Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadENTREVISTA AL DIABLO

ENTREVISTA AL DIABLO

Entrevista realizada el 9 de agosto de 2024

 

¿Quién es El Diablito? ¿Cuáles son sus orígenes?

 

 

J.A: Nos encontramos en la vereda Alto del Naranjo, en la casa del señor Albeiro, con un personaje bien popular del lugar.

 

L.A: Laureano Antonio López Ramírez, “alias El Diablo”.

 

J.A: ¿De dónde es originario El Diablito del Naranjo?

 

L.A: Pues yo estudios no he tenido, pero me he sabido desenvolver cada que me preguntan a mí por algún remedio, se me viene a la memoria lo que necesita la persona. Vinieron unas personas de Neira; Neira no está allí no más, está bastante lejos; vino un matrimonio. Trajo la señora y dijo “vine con ella porque me dijeron que usted estaba por aquí”. Y entonces le dije “qué le pasa pues a la señora”; dijo “lleva casi un año durmiendo bocabajo”. Le pusieron desde el hombro hasta la cintura unos cordones gruesos como un dedo, un maleficio. Entonces llegaron allá a la casa y yo le dije “venga señora, hágame el favor y perdone, yo le voy a tocar aquí en la espalda”. Le toqué la espalda desde los hombros y hasta la parte de abajo y le dije “ah, qué pesar, esto no es una cosa que haya llegado así porque sí, esto es un mal postizo”. Entonces le dije “yo le hago el remedio”. Tenía yo de ese vip vaporub y una planta que tiene don Nelson abajo en esa cañada, que se llama borrachero, pero ya molido en una pomada hecha. Entonces le dije “lleve esta pomada, que eso la alivia, y el rezo mío”. Entonces se van, era martes y el otro martes vienen con el resto de familia. Ese día me dieron cien mil pesos y en ocho días me dieron ochenta mil y vinieron seis, y a todos seis los despaché. Les dije “con esto tienen pa´ aliviarse”. Pues no volvieron, cinco meses llevan y no han aparecido.

 

Algunas sanaciones en su propia voz

 

J.A: De manera que esa la razón por la que le llaman El Diablito.

 

L.A: Sí claro. Una señora por allí me dijo “usted es muy bruto”. Y le dije “¿por qué? Bruto de pronto sí porque yo no tengo mucho estudio, pero las razones es que yo le pido a Dios que alivie una persona sin interés de que me dé un peso; sí me lo da, a gusto, y lo que él pueda, y si no tiene con qué, vaya con Dios.

 

L.A: Viene de Manizales una persona, está allá en La Siria. Anduvo cinco hospitales, estaba con la cabeza torcida, porque pasó un carro por allá en una vereda, por ahí 2 o 3 de la mañana, pidiendo auxilio, y él se asomó a la ventana y conforme se asomó, así quedó, torcido. Y fue a los hospitales y nadie le daba. Y apareció allá en la casa con un muchacho que venía a que le compusiera un pie, le compuse el pie y le pregunté “¿a usted qué le pasa?” Y me contó el rollo. Lo recé y por ahí a los diez minutos le dije “hermano, usted ya no tiene nada, mueva la cabeza para todos lados que usted ya no tiene nada”. Y movía la cabeza. Hombre, se puso a llorar de contento. Tenía dos mil pesitos y me los echó al bolsillo. Vaya con Dios, yo le estaba pidiendo a Dios que lo alivie. Por eso me dice esa señora “usted es muy bruto, ¿por qué no coge una goterita y una goterita”. ¿Entonces me voy a enriquecer? A mí me ofrecen apartamentos en Bogotá para que me vaya a trabajar y me consiguen materiales para trabajar. Pero el material mío de la cabeza es una cosa muy fuerte.

 

Don Laureano López “El Diablo”, cerca del centenario

 

J.A: ¿Qué edad tiene El Diablito del Naranjo?

 

L.A: Yo en el Alto del Naranjo llevo cincuenta y seis años, y cuando llegué estaba por ahí de unos treinta. Ochenta y cinco años y siete meses van.

 

J.A: Casi 86 años ya.

 

L.A: Y vea, todavía me muevo para ambos lados.

 

 

Toda una vida de trabajo

 

J.A: ¿A qué dad cogió un machete por primera vez?

 

L.A: No, pues yo toda la vida he sido trabajador. Me ponen a picar esterilla, pico esterilla; que voy a ayudar a revolcar para hacer concreto, también hago concreto.

 

J.A: Lo que le pongan a hacer.

