Ricardo, un aristócrata bogotano felizmente casado, programa un encuentro amoroso con su amante, para lo cual le dice a su esposa que estará toda la tarde muy ocupado en una reunión muy importante en el prestigioso Club del cual son socios. Mientras comparte con la dama en la casa de ésta, al otro extremo de la ciudad, se entera por las noticias que en el Club ha explotado una bomba con un saldo pavoroso de muertos y heridos, más los cuantiosos daños materiales.
Desesperada, la esposa, que no tiene noticias sobre el estado de Ricardo inicia una búsqueda incesante del esposo, pues teme que el hombre sea una de las víctimas fatales del acto terrorista; mientras que el infiel no sabe cómo aparecer de un momento a otro sin un rasguño… Así trascurre la trama de la novela ESTO HUELE MAL, del escritor y periodista colombiano FERNANDO QUIROZ…
Cuando hablo de ESTO HUELE MAL Y LA CAMPAÑA POLÍTICA, me refiero al olor nauseabundo de la presente campaña electoral a la alcaldía de Pereira y a la gobernación de Risaralda.
Empecemos por la gobernación. Los tres candidatos a la gobernación que, según las encuestas, figuran con empate técnico, tienen características bien distintivas. El primero, hijo del político activo más antiguo de Risaralda, y que, por su intermedio quiere instaurar la dinastía Patiño, y a falta de experiencia profesional y formación académica, pues su único performance es ser el hijo del faraón Diego Primero, cree que es suficiente para el triunfo; la segunda candidata es Juliana, esposa de Habib Merheg (involucrado en el apropiamiento de 39.000 hectáreas de tierras en el Vichada; tierras que tenían que ser entregadas a campesinos pobres. Además, de ser investigado por sus nexos con el paramilitarismo), y cuñada del senador Sammy Merheg (denunciado por la presunta defraudación de más de 500.000 millones de pesos de los OCAD-PAZ, recursos destinados a municipios más pobres que afrontan conflicto armado); y el candidato del gobernador Tamayo, un médico que, disfrazado de médico (porque pareciera ser una broma que se ponga el vestido sagrado de su profesión para que la gente le tenga que creer), anda haciendo campaña abiertamente en nombre y supuestamente con los recursos del gobierno departamental. Como dice una amiga mía: afortunadamente Marulanda es médico y no un «estríper», porque quién se lo aguantaría de barrio en barrio y de pueblo en pueblo, empeloto y cambiando únicamente de color del corbatín.
Los tres tienen algo positivo: son menos malos que un tal Silva, un extraño personaje que tuvo que acudir a la memoria de un muerto para visibilizarse y hacer campaña política (a propósito, ¿de dónde saca Silva los cientos de millones de pesos gastados en inmensas y cuantiosas vallas diseminadas por todo el departamento de Risaralda y por qué el partido Verde le quitó el coaval?), porque su paso intrascendente por la asamblea departamental y la ostentación de poder rodeado de guardaespaldas, le impidieron conocer el nuevo escenario en donde se desenvolvía, y, ahora, para tratar de cautivar a electores ingenuos tenía que ser a punta de billete o de propuestas (estas últimas no las tiene).
Para la alcaldía de Pereira, el panorama no es menos preocupante. Existen dos candidaturas que han empleado miles de millones de pesos en logística y gastos de campaña que se apuntan como favoritas según las encuestas. La primera, el candidato de Gallo, parapetado en el bunker de la administración municipal: con recursos, contratos y obras por entregar. Con amenazas a quienes no cumplan la cuota de referidos que respaldan su permanencia en el cargo; con apoyos locales cada vez más etéreos, porque la deserción de las toldas Loperistas va en aumento y el desespero del jefe JP Gallo lo llevan a cometer cada día más errores. La segunda, Mauricio, con su discurso tan florido como anodino en donde no dice nada. Mauricio, el candidato que anda prometiendo puestos a «dignísimas personalidades», tal y como lo manifestara el exdirigente Juan Guillermo Ángel, que comprometió su voto y su discurso por el ofrecimiento de la joya de la corona a su hijo Santiago (Aguas y Aguas). Seguramente, para la primera dama de Ramírez Múnera habrá un puestico que le cuadre la «pensión», lo mismo que otro carguito para el hijo de Benjamín y un contrato carnudo para Velásquez Cárdenas. Aaah, no olvidemos al eterno e impoluto Octavio Carmona y su preclara trayectoria política, él también tiene a quien colocar. A esto es lo que se le llama en política: «Acuerdos Programáticos».
De ganar Mauricio, tengo el convencimiento que María Irma Noreña, su esposa, será la candidata a la alcaldía de Pereira dentro de 4 años (ella siempre ha soñado con el poder político en sus manos), cuando se habrán divorciado un año antes (Mauricio – María Irma), como estrategia para no inhabilitarse. Como dice un querido amigo mío: «esto es lo que da la tierrita».
Un hecho en extremo bochornoso o asqueroso se trasmitió en vivo a través de la W Radio (la de Julito no me cuelgue), cuando por más de 15 minutos, se enfrentaron JP Gallo con Mauricio Salazar. Se dijeron de todo alrededor del involucramiento criminal por el asesinato de los chimpancés (y no hicieron mención de los «MICOS» de los cuales son responsables los dos y que tienen al borde de la quiebra a la Empresa de Aguas y Aguas), pero las cosas se salieron de madre cuando se señalaron mutuamente por las supuestas financiaciones de sus campañas políticas por el narcotráfico ¡Qué horror! ¿Qué ha dicho la Fiscalía por estos señalamientos?
Uno de los problemas que más adolece nuestra sociedad, aparte de la falta de memoria, es la pérdida de la sensibilidad social que hace que los hechos trágicos que se vivieron en la ciudad de Pereira en 2021 y que hubieran sido suficiente motivo para que ninguno de los candidatos que hoy encabezan las encuestas para la gobernación de Risaralda y a la alcaldía de Pereira estuvieran ni siquiera de candidatos, porque todos ellos están respaldados por los mismos que han tenido responsabilidad en tantos actos de corrupción y pillaje en nuestro país, que provocaron el desbarajuste social con el levantamiento ciudadano que fue reprimido violentamente por el gobierno. No es sino hacer un poco de remembranza de las actuaciones funestas de Tamayo y Maya en el manejo de la crisis, tanto en la pandemia, como por la represión asistida durante y después de las marchas, mientras ellos dos, hinchados de tanto comer, como marranos de engorde, se ufanaban públicamente por sus alcances e impartían órdenes de sus sitios de descanso, mientras miles de pereiranos y risaraldenses más pobres aguantaban hambre encerrados a la fuerza en sus casas.
¿Será que eso es lo que se merece Pereira y Risaralda eligiendo a los mismos? ¿Qué transformaciones significativas podemos esperar en Pereira con Maicol o Mauricio, si su proceder como concejales fue totalmente insignificante?
Ricardo, el personaje central de la novela, cada que ingresaba a la casa de su amante siempre repetía ESTO HUELE MAL, refiriéndose al olor a mierda de perro que había en el jardín de la casa, que era más bien la exculpación de su comportamiento de traición y deslealtad con las dos mujeres que siempre lo esperaban y, como sucede en muchos casos con los mentirosos manipuladores, al final de la historia termina convertido en un héroe vitoreado por el triunfo de sus engaños.
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LOS MENTIROSOS HACEN LAS MEJORES PROMESAS. (Pierce Marrón).
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DE TODAS LAS FORMAS DE ENGAÑAR A LOS DEMÁS, LA POSE DE SERIEDAD ES LA QUE HACE MÁS ESTRAGOS. (Santiago Rusiñol).