No estoy enterado de que mis colegas periodistas entrevisten a alguien que se define como ateo. Es decir, en Pereira, no tengo referencia de algún hecho histórico en que se permita a alguien que se denomina como ateo, expresar sus puntos de vista en un medio masivo de comunicación, para escuchar y analizar las razones o justificaciones por las cuales se declaró ateo.
Pues me decidí, busqué y encontré al presidente de la Asociación de Ateos de Bogotá, David Mariño Segura, y sustenta mi entrevistado en el diálogo, que…
- Son personas que sin ser religiosas trabajan normalmente y hasta más que muchos vagos que dicen ser religiosos.
- Tienen mejores demostraciones de amor o desapego o filantropía hacia la humanidad que los que asisten a rituales religiosos.
- Tienen muy claro que para demostrar que se es buena persona no es necesario pertenecer a ninguna religión. Y avanzamos…
- Literalmente ateo significa sin dios o que no cree en ninguna divinidad.
- El actual dios es impuesto por un grupo de personas que fundaron una iglesia en la que endiosaron a un hombre para que la humanidad creyera en ese hombre como dios y hasta creador de la tierra y de todo el universo.
- Existen otras clases de ateos que no creen ni en el punto 2; es decir, ni siquiera creen que existió Jesús.
Y llegamos a una máxima conclusión cuando nos preguntamos ¿Por qué hay ateos? Y consideramos que hay ateos, porque la misma religión con sus contradicciones de doctrina los han llevado a poner en tela de juicio las ideas que exponen. Por ejemplo, que a una mujer la embarace un animal como una paloma. O que ese Dios que es todo amor de un momento a otro les manda a sus hijos candela y destruye ciudades enteras con todos sus habitantes o que si alguien se atreve a no creer en ese dios que le muestran le va mal en la vida, pierde el empleo o se enferma, etc.
Con respecto al párrafo anterior, se determina que las religiones crearon un Dios con metemiedos, lo que hace al ser humano más sumiso, más ciego y envuelto en una vida llena de dogmas y misterios. Tanto así, que la falta de lógica para dar explicaciones las resumen en que son misterios de la santa madre iglesia. Me viene a la memoria un bambuco titulado “Campesino” interpretado por el Dueto Destellos, en el cual hay un verso que dice “Para que no reclamaras te enseñaron a rezar”.
Y como hoy día se impone la razón, el buen juicio, el sentido común, la lógica, el constructivismo, el método científico, la comprobación, pues tenemos ante nosotros la evolución de la ilustración humana que se agita dando a conocer lo que consideran contradictorio en la educación que ha recibido o con sus guías que tienen comportamientos tan contradictorios como cuando se conocen casos de violaciones, pederastia y otros desvíos sexuales que los dejan, muy mal parados. Por todo ello, cunden la desconfianza, la indiferencia y el ateísmo. Digo yo, tan fácil que es permitir que sus representantes sean padres y madres de familia, ya que es permitir que cumplan la misma orden natural de “Creced y Multiplicaos”.
El hombre debe hacer favores, comportarse bien, no hacer daño a los demás y ayudar sin esperar nada a cambio ni creer en que le prometen un cielo o algo parecido, dice mi entrevistado y evoca al filósofo Emanuel Kant cuando dejó dicho su imperativo categórico, que es tan simple y sencillo como monumental y trascendental: Hay que hacer el bien por el bien mismo.
Sin yo ser ateo, porque me reconozco como hijo de una inteligencia superior o energía cósmica llamada éter o planctum o magnetismo universal o espíritu perfecto, simplemente declaro que la idea que me estoy haciendo de mi dios no es viendo al misionero y filósofo moralista Jesús (que sí existió) no es viéndolo, digo, diosificado o sacado de la ley natural como hombre ni mucho menos declararlo perfecto o lo máximo, y hasta lo puedo explicar a la luz de la metafísica si nos aceptamos como espíritus encarnados, porque como tal existimos.
Dejo por acá y vendrá la segunda parte…
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Saludos.
Estimado Gerardo. El ateísmo no existe. En la trinchera de la vida adulta hay que elegir, y elegir está relacionado con creencias, con adoración. Elijo vestirme, elijo la vida, elijo amar, elijo mirar al cielo, elijo no creer. El ateo es como el pez que duda de la existencia del agua. Otra cosa es que David Mariño crea que no cree, que por demás, su vida no es consecuente con su pensamiento.
Feliz día.
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Diego eFe
La existencia de una divinidad monoteísta o de múltiples diosecillos dejó de ser un ‘problema’ filosofico hace casi dos siglos. Las religiones subsisten como una curiosidad antropológica o como una patología sicológica.
Debe explicar y justificar no la existencia de descreyentes, sí no el por qué hay aún gentecilla aferrada a cosmogonías teogónicas.