 

 

En la cárcel: sacristán y sanador

 

L.A: En la cárcel aprendí más cosas, más de las que sabía, porque allá, imagínese 39 meses de sacristán. Habíamos mil en un solo patio, y en el patio de esos mil solamente yo salí bueno. ¿Ah? Pues sabía contestar las preguntas que me decía el cura. Y entonces yo allá vivía mejor que por acá: yo me conseguía la comida. Se fue un muchacho a jugar, ya lo que ya acabó el partido se fue pal´ baño y se puso como una pared, blanco, y lo llevaron para enfermería y no, llevado, volvieron y lo entraron. Lo veo yo cabizbajo, y mal mal el hombre. Entonces me senté ahí a un ladito y le dije “lo voy a rezar”, le puse las manos en la frente y me puse a rezarlo, y por el codo bajaba el agua, y le saqué toda esa agua, toda esa agua se salió. Y le dije “hermano, usted ya está aliviao´”. Fui y le traje una Pony Malta. Se la tomó. Un tallador de madera la verraquera, hermano. Y entonces le dijo a los carpeteros, “vea, este es el muchacho, yo le voy a dar la comida todos los días, yo la pago”. Me puso a comer de la olla chiquita. ¿Ah? Yo bebía y comía de todas partes. Jajaja.

 

L.A: Me mandaban a todas partes. Era una persona que podía entrar a cualquier patio.

 

 

La fe y la devoción: su fuerza de trabajo

 

J.A: ¿Qué santos tenemos sobre la mesa?

 

L.A: El ángel San Gabriel. Estos dos angelitos los compré en Cartago ahora en estos días que fui. Voy a hacer un puesto, allí me ofreció Albeiro el dueño de esto, enseguidita en una casa, ahí hay una pieza, ahí voy a hacer otro altar.

 

 

Tener a Dios: el requisito universal

 

J.A: ¿Qué necesita una persona para ser sanada? ¿Qué es lo que debe poner de su parte? Tú pones la sanación, ¿qué tiene que poner la persona?

 

L.A: Le toca hacer la llamada hacia mí, porque lo que mi Dios me dio a mí es una bendición. Cuando yo ya esté para morirme me toca llamar a alguien que esté cerca y que entienda cosas de la vida y que sea comprendido. Todo el mundo necesitamos tener a Dios en la mente. Todo mundo. Ojalá para la comida, para lo que sea. Cuando vaya a salir tenerlo en cuenta a él, porque es el papá de nosotros. Si hay una planta para cogerse porque tiene algún dolor o alguna cosa, coge esa planta y se pone a rezar un padrenuestro y a lo que ya esté terminando la coge y la arranca con raíz y todo, y a la cocina y se la toma y verá que se alivia.

 

 

Algunas plantas y sus usos curativos

 

J.A: Es de las plantas que salen tus principales medicinas.

 

L.A: Por eso le digo. Tiene que ser así porque Dios está mirando todo. Y todas las plantas tienen su mérito.

 

J.A: ¿Cuáles son algunos de esos ejemplos de las curaciones con plantas?

 

L.A: Ay, vea: el guaco sirve pa´ los cólicos o pa´ curarse de cualquier dolor de la menstruación o cosa parecida, o pa´ el azúcar en la sangre también le sirve a la gente, si hay un guaco por ahí; el anamú también pal´ cáncer, pa muchas cosas, el anamú en muchas partes hay.

 

 

Nacido en Santa Rosa de Cabal, crecido en El Cairo, habitante del mundo

 

L.A: Soy nacido en Santa Rosa, es mi pueblo natal

 

J.A: Entonces somos coterráneos

 

L.A: Me llevaron de dos años a El Cairo y allá pasé hasta que ya estaba de diecinueve años, y entonces ya hice la primera salida por ahí, y bueno, ya me fui saliendo de la casa, hasta que me fui a andar el mundo, y a aprender cosas que no las sabía.

 

 

La música, otra de sus aficiones

 

L.A: Yo no tengo ningún estudio y me ponen en una discoteca y me dicen “me hace el favor y me pone tal disco” (yo no sé manejar un celular), con mucho gusto, y me pongo como barajando un naipe, y ahí lo saco y se lo coloco, y nunca he estudiado.

 

J.A: La música es otro de tus conocimientos para compartir.

 

L.A: Para que se dé cuenta usted, eso es otra cosa. Sin tener estudios.

 

J.A: No hay estudios pero sí bastantes conocimientos.

 

 

“El profesor tiene que ir donde otro que sea más fuerte, para que le enseñe”

 

L.A: Una fuerza de mentalidad muy grande. Yo que hablo con profesores y se me quedan, vea, callados. Y espere lo más fuerte y es que uno de profesor, la persona que es profesora llega a un lugar, y tiene que ir donde otro que sea más fuerte, para que le enseñe. Porque así es. Me preguntó un profesor: “¿usted qué tiene por ahí bueno para el trago? Pues el guaco, para preparar trago fino, usted le echa un poquito de guaco al trago fino y es un trago la verraquera, un trago especial para darle a algún cantante o alguna cosa.

