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ÉTICA“Heraldos de la verdad”

“Heraldos de la verdad”

Por Francisco Arias Escudero, PADRE PACHO

En alguna ocasión escribía García Márquez, refiriéndose al periodismo como oficio que, nunca como ahora es tan peligroso, ya que la noticia y el reportaje, cuando están cargados de equívocos inocentes o deliberados, con manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas, terminan convirtiéndose en un arma mortal.

Las citas de fuentes con merecimiento de crédito, de personas generalmente informadas o de altos funcionarios, expresa el Nobel, terminan viciando la noticia, con observadores que todo lo saben, pero nadie ve, con agravios que generalmente quedan en la impunidad y bajo el amparo y el subterfugio, de la libertad de expresión, pero sin un criterio de verdad.

El mal periodista se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse a sí mismo si no termina siendo un instrumento, fácil de ser manipulado, de quien transmite la información, con una intención que no siempre es conocida por quien ofrece la noticia. El mal periodista, dice Gabo, piensa que su fuente es su vida misma y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.

Existe hoy un culpable, “la grabadora”, instrumento que ha llevado a no poner una debida atención a la reportería, como si se hacía antes, a las palabras vivas del interlocutor, valoradas con su inteligencia, y una libreta de apuntes que ayudaba a la memoria, pero con los buenos oficios, calificados desde un criterio moral; una ética a toda prueba, con un par de oídos que eran usados para escuchar lo que decía y no simplemente repetir, lo que ya está grabado.

La radio y la televisión, por su naturaleza misma, afirma el escritor y periodista de Aracataca, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita pareció compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista, como la del entrevistado que declaró.

Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis.

Que propone a los periodistas, el literato, volver a la libreta de notas, para volver a editar con la inteligencia a medida que se escucha, ya que muchas de las transgresiones éticas y otras que envilecen y avergüenzan hoy el periodismo, no son siempre por inmoralidad, sino por falta de dominio profesional, y unas facultades de comunicación que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo.

La formación de quienes hoy sienten un llamado para este oficio debe tener tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones; la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición y, la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.

“El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”, afirmaba el ingenioso escritor de uno de los grandes clásicos hispanos, a un grupo de periodistas independientes en Cartagena de Indias, en la fundación, “Un nuevo periodismo Iberoamericano”, una experiencia piloto, que realizarán, en el trabajo del reportaje, edición y entrevista para radio y televisión.

El Papa Francisco abogó por un periodismo valiente, que acuda al encuentro de las personas y de las historias, a una información menos pre confeccionada y cada vez más capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas; una información construida en redacciones, saliendo a la calle y gastando la suela de los zapatos, no a partir de un ordenador o de terminales de las agencias en las redes sociales. El buen periodista es el que tiene la capacidad de ir allá donde nadie va, para mostrar la realidad. Y culmina el Papa su mensaje a los periodistas afirmando: “Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir”.

Padre Pacho

2 COMENTARIOS

  1. Para mi un buen periodismo es saber compartir las Noticias con veracidad en base a fuentes fiables y verificables, con información breve y exacta en el menor tiempo posible. El Periodista debe de ser una buena persona,curioso,investigador,recto y audaz y sobre todo tener mucha HUMILDAD

  2. Tengo entendido que el periodismo, el buen periodismo, cumple tres propósitos:
    1) Informa,
    2) Forma, y
    3) Entretiene.

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