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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Actualidad¿Eres tú el rey de los judíos?

¿Eres tú el rey de los judíos?

A lo largo de los siglos muchas personas han venerado el nombre de Jesús, sin embargo, no todos lo han comprendido y mucho menos los que han intentado poner en práctica lo que él quiso que se hiciera.  Fue mucho más que el fundador de una religión, la cual no puede arrogarse su posesión exclusiva. Jesús pertenece a toda la humanidad. Fue una persona histórica, con sus profundas convicciones, por las que incluso fue capaz de morir en cruz.

Ni el poder de Roma ni las autoridades del Templo pudieron soportar la novedad de Jesús. Su manera de entender y de vivir a Dios era peligrosa. No defendía el imperio de Tiberio, llamaba a todos a buscar el reino de Dios y su justicia. No le importaba romper la ley del sábado ni las tradiciones religiosas, solo le preocupaba aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas y desnutridas de Galilea.

Si tratamos de entenderlo por sí mismo sin ideas preconcebidas y dentro del contexto de su época, descubrimos un hombre de extraordinaria independencia, de inmenso valor, de una autenticidad sin precedentes; un hombre, cuya profundidad resiste a toda explicación.

Resulta difícil para nosotros imaginar cómo debió de ser aquel hombre para diferenciarse tan radicalmente de cualquier otro, tanto en el pasado como en el presente, en una época en que la conformidad grupal era la única medida de verdad y de virtud.

No hay nada en los evangelios que pueda hacernos pensar que Jesús se opusiera a todo el mundo por pura rebeldía o resentimiento, sino que en todo momento da la impresión de ser alguien que tiene el valor que le dan sus convicciones; un hombre que es independiente de los demás, debido a la enorme profundidad que posee y al estilo de vida que propone.

Hoy  sigue cautivando a muchos porque no desea ser servido, sino servir; no desea que se le otorgue el más alto rango, sino  asumir el último lugar y carecer de prestigio y posición; no desea ser temido y obedecido, sino ser reconocido en el sufrimiento de los pobres y los débiles; su actitud no es la de la suma indiferencia y distanciamiento, sino la de un compromiso irrevocable con la liberación de la humanidad, porque él mismo eligió identificarse con todos los hombres en un espíritu de solidaridad y compasión.

Si ésta no es una imagen veraz de Dios, entonces Jesús no es divino. Pero si resulta ser una imagen cierta, entonces Dios es más verdaderamente humano, más perfectamente humano que cualquier hombre,un Dios soberanamente humano.

Padre Pacho

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