 

 

Su relación con Norbey Burítica

 

L.A: Norbey Burítica, casi todo el mundo lo conoce, es familiar mío, vive con una sobrina mía, es de la familia. A cada rato nos encontramos en Cartago y nos ponemos a cantar por ahí y a recochar, y recochando recochando él se consigue cuatro o cinco millones y saca el billete y tenga, cuatro o quinientos mil pesos ¿ah? por estarlo acompañando en varias canciones. La plata está por allá en la calle. Ah, que usted sabe tal canción; yo, sí la sé, se la voy a cantar a usted para que la cantemos juntos los dos, y la canto, y ya después sale al aire, y ya se da cuenta él como es la vuelta, como el maneja esos aparatos.

 

J.A: Entonces El Diablito perfectamente pudo hacer parte del Dueto Burítica

 

(Risas)

 

L.A: Sí, yo comparto con él.

 

 

Su posición frente a la difícil situación económica actual

 

L.A: Ahora estamos en un tiempo muy duro porque la plata está escasa para mucha gente, inclusive para mí, porque esa platica que me llega, 225, eso se va como espuma, en puros huevos, una cosa y otra, y estamos llevando del arrume. Pero bueno, gracias a Dios. Entonces, yo le digo a usted, de hambre no se muere nadie, porque la virtud de Dios es muy grande, y nosotros tenemos que aprender a sobrevivir desde ahora, porque más tarde no existe café, no existe plátano, no existe nada porque llega una epidemia y acaba con todo lo que hay. Hay que aprender a comer de lo que haya por ahí, como los animalitos.

 

J.A: De lo que la tierra nos obsequie.

 

L.A: Por qué razón. Cae una epidemia y acaba con el plátano, como hubo por aquí, que vino y acabó con el banano, el plátano y eso se fue secando y fue cayendo al suelo. Yo trabajé la guasca toda la vida, y fui a rescatar una que otra mata, y hago sudaderos pa´ las bestias, y los vendo a veinte mil pesos, y con eso consigo comida.

 

 

 

Su trabajo, al contrato

 

L.A: Pero yo pa´ jornalear fui muy malito. Cogía café pero al contrato. ¿Al día? No, ni riesgos. Hoy en día pagan muy bien, porque por allí un señor, allí abajo, un vecino al que le compró don Nelson la finca, está pagando setenta y seis mil pesos, me parece un buen precio. Pa´ coger son esas peñas ahí pa´abajo, es de las fincas más duras pa´ trabajar

 

 

Su propio recuerdo de la erupción del Ruiz en 1985

 

L.A: Lo que hay es un señor que hizo una finca por allá pa´abajo, se llamaba o se llama don Gabriel, llegó la avalancha de Armero, ese río de allí lo taponó, y subió hasta arriba a La Siria el río creciendo, y cuando explotó se llevó carros de Cenicafé y todo eso, como dieciocho camiones estaban cargados de café y se los llevó todos, se perdió café y todo. había una doctora también, y allá se la llevó también, con carro y todo. Acabó pero con todo. De la familia de la señora mía se llevó siete. Y qué se puede hacer.

 

J.A: Y El Diablito sobrevivió a esa.

 

L.A: Al otro día vamos y por allá abajo había una señora en una horqueta de un mango, siempre por ahí a una cuadra de donde está el río, una cuadra hacia arriba, encaramada en esa raíz sin un trapo encima, y en la parte de arriba había otro, y encontraron como siete muertos ahí. De ahí pa´ abajo no se imagina nadie los muertos que había.

 

J.A: Y aquí tenemos a El Diablito todavía.

 

L.A: Y uno está vivo porque mi Dios es grande.

 

 

El aprendizaje y la conexión: secretos de su fuerza

 

J.A: Diablito, ¿cuál es ese secreto o ese dato de la energía y la vigorosidad de El Diablito a sus casi ochenta y seis años?

 

L.A: La verdad, yo le digo, me acuesto a dormir y me quedo pensando en lo que estamos hablando usted y yo, entonces me toca regresarlo, y digo “esto a mí me va a servir”. ¿Por qué razón? Porque usted tiene sus estudios, maneja la situación por otro lado. Entonces ese estudio y esa mentalidad suya, me llega a mí también a la cabeza, me hace más impulso, me hace ser más fuerte de lo que soy. Y así pasa con este ángel, llegó al altar y ellos me dan fuerza, para todo, y ellos no hablan ni nada pero es la verdad.

 

J.A: Pero tienen un espíritu, ¿no? Como lo mencionabas con las plantas.

 

L.A: Exactamente. Ah, bueno, tiene su espíritu, entonces por eso es.

 

Encuentra la entrevista entera, con la participación de Nelson Vargas, en el canal de You Tube de El Opinadero. La juventud, la vida amorosa, la violencia bipartidista y otras anécdotas contadas en la voz de don Laureano Antonio “El Diablo”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos