.2.3.1.3. “Concepto y alcance de la licencia ambiental” describe esta como la autorización que otorga la autoridad ambiental competente para la ejecución de un proyecto y su segundo inciso señala: “La licencia ambiental llevará implícitos todos los permisos, autorizaciones y/o concesiones para el uso, aprovechamiento y/o afectación de los recursos naturales renovables, que sean necesarios por el tiempo de vida útil del proyecto, obra o actividad.”
Entonces el contenido de estas normas amerita una explicación adicional de las partes sobre el papel de la CARDER frente al proyecto.
Como el telón de fondo, real o presunto, del episodio, fue la indignación pública por el corte de los samanes recordamos una igual, que se produjo hace 50 años, cuando, durante la alcaldía de Juvenal Mejía Córdoba, derribaron un árbol de mango de la Plaza de Bolívar. Al alcalde le llovieron reclamos y malos tratos, al punto de sentirse amenazado. Pero un árbol nuevo se sembró en su lugar y hoy no se distingue entre los que rodean la Plaza. Algo semejante deberá ocurrir, en unos años, con los árboles que se compensen en la intersección de Galicia.
SEGUN LA COLUMNA JULIO GOMEZ NO SABE DONDE ESTA PARADO, DENOTA QUE SU DIRECCION ES INEFICIENTE, E INCOMPETENTE, SUGIERE QUE LA CARDER COMO ES SABIDO POR TODOS, NO ES MAS QUE UN FORTIN POLITIQUERO, FALTO DE FUNCIONARIOS COMPETENTES, OJO A LOS ORGANISMOS DE CONTROL QUE PASAN DE AGACHE ANTE SEMEJANTES DESPROPOSITOS. UNA PERLA MAS DE JULIO GOMEZ, LE FALTO ASEGURAR QUE EL ZONA DE LA OBA SE VERIAN AFECTADAS LAS CAPAS TECTONICAS.