Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Espiritualidad¿En qué Dios creo?

¿En qué Dios creo?

Por PADRE PACHO

Hoy, mientras crece el agnosticismo, curiosamente, crece también la búsqueda de una imagen distinta de Dios, sin etiquetas, con el que el ser humano moderno, como el Job de la Biblia, pueda enfadarse, pedirle cuentas y hasta quejarse, como Jesús en la cruz, de haber abandonado al ser humano a su destino. No es Dios el que está en crisis. Son esas falsas imágenes de Dios que hemos amasado con nuestra visión estrecha del misterio, de lo divino, de una fe estéril incapaz ya de mover las montañas.

Si a Dios le caracteriza algo de manera fundamental es el Amor, pues Él es el amor por excelencia. Cómo entonces podemos concebir a un Dios que está más presto a condenar que a perdonar, que está constantemente vigilándonos para echarnos en cara nuestros errores, que tiene su dedo índice levantado todo el tiempo de manera enjuiciadora prometiéndonos castigos eternos?.

Podríamos hacer mención de muchas falsas ideas de Dios, tal vez son innumerables, pues cada una de ellas podrá tener sus raíces en las difíciles experiencias que cada quien ha tenido en diferentes momentos de la vida, y se las atribuye de manera directa a Dios, estructurando de esta manera su propia imagen de Él.

Muchos tienen a Dios como un ser que coarta la libertad, que exige lo contrario de lo que la persona quiere, porque al parecer le molesta lo placentero de la vida de la gente. Un Dios controlador, que no se le escapa ni el más mínimo proceder de la persona, apegado a una ley que tiene que ser cumplida con rigurosidad, para que no se caiga en el desorden. Un Dios sin novedades, que ya lo tiene todo planificado, y la persona sólo tiene que seguir unas reglas que ya están establecida con anterioridad por Él. Un Dios que todo lo tiene determinado y el ser humano no tiene nada que aportar. Un Dios tapa agujeros, al que se busca cuando hay problemas, para que los resuelva, el milagrero que ésta cumpliendo las demandas de quien lo requiere. Un Dios abuelo, que por su avanzada edad ya no se entera mucho de lo que sucede a su alrededor y donde cada quien puede hacer lo que quiera. Un Dios castigador, su tarea es castigar toda mala acción, pues lo malo lo afecta y desagrada, poco ve las buenas acciones ante la preocupación de castigar lo malo. Un Dios perfeccionista, que no admite ningún error, no tolera faltas por mínimas que sean, todo debe ser como Él, perfecto. Un Dios comerciante, vende la salvación a cambio de lo que Él va pidiendo para sentirse complacido.

¿Serán estas nuevas caras de Dios las que realmente rechazan los que se consideran agnósticos y ateos?, ¿servirían en nuestro mundo moderno, aún amasado por la ley eterna de la violencia, de las envidias, de los odios mutuos, de las ambiciones, para descansar en la playa amable de un Dios diferente al que siempre les han presentado, que no es el Dios de las leyes, ni el Dios burocrático del derecho canónico, sino el Dios que no exige al ser humano nada más ni nada menos que ser fiel a la voz de la propia conciencia, que por cierto, es más severa y exigente que todas las leyes promulgadas por los humanos?

Un teólogo moderno invitaba a no creer en ese Dios que condene la materia, que ame el dolor, que ponga luz roja a las alegrías humanas; en ese Dios que se hace temer y no se deja tratar; en ese Dios que juega a condenar y a mandar al infierno; en ese Dios que condene la sexualidad; en ese Dios que dé por buena la guerra; que ponga la ley por encima de la conciencia; que se case con una ideología política; en ese Dios que no se hubiera hecho verdaderamente humano con todas sus consecuencias; en ese Dios que yo no pueda esperar contra toda esperanza.

Padre Pacho

Artículo anterior
Artículo siguiente

1 COMENTARIO

  1. Creemos en el Dios, que está presente en las personas que ejercen su Humanidad efectivamente, en acciones de :
    > Respetar sus derechos sociales.
    > Preveer el hambre y la miseria .
    > En el que respeta el presupuesto público y lo invierte realmente en obras que benefician a los mas desfavorecidos.
    > En el que no mantiene de rodillas orando y paralelamente mancilla el honor de su prójimo
    > En el que protege a su familia: en la enfermedad, en los momentos de dificultad económica o espiritual.
    Como lo dice el Evangelio: » Por sus obras los conoceréis»

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos