Por JORGE EDUARDO MURILLO MEJIA
Quiero contribuir con el alcalde, secretario de gobierno y autoridades a que las buenas propuestas planteadas en campaña en el tema del espacio público, sean tenidas en cuenta por la comunidad y todos contribuyamos a que esas intenciones no se conviertan en la tan conocida retórica de ciertos funcionarios de las administraciones. Primero que todo, la cultura ciudadana debe ser un factor determinante de esa política pública. No debemos esperar 50 o más años a que la educación y cultura de los ciudadanos cambie para tener una buena movilidad con el respeto de los espacios. Hoy en día con la globalización y el manejo en tiempo real de lo que pasa en el mundo, es suficiente ilustración para que los ciudadanos sepamos cuáles son nuestras obligaciones para una convivencia efectiva. Es necesario recordarlo por etapas, educando desde la primaria a los estudiantes en el respeto por las normas que debemos cumplir en las calles. Debemos reforzar ese conocimiento en el bachillerato y en especial en la universidad donde los adolescentes entienden mejor esas normas. A través de mecanismos didácticos debemos enseñar a la comunidad a respetar las normas de tránsito, no parquear en los sitios prohibidos y no invadir los espacios por donde los transeúntes debemos movilizarnos. Cartillas, buena señalización y reforzamiento permanente a la comunidad en general por los diferentes medios. Una vez la comunidad en general sepa que tiene unas obligaciones de respetar los espacios públicos, se debe capacitar con lujo de detalles a los funcionarios de las diferentes secretarías y a las autoridades de policía y tránsito. O sea que ya tenemos un mapa tipo Google, donde sabemos con lujo de detalles dónde se puede movilizar la ciudadanía y dónde no se puede infringir el espacio público. Para esto el interés general debe estar por encima del interés particular de unos pocos que se aprovechan para explotar los andenes, vías y predios prohibidos; además es una manera de combatir la corrupción de cuello blanco intocable. Con las reglas claras se debe hacer una agresiva campaña de respeto de los espacios y buscar el compromiso de todos. Con esta ruta un poco escuelera, pero necesaria en esta sociedad tan desordenada, no queda disculpa para señalar a quienes no quieren montarse en el bus de la cultura ciudadana. Pero mucho cuidado que allí no termina el objetivo, apenas comienza. Se requiere que el alcalde y los funcionarios públicos involucrados en el tema, ejerzan una exhaustiva campaña de ejercer la autoridad, autoridad y autoridad. En el resto del mundo organizado, la autoridad es la mejor herramienta para la movilidad y respeto del espacio